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Vanidades

"Para ser un buen modelo necesitas ser humilde, cuidarte y constancia"

"Mi decisión de ser modelo comenzó con diecinueve años por la inquietud de viajar y ver mundo", rememora Oliver Baggerman

Oliver Baggerman. LA PROVINCIA / DLP

¿Qué razones le animaron a participar en el concurso Súpermodelo 2008?

Fue una decisión que tomé con diecinueve años movido por la inquietud de tener una oportunidad para viajar y ver mundo. Se trataba de un programa de televisión que me permitió dejarme ver y meter el pié en el mundo de la moda. No tenía las ideas muy claras sobre mi futuro a esa edad, pero quería probar algo nuevo.

¿Tenía alguna experiencia previa en esa profesión?

No, sinceramente me cuidaba, entrenaba, pero sin relación alguna con el mundo de la moda. La primera vez que me vi rodeado por gente de ese círculo fue en el casting del hotel Mencey. A partir de entonces me aficioné.

Tuvo que ser emocionante el apoyo que le dio en aquella competición el pueblo tinerfeño de Tegueste, donde ha nacido...

Más que Tegueste debería decir el apoyo recibido por mi familia y amigos. El pueblo no apostó por nadie de ese programa; sin embargo mi entorno hizo campaña para poner carteles por las calles, darme a conocer y que la gente me votara.

Como ganador de la tercera edición del reality show, ¿qué puertas se le abrieron?

Muchas. Fui directamente a Italia, a Milán, con la agencia Elite Model Look. Di un paso de gigante, es decir que pasé un montón de filtros con el concurso. A los jóvenes que empiezan les resulta muy complicado avanzar. Tienen que invertir mucha ilusión, tiempo y dinero. Yo, con el concurso conté ya con muchas ventajas en mis comienzos. No digo que me saltara a un intermediario, pero el programa me ayudó a posicionarme un poco más arriba. Obviamente, lo que viene después es cosa de uno. Por haber ganado un concurso no trabajas locamente sin parar. Necesitas relacionarte bien, cuidarte, tener paciencia y la cabeza muy bien amueblada para poder andar solo fuera de casa. Hay momentos en que flaqueas y tienes que superarlos. Trabajé como modelo, desde los diecinueve a los veintidós años, pero luego paré y volví a casa a estudiar. A los veinticinco empecé de cero hasta hoy en día en que llevo ya cinco años de nuevo en esta profesión.

El año que vivió en Milán formándose como modelo, ¿qué le ha enseñado?

Me enseñó a conocerme, a saber que no hay que dejar atrás a familia y amigos y a valorar muchas cosas. Me fui de casa muy joven sin ayuda de nadie y me di un batacazo con la realidad, lo que yo había idealizado no coincidía con lo que veía. Es un mundo el de la moda muy competitivo, accesible a cualquiera hoy en día. Fue una etapa dura en la que aprendí mucho personalmente.

¿Para qué diseñadores de renombre ha trabajado?

Son muchos años los que llevo trabajando para muchas marcas y diseñadores. Últimamente, dentro de las marcas españolas, he promocionado un perfume de Tous y los trajes de Caramelo. En Italia, he modelado para Lamborghini, Dolce Gabbana o Emporio Armani. También he aparecido en revistas como FHM y Men's Health en EE UU He posado para clientes alemanes y hecho pasarela en la Madrid Fashion Week. En Canarias, casi siempre he aparecido en Moda Cálida, de bañadores.

¿Y las pasarelas más importantes de su carrera?

Las que acabo de comentar, pero mi perfil es más comercial que de pasarela. Los modelos de pasarela son chicos más delgados, con un aspecto más aniñado. Yo tengo una apariencia más varonil, con algo de barba, la cual es más apta para catálogos, campañas publicitarias o televisión.

¿Qué ropa prefiere para su uso personal: clásica o vanguardista?

Me gusta un look clásico: vaqueros leggins y camiseta básica para vestir a diario. También me gusta ir de traje cuando se requiere. No soy muy moderno.

Su primer contrato fue con la agencia Elite Model Look, y ahora le representa Pop House. ¿Significa un avance?

