Médicos con especialidad en nutrición y empresarios de la industria alimentaria cuestionaron ayer la finalidad saludable del impuesto a las bebidas azucaradas y bollería manufacturada anunciado el martes por el Gobierno de Canarias en el marco de una reforma integral del sistema fiscal isleño. Nutricionistas e industriales canarios advirtieron un objetivo recaudatorio en los nuevos tributos proyectados por la consejera autonómica de Hacienda, Rosa Dávila, bajo el argumento de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) contra la obesidad.

"Es una medida, a mi modo de ver, fiscal y recaudatoria, sobre todo, hay que poner mucho más énfasis en el aspecto de salud, hacer hincapié en intentar que estos fondos vayan para actividades muy necesarias, sobre todo en colectivos más vulnerables", observó ayer el presidente de la Academia Española de Nutrición (AEN), Lluis Serra, después de comentar el asunto con el consejero de Sanidad, José Manuel Baltar. Es decir, el también catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) se mostró "completamente de acuerdo, siempre y cuando sea bajo dos premisas, que sean tasas sanitarias finalistas que se utilicen para programas de promoción de la salud, no solo recaudatorias, y estén en el contexto de una política de prevención de la obesidad coherente, no como una seta aislada".

"Me extraña que en tantos años no hayamos sido capaces de establecer, por ejemplo, una tasa tan necesaria para el tabaco o las bebidas de alta graduación alcohólica, que causan tantas muertes en nuestro país, tantos cánceres, que ahora estemos todos corriendo para salir en la foto al poner una tasa que está de moda", subrayó Serra en referencia a la aplicación desde esta semana en Cataluña de un impuesto a los refrescos y zumos, inexistente en el resto de comunidades autónomas pero anunciado por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas a finales del pasado año. Precisamente, "la realidad es que la primera vez que se habló del impuesto a las bebidas azucaradas se dijo que se podía poner como forma de compensar el posible exceso del déficit del Gobierno de España en su compromiso con la Unión Europea y, al final, se han escondido, como en Cataluña, bajo el paraguas de la salud para que nadie discuta, les ha venido muy bien, como agua de mayo, el tema de la OMS, pero es un impuesto con un objetivo claramente recaudatorio, tenemos que llamar a las cosas por su nombre, hay que ser honestos", denunció el presidente de la Asociación Industrial de Canarias (Asinca), Andrés Calvo, antes de observar "productos tan dañinos o más que el azúcar".

Además, el representante de la patronal industrial advirtió como "punto de atención y toque sobre la mesa" de la posible destrucción de empleo y cierre de fábricas en el Archipiélago "según cómo se graven los productos, al final, al principio o al medio de la cadena de valor. No lo sabemos, porque nadie nos ha explicado cómo va a ser este tipo de impuestos, pero si ya empezamos con unas comunidades autónomas sí y otras no, a lo mejor se desvían los flujos comerciales, y eso sería todavía más grave", alertó Andrés Calvo.

Rosa Dávila detalló el martes que un grupo de expertos se reunirá por primera vez a mitad de mayo para iniciar el debate sobre la reforma fiscal, aunque la consejera de Hacienda no descartó incluir el nuevo impuesto sobre refrescos y bollería en los presupuestos autonómicos de 2018.