El rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Rafael Robaina y el presidente del Comité de Canarias de Unicef, Amós García Rojas, acompañado por la coordinadora del mismo, Rosario Pérez, han suscrito un convenio marco de colaboración para regular las iniciativas conjuntas en materia científica y cultural/científico-tecnológica para el cumplimiento, entre otros, de los objetivos propios de la Fundación para Atención a los menores de Naciones Unidad como son promover el bienestar, la defensa, la protección y el desarrollo de los derechos de los niños y de las niñas del mundo contenidos de la Convención de los Derechos del Niño de 20 de noviembre de 2017.

Este acuerdo marco, cuya duración se estipula en cuatro años, recoge el compromiso de ambos organismos en la planificación de programas de actuación conjunta especialmente relacionados con las áreas prioritarias de la promoción de estudios e investigación, la formación de docentes, investigadores y estudiantes; y la sensibilización y movilización sobre la necesidad de exigir el cumplimiento de la Convención de Naciones Unidas de 1989 sobre los derechos del niño, denunciando los hechos y abusos que se produzcan contra los mismos.

Dicha inicitiva se enmarca dentro de los objetivos de la citada organización para la infancia de la ONU, para el desarrollo de nuevas tecnologías para las personas desde los países emergentes, según explicó el cofundador de la Unidad de Innovación de Unicef, Christopher Fabian. "Nuestro equipo cree que lo único que puede coincidir con la velocidad de los problemas que están surgiendo en el mundo es la tecnología", afirmó en su momento Fabian, que codirige la Unidad de Innovación desde que la creó en 2007 junto a la japonesa Erica Kochi. "Sabemos que no se trata de la tecnología en sí, sino de que lo que tenemos que hacer es crear soluciones que funcionen para la gente y hay que construir esas soluciones con la gente que más lo necesita", ha detallado Fabian.

En el último informe publicado por Unicef, se denunció que, al menos, 12,9 millones de niños en el mundo, casi uno de cada diez, no fue vacunado en 2016, según estimaciones de la cobertura inmunitaria global que Unicef y la Organización Mundial de la Salud. Desde 2010, el porcentaje de niños que recibieron todas las vacunas obligatorias se ha estancado en el 86% (de 116,5 millones de lactantes), sin cambios significativos durante el último año.

Estas cifras quedan por debajo del objetivo de llegar al 90 % de la cobertura global de inmunización, una meta que requeriría la vacunación adicional de diez millones de niños residentes en 64 países, señalaron ambas organizaciones. En concreto, la OMS y Unicef lamentan que casi 13 millones de menores no recibieron la primera dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP), poniéndolos en grave riesgo de contraer estas enfermedades potencialmente mortales.

Además, unos 6,6 millones de recién nacidos que ya habían sido vacunados en contra de las DTP no pudieron completar las tres inyecciones necesarias en 2016 y obtener inmunización efectiva. En el caso del sarampión, un 85 % de menores fueron vacunados con la primera dosis antes de su primer aniversario, mientras que los que también recibieron la segunda dosis descendieron hasta el 64 %. Por otro lado, el tratamiento contra la rubéola se extendió en todo el mundo desde 2010, cuando su cobertura en 152 países era del 35 %, mientras que, en el año pasado, la cifra subió hasta el 47 % en los mismos estados.