El Gobierno de Canarias aplazó ayer a la conclusión de la auditoria en curso, a finales de junio o principios de julio, la actual cifra de pacientes en lista de espera para consultas de especialidades quirúrgicas después de que la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Canarias cifrara el lunes en más de 150.000 personas la cola de usuarios del sistema.

Desde la Consejería de Sanidad, por tanto, eludieron entablar una guerra de cifras con el colectivo de profesionales y usuarios del Servicio Canario de la Salud (SCS) hasta disponer de los datos correctos gracias al examen en elaboración. "El equipo actual está realizando una auditoría de los procesos de sistemas de información y ya en el mes de marzo el consejero de Sanidad [José Manuel Baltar] anunció que se había detectado inconsistencias en la recogida de datos de los diferentes hospitales", recordaron desde el departamento autonómico tras insistir en la necesidad de "unificar criterios" en la contabilidad de las listas de espera.

Precisamente, la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública detalló a principios de semana que, aunque la web de la consejería informa de 28.364 pacientes a la espera de cita con especialistas a fecha del pasado diciembre, los datos remitidos desde la propia área autonómica revelan a 68.645 usuarios en cola y otros 85.622 ciudadanos a la espera de consulta en especialidades quirúrgicas, que nunca se contabilizaron en las listas. Desde el colectivo calificaron los números de "intolerables".

No obstante, los últimos datos oficiales ya situaron el pasado marzo por encima de 100.000 personas las listas de esperas sanitarias, de las que unas 30.000 aguardan por una operación y las restantes por una consulta o una prueba. Además, la cuantificación y resolución del problema se situó como uno de los principales retos de José Manuel Baltar como sustituto al frente del área desde enero de Jesús Morera, consecuencia de la ruptura del pacto entre Coalición Canaria y Partido Socialista en diciembre y el inicio de un gobierno nacionalista en minoría parlamentaria.

Más allá de la auditoria sobre las listas de espera, para cuya disminución se baraja la apertura vespertina de quirófanos o la realización de diagnósticos los fin de semana, Baltar también propuso a principios de marzo un gran pacto político y social sanitario, un compromiso de mejora ya en negociación con todos los agentes.