El calentamiento en el Parque Nacional del Teide se ha acrecentado durante los últimos treinta años y, de seguir así, las temperaturas en primavera podrían situarse en cuatro grados por encima de las registradas hace pocas décadas. Por esta razón, el Parque Nacional ampliará a partir de noviembre su red de estaciones meteorológicas para evaluar el impacto de la variabilidad climática y contribuir así a la investigación, modelización y predicción climatológica.

La instalación de dos nuevas infraestructuras de este tipo, que se unirán a las cinco ya existentes, se enmarca dentro de un programa global de seguimiento del cambio climático que lleva a cabo el Organismo Autónomo de Parques Nacionales. Dichas estaciones funcionan durante todo el año y son capaces de registrar valores como la temperatura, las precipitaciones, el viento y la radiación cada diez minutos. Del mismo modo, cumplen con los requisitos del Global Climate Observing System (GCOS), la Red Mundial de Observación Climatológica.

Una vez concluida esta acción, serán siete las infraestructuras que estarán operativas en el Teide y que se distribuirán por distintas zonas del Parque Nacional. La Red se complementará con la instalación de dos nuevas estaciones, a 2.700 y 3.200 metros respectivamente, que permitirán obtener información precisa relativa a las implicaciones del gradiente altitudinal del pico Teide.

Los efectos del cambio climático son ya patentes en ecosistemas como el del Teide, y serán objeto de debate en unas jornadas de divulgación y que se celebrarán en noviembre con la participación de diferentes instituciones científicas.