El desarrollo de la robótica en el campo de la rehabilitación de lesionados medulares permite crear exoesqueletos capaces de interpretar las señales del cerebro y realizar la acción deseada, ya sea caminar, parar o cambiar de dirección. "Uno de los objetivos es eliminar la silla de ruedas y permitir que puedan caminar", según comenta Ángel Manuel Gil Agudo, jefe de Servicio de Rehabilitación del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y responsable de la Unidad de Biomecánica y Ayudas Técnicas de dicho hospital.

El doctor Gil Agudo analiza el futuro de la robótica y la realidad virtual aplicado en la rehabilitación de lesionados medulares en su ponencia en las XXXIV Jornadas Nacionales de la Sociedad Española de Paraplejia y del XXIII Simposio de la Asociación Española de Enfermería Especializada en Lesión Medular, que se celebran en Maspalomas hasta mañana, 20 de octubre.

Gil se muestra esperanzado con la aparición de las nuevas tecnologías y tratamientos, especialmente de la robótica y la realidad virtual, en el campo de la rehabilitación de lesionados medulares. La robótica, explica el doctor, es una disciplina de gran valor y relevancia en la rehabilitación, que aporta novedades para la reeducación de la marcha. "Los exoesqueletos portables y los sistemas de realidad virtual ofrecen técnicas innovadoras y motivadoras, incluso permiten realizar la terapia en el domicilio del paciente", apunta.

En este punto Gil Agudo aclara que la robótica es un elemento de ayuda y complementario que no pretende sustituir las técnicas ya existentes. Éstos no suponen la eliminación del tratamiento personalizado por parte de los terapeutas, pero "evidentemente aportan grandes ventajas".

El especialista indicó que en España puede haber una docena de exoesqueletos aproximadamente, que cumplen diferentes funciones según el grado de lesión. En los pacientes con lesiones bajas o incompletas con perspectiva de mejora permite reentrenar la marcha. "Estos sistemas facilitan la rehabilitación y consiguen mejores resultados en tiempos más cortos". En aquellos pacientes en los que no existe esperanza de mejora neurológica, los exoesqueletos tienen como objetivo compensar una acción, como la de caminar, que de otra manera no podría conseguirlo.

Hoy en día esta sigue siendo una tecnología que se encuentra en fases iniciales. De hecho, explica el doctor Gil que existen centros nacionales, como el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, involucrados en el desarrollo de nuevos exoesqueletos, tanto en la parcela investigadora y de desarrollo tecnológico como en la fase de evaluación clínica. Estima que, actualmente, hay una docena de exoesqueletos en funcionamiento en los hospitales españoles. "Lograr comercializar los proyectos y la tecnología es complejo por lo que es difícil hablar de fechas o tiempo estimado en el que podrán utilizarse de manera rutinaria estos sistemas en los hospitales", señala.

El servicio al que pertenece Gil Agudo colabora con el Instituto Guttmann de Badalona en la realización de un ensayo clínico para evaluar la eficiencia del último desarrollo de exoesqueleto. Esta investigación, que comenzó las fases previas hace 18 meses, se encuentra ya en la fase clínica en la que han participado hasta el momento cinco pacientes.

"Queremos lograr una muestra más amplia de pacientes para obtener más concluyentes", comenta el doctor. Aun así, adelanta que en los pacientes que se han realizado se han observado mejorías. En cualquier caso, resalta que hay que ser prudentes ya que aún está en investigación y quedan datos que analizar.

Hasta ahora el patrón de movimiento que tienen los motores son preestablecidos, tal y como señala el doctor. El objetivo de las investigaciones actuales está en desarrollar sensores en los exoesqueletos que recojan información de la actividad muscular y cerebral del paciente que detecten la voluntad del paciente de avanzar, parar o cambiar de dirección. "Se trata de hacer más permeable el funcionamiento y controlar los exoesqueletos a la voluntad de la persona", concluye.

El especialista afirma con rotundidad que en España existen grupos de investigación muy potentes a nivel internacional. Además insiste que es importante que los clínicos e ingenieros trabajen de forma conjunta y en equipo. "La parte fundamental que corresponde a los clínicos es utilizar los dispositivos que pone la ingeniería a nuestro alcance y diseñar ensayos para completar la indicación en cada paciente", afirma. Actualmente, los expertos trabajan para definir los criterios de inclusión en estas terapias y conocer en qué lesiones se puede aplicar. "Éste es el gran reto de los clínicos". "Debemos trabajar para determinar en qué paciente se puede aplicar, qué tiempo de uso es el adecuado, el modo de actuación de los motores€ debemos determinar aún una serie de variables", apunta.