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Letras

Mendoza hace una declaración de humor en la entrega del Cervantes

El escritor barcelonés, "muy teatrero", tira de chistes, ironía y amor por sus lecturas del 'Quijote' en un momento "envidiable para todo el mundo, excepto para mí"

Mendoza hace una declaración de humor en la entrega del Cervantes

"Montoro me deja tranquilo porque cumplo como el mejor", aseguró ayer un muy sonriente Eduardo Mendoza tras la ceremonia en la que, con algunas ausencias políticas, recibió el Premio Cervantes 2016 de manos del Rey y en la que procuró "que no se durmieran todos".

Así lo explicó en la recepción posterior a la ceremonia de una forma distendida, que recordó que en el pasado Hacienda le "pilló" en dos "despistes" sin que haya querido "nunca defraudar" a las arcas públicas: "Hay que pagar impuestos", recalcó.

En esta recepción que acoge tradicionalmente el patio de la Universidad de Alcalá llamó la atención la ausencia de escritores y el escaso protagonismo de los representantes políticos, después de una ceremonia en la que excusó su asistencia el presidente del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy, y a la que tampoco acudieron dirigentes nacionales o regionales del PSOE.

Huyendo de esas conferencias "serias" que adormecen al público, en opinión de Eduardo Mendoza, el escritor optó por un tono en consonancia con lo que decidió hace años para sus intervenciones públicas: empezar a contar chistes para que, al menos, la mitad de los asistentes no se echara una cabezada.

Tras haber llegado a España hace poco más de un día y sin haber ofrecido una rueda de prensa previa al acto celebrado ayer en Alcalá de Henares, como es habitual, el galardonado se prodigó con los periodistas, a los que atendió en varias ocasiones durante la jornada.

Corrupción, 'brexit'...

La más prolongada fue la que tuvo lugar en el patio del Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares tras la ceremonia, cuando el escritor habló de la corrupción, de la enseñanza de la literatura en la escuela o de su encuentro el miércoles con Mariano Rajoy.

Con Rajoy, que como no podía acudir a Alcalá de Henares recibió el miércoles la visita de Mendoza en la Moncloa, habló de libros, mientras que ayer departió bastante con la reina Letizia, con la que mantiene una relación cordial y fluida: "Hablamos de muchos temas que no voy a enumerar".

También conversaron mucho la reina y los hijos del galardonado, Ferrán y Alejandro Mendoza, tras posar con los monarcas para la foto de familia.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, único líder nacional presente, tuvo ocasión de conversar con el Rey y también con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quien a su vez abandonó la Universidad muy pronto, para atender sus obligaciones con la Asamblea de Madrid, sin realizar declaraciones a los medios informativos.

Con quien sí departió Cifuentes fue con el presidente del grupo Atresmedia y de Planeta, José Crehueras, quien el miércoles declaró ante el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco como testigo en la causa que instruye sobre la supuesta corrupción en el Canal de Isabel II.

En la recepción, Albert Rivera se acercó al premiado para pedirle en catalán que le dedicara la invitación con un autógrafo, acompañado por la presidenta de la Comisión de Cultura del Congreso, Marta Rivera de la Cruz.

Mendoza tiene su residencia en Londres y también se muestra tranquilo ante la situación del Reino Unido, que afronta su salida de la UE. "A mí no creo que me afecte personalmente, mientras pague mis impuestos de contribución urbana, que no es algo desdeñable...", comentó con humor.

Más serio se mostró Mendoza al ser preguntado por la corrupción, un "problema muy serio" y que provoca "un estado de ánimo muy pernicioso de desconfianza general en la política y en los políticos, que puede ser aprovechada por personas simples y astutas que se llevan el gato al agua".

Sobre si Rajoy debería estar preocupado por la situación, ha contestado: "Un presidente del gobierno mal iría si no estuviera preocupado y pensara que todo va estupendamente".

Mendoza, que se mostró contento porque la ceremonia ya había pasado -"lo bueno de estas cosas es que se pasan"-, continuará hoy con sus obligaciones de flamante Premio Cervantes, entre ellas depositar su legado en la Caja de las letras del Instituto Cervantes.

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