La posición idónea de un paciente al emplear un desfibrilador es horizontal. Esperar a los servicios de emergencia y permanecer en contacto con el personal sanitario a través del 1-1-2 es clave ante cualquier incidente. En ningún caso la persona afectada debe estar en contacto directo con agua ni con materiales que contengan metales.

Se debe elevar la barbilla e inclinar la cabeza hacia atrás de la persona que se encuentra inconsciente.Se sube la ropa a la altura del cuello para que quede el pecho visible y se pueda colocar los parches con los electrodos del desfibrilador en el torso desnudo del paciente.

En ese momento preciso, si todo el aparato está colocado de forma correcta, el desfibrilador analizará de forma automática el estado del corazón del afectado indicando en cualquier caso si es necesario utilizarlo, si la situación del paciente lo requiere o si no es correcto su empleo. En caso de que sí sea necesario, sin que ninguna persona toque a la persona que está inconsciente, se aprieta el desfibrilador para que ejecute la primera descarga. El aparato mostrará de forma indicativa y sencilla cómo se deben iniciar las maniobras que se deben seguir para reanimar al afectado. Siempre será imprescindible realizar varias presiones fuertes en el pecho, donde se encuentran los parches, para que actúe de forma efectiva. Después de hasta 30 compresiones diferentes se debe insuflar aire dos veces en su boca.

Al terminar esta fase, el aparato realizará de nuevo un análisis de la persona y, posteriormente, establecerá si es necesario volver a realizar la maniobra desde el principio.