Audrey Hepburn se quedó a las puertas. Algo que no tendría que hacer hoy en día si su personaje de la señorita Holly Golightly tuviera la cantidad de 29 dólares (algo más de 24 euros) en el bolsillo. Y es que más de medio siglo después del estreno de la famosa película Desayuno con diamantes ( Breakfast at Tiffany's en inglés) es por fin posible tomarse un café y un croissant no ya delante de la emblemática sede de Tiffany & Co. en Nueva York, sino en su interior.

La prestigiosa joyería inauguró días atrás una cafetería en la misma tienda que hizo mundialmente conocida la añorada Audrey Hepburn al inicio de la película. De madrugada, de vuelta a casa y cansada de una noche de diversión, la frágil Holly da buena cuenta con exquisitos modales de un croissant y un café en vaso de papel delante del escaparate de Tiffany, en medio de una Quinta Avenida prácticamente vacía.

Esto último es ahora imposible en Nueva York, la "ciudad que nunca duerme" y donde los grandes establecimientos comerciales tienen horario ininterrumpido las 24 horas del día.

Un total de 29 dólares es el precio del desayuno en el Blue Box Cafe, en cuyo diseño manda el mismo azul pastel con el que la joyería tiñe las cajitas en las que empaqueta sus codiciadas joyas. La idea de abrir el café se atribuye a Reed Krakoff, director artístico de la firma.