Las caricias que no me diste , ¿por qué ese título?

Para mí la novela es una declaración de desamor. Por lo tanto, cuando alguien está pasando por este proceso, siempre tiene la sensación de que faltó mucho por dar y mucho por recibir, y se sumerge en un mar de dudas. Yo creo que todos los seres humanos necesitamos cariño, caricias... son la medicina del alma. Así que una vez leída la novela, el título cobra todo su sentido.

¿Cómo surge la idea de hacer este libro?

El año pasado, por estas fechas, presenté La niña de la luna, que trata del acoso escolar, y tuvo un fin solidario, ya que los fondos fueron donados a los proyectos educativos de Cáritas. La editorial cada año me pide un libro. Cuando estaba a punto de hablar con ellos para decirles que no se me había ocurrido ningún tema -no se puede publicar cualquier cosa- conocí por casualidad a una chica que ejercía la prostitución. Poco a poco, fuimos estrechando lazos de amistad, porque todos los días aparco en la calle en la que trabaja. Un día ella estaba de capa caída, le pregunté qué le pasaba y me empezó a hablar de su vida. Le advertí que a mí todo lo que me cuentan lo publico en un artículo, o bien, en un libro. Fue entonces cuando me dijo que le encantaría que contara su historia. Ella toma el nombre de Zene en mi libro. Pero como no quería centrarme únicamente en la prostitución, introduje otros personajes que también son muy interesantes.

¿Qué idea pretende transmitir al lector?

Lo que intento hacer ver es que detrás de cada persona hay una historia que no conocemos, por lo que no podemos ponernos la toga y creer que somos jueces para juzgar la vida de los demás. Hasta la persona que menos imaginamos puede estar haciendo cosas en contra de su voluntad. Por eso, quiero que entiendan que, aunque se trate de algo normalizado, porque llevamos toda la vida viendo a prostitutas en la calle y creemos que son libres, no todas lo son. Desgraciadamente, hay muchas mafias en ese mundo que se dedican a la trata de mujeres, y no es fácil salir. Zene es una chica sudamericana, que en ocasiones, ha pensado en volver a su país, pero sabe que le espera un futuro peor que en España, porque va a tener que dedicarse a lo mismo, pero es consciente de que estará en peores circunstancias. Por eso, en mi libro también trato la diferencia entre ejercer la prostitución en un país y en otro. Lo que quiero es que los lectores entiendan que no se puede ir por la vida poniendo etiquetas, es necesario empatizar y ayudar a las personas.

¿Qué supone apostar por un libro que trata una temática social tan delicada?

Al principio creí que estaba haciendo una gran labor, y he de reconocer, que he tratado el asunto con muchísimo respeto. La gente me ha intentado meter miedo al decirme que puedo llegar a tener problemas con los hilos que mueven el negocio de la prostitución, pero yo no doy nombres en ningún momento. De hecho, hasta Zene que es un personaje real, toma un nombre ficticio. También, me gustaría decir que cuando hablo de las mafias, realmente me refiero a los hombres y mujeres que se aprovechan de la situación que tiene cada una de las chicas para prostituirlas. Aunque no lo creamos, hay muchísimas mujeres que respaldan este mundo. No solo son hombres.

¿Son todos personajes reales, o hay algunos ficticios?

De las dos clases. Quería darle a la historia ese juego que tienen las novelas de mezclar personajes reales y ficticios. Pienso que toda novela tiene que tener algo de ficción, porque si no sería muy dramático, y supondría regodearse demasiado en el dolor. Hay personajes imaginarios que tratan temas como el amor, el desamor, la superación, la amistad... intenté que todas las emociones, que para mí son importantes, estuviesen presentes. Para eso, necesitaba contar con muchos personajes. Los reales digamos que son Zene y Eulalia, la abuela de Carolina, que es mi propia abuela. Para mí ella era una fuente de sabiduría y tuve la suerte de aprender muchísimo de su persona. Se trata de una deuda pendiente que tenía con ella, por eso he querido incluirla en este libro.

A grandes rasgos, ¿qué representa cada personaje?

Zene, por ejemplo, es la clara imagen de la fortaleza. Mientras que el personaje de Carolina es un reflejo de casi todas las mujeres. Una chica que ha amado, a la que han dejado, que es periodista y está atravesando un momento muy malo -tiene incluso ideas de suicidio constantes- y le proponen en su trabajo hacer una investigación acerca de la prostitución, algo que siempre había deseado indagar, lo que le devuelve las ganas de vivir. Veremos como a lo largo de la novela resurge como el ave Fénix. También está Eulalia, que representa un pilar fundamental. Otra figura es Dana, que es la imagen de la amistad incondicional. Sin embargo, existen otros personajes más abstractos como Pablo e Ían, que también juegan un papel importante en la historia.

En esta ocasión, ¿se donará alguna parte del dinero recaudado a alguna asociación?

Sí. El dinero de los ejemplares que se vendan esta tarde durante la presentación -que habrá 50 disponibles- irá destinado al Centro Lugo de Ayuda a la Mujer, de Cáritas Diocesana. Hacen una labor impresionante con las prostitutas que la sociedad desconoce, por lo que quiero aportar mi granito de arena para que sigan trabajando. El precio del libro es de 15 euros.