"No siempre el predador vence a su presa". Aunque desconocemos en la famosa batalla épica entre el cachalote y el calamar gigante si, en algún caso, tuvo un desenlace fatal para el cachalote, sí ha podido demostrarse, en cambio, en el caso de algunos delfines en su lucha contra calamares que existe un resultado fatal para ambos. Si bien parece que podría tratarse del guión de una película, lo científicamente importante, y que se publica en la revista Nature.com, son las evidencias científicas halladas por miembros del Instituto Universitario de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria (IUSA) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), de que estos delfines mueren padeciendo una enfermedad descompresiva.

Durante muchos años prevaleció el dogma de que los cetáceos habían evolucionado adaptándose al buceo, de tal manera que era inmunes a padecer una enfermedad descompresiva. Esta patología solo se había referenciado, también por el grupo de la ULPGC en la prestigiosa revista científica "Nature", en zifios varados en asociación temporal y espacial con ejercicios militares donde se usaron sonares de alta intensidad y media frecuencia para detectar submarinos.

Doce años más de estudios de cada cetáceo varado en las Islas Canarias, ha permitido al mismo grupo de investigación del IUSA-ULPGC publicar en Scientific reports (Nature.com) la descripción de una forma aguda y severa de enfermedad descompresiva en calderones grises en su intento de predar piezas de gran tamaño.

La lucha entre el delfín y la presa provoca una situación de estrés, con cambios graves del perfil de buceo y cambios fisiológicos que llevan al animal a una situación no reversible de enfermedad descompresiva y asfixia causándole la muerte.

Esta es la primera descripción de enfermedad descompresiva aguda en cetáceos no asociada a actividades humanas. Estos trabajos fueron presentados recientemente en Fuerteventura en el transcurso de un workshop sobre zifios que coincidió con el XV aniversario del último varamiento masivo de zifios asociado a maniobras militares en Fuerteventura y Lanzarote, ocurrido el 24 de septiembre del 2002.

Dicho congreso se celebró entre el 22 y el 24 de Septiembre de 2017, patrocinado por el Cabildo de Fuerteventura y el Gobierno de Canarias. Se reunieron en el sur de Fuerteventura 30 científicos de primer nivel en la investigación en cetáceos, para mostrar los resultados científicos y técnicos más novedosos obtenidos en el conocimiento biológico, ecológico, sanitario, etc., en zifios en diferentes partes del mundo.

Como el ruido puede afectar a los cetáceos fue uno de los puntos principales a tratar en este "workshop" dirigido a poner en valor la medida adoptada en Canarias y que ha demostrado ser muy eficaz, y que podría ser utilizada en otras zonas del mundo, donde este problema sigue causando la muerte de cetáceos y particularmente, de zifios.

La alta biodiversidad de cetáceos en las aguas Canarias, tanto de especies residentes como transeúntes durante las diferentes épocas del año, hace de la Islas Canarias una de las tres mejores zonas del mundo para su avistamiento, constituyendo progresivamente uno de los atractivos turísticos marinos, con mayor proyección de su actividad económica.

La actividad humana en el océano, desde la contaminación de diferente naturaleza, como la química, la acústica, etc. Así como la intensificación del tráfico marítimo, las actividades navales y prospectivas de bolsas de gas y petróleo, amenazan de forma creciente esta riqueza natural, dentro y fuera de las zonas protegidas.