Hay que hacer distinciones. Elite fue mi primera agencia en Milán, pero mundialmente estoy representado por una agencia madre: Uno Models. Aunque en EE.UU. trabaje para Wilhelmina y en París, Milán y Londres para otra agencia, todo pasa por la principal. Sin embargo, con la que más tiempo llevo es con Pop House, la mejor de Canarias. Son como de mi familia.

Dígame las tres condiciones más importantes para triunfar en esta profesión.

Como pilar fundamental, ser humilde. Da lo mismo ser más o menos guapo. Quien elige es el cliente. Por eso no hay que ir de estrella. Lo importante es facilitar las cosas al rodar. En segundo lugar, es muy importante la constancia. Todo el mundo entiende un bajón, pero hay que remontar. Por último, la paciencia es necesaria también y tener la cabeza bien amueblada porque hay momentos de parón en el trabajo. Al principio, me resultaba frustrante este hecho, pero luego he visto que hay temporadas en que no ceso de trabajar y otros ratos en que no tengo nada que hacer. Es entonces cuando me dedico al culto al cuerpo y a estar con la familia. El mundo de la moda es muy inestable: un día puedes estar en EE UU y al otro, en China. Siempre hay que saber de dónde provienes. Yo paso mucho tiempo en Tenerife donde me gusta residir y regresar a la realidad.

¿Y cuáles son las rutinas que practica para mantenerse en forma?

Un entrenamiento funcional. Antes practicaba crossfit. Con constancia hago también ciclismo, montaña, surfear y travesías en kayak. En definitiva, realizo muchos ejercicios para mantenerme en forma.

Tiene ahora treinta años y está en plenitud. ¿Cuánto suelen durar estas carreras?

Empecé con diecinueve años, lo dejé a los veintidós y retomé la profesión con veinticinco. Este último año ha sido de los mejores que he tenido. Manteniendo un buen aspecto muchos modelos trabajan hasta los sesenta. A mí me gusta lo que hago. Si los mercados de la moda me aceptan cuando envejezca yo estaría muy feliz de proseguir con mi carrera. Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos te presentas a los clientes vía email por donde mandas archivos de fotos y vídeos. Ya no hay que estar presente como antaño.

¿Cree aportar ideas personale s en su estilo como modelo?

Ser yo mismo dentro y fuera del trabajo y no crearme un personaje. Me da la impresión de que muchos modelos tienen idénticas características. La diferencia la marca uno mismo siendo agradable, haciendo el trabajo fácil para el fotógrafo, quien te lo agradece. Muchos clientes repiten contigo también por eso, porque, entre otras cosas, has hecho que el shooting sea divertido, llevadero. Los proyectos implican un coste económico y te llaman de nuevo si facilitas el trabajo.

Como hijo de padre holandés y de madre canaria, ¿ha hecho pasarelas en ambos lugares?

En Canarias, Moda Cálida. También trabajé hace poco en Adeje, en el sur de Tenerife. En Holanda no porque es un mercado muy pequeño con poca industria de la moda.

Ha sido miembro de honor en un concurso de Miss y Mister Santa Cruz. ¿Qué valores aportan estas competiciones?

De todos estos concursos para nuevos talentos se extraen nuevos modelos y diseñadores. El valor que aporta a nivel social es la belleza. Pienso que está sobrevalorado hoy en día que cada Comunidad Autónoma tenga un representante de la belleza que le suponga un orgullo si gana a otra Comunidad.

¿Se siente tentado por la profesión de diseñador?

Cada persona tiene sus vocaciones. La mía no es diseñar. Respeto demasiado esa profesión como para verme envuelto en ella. Con mis gustos no daría la talla como diseñador.

Ha retomado los estudios de Turismo en La Laguna. ¿Qué especialidad le gustaría ejercer en el futuro?

Estudié un ciclo superior en Información y Comercialización Turística. Luego entré en el graduado de Turismo, pero la profesión en sí no me llama la atención. Pretendía con estos estudios poder viajar por el mundo, sin embargo ahora con mi trabajo ya lo estoy haciendo. El turismo es algo muy duro. No me veo en el futuro en este sector. Si volviera a empezar estudiaría otra carrera. Suelo leer mucha prensa sobre nuevas tecnologías y también me gustan las energías renovables.

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