Un grupo internacional de astrofísicos, dirigido por investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), utiliza datos obtenidos con el Telescopio Anglo-Australiano (AAT) para confirmar la existencia de estrellas arrancadas de la Pequeña Nube de Magallanes por la atracción gravitatoria ejercida por la Gran Nube de Magallanes durante un reciente acercamiento entre ambas. Los resultados de esta investigación se han publicado recientemente en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

La Vía Láctea posee dos pequeñas galaxias satélite a su alrededor: las Nubes de Magallanes. Solo visibles desde el Hemisferio Sur, la Pequeña y la Gran Nube de Magallanes (SMC y LMC, respectivamente) parecen dos objetos aislados, pero, en realidad, ambas galaxias están unidas por una estructura de gas: el Puente de Magallanes. El material de dicho puente ha sido arrancado de las Nubes de Magallanes como consecuencia de interacciones entre ambas.

Con el Telescopio Anglo-Australiano, de 3,9 metros de tamaño y gestionado por el Observatorio Astronómico Australiano (AAO), un equipo internacional de astrofísicos dirigido por investigadores del IAC, ha confirmado la detección de estrellas viejas en el Puente de Magallanes. Los astrofísicos usaron el instrumento 2dF en conjunción con el espectrógrafo AAOmega para conseguir datos de 1.500 estrellas individuales en esa región del cielo.

"El robot 2dF, pionero en el mundo, permite observar simultáneamente 400 objetos en una región del cielo cuyo diámetro equivale al de 4 lunas llenas. Así es posible obtener datos de alta calidad de un gran número de estrellas en sólo unas pocas noches", señala el Ángel López-Sánchez, doctor en Astrofísica por la Universidad de La Laguna (ULL) y el IAC, astrofísico del AAO y miembro del equipo investigador.

"El acceso al AAT ha sido posible gracias al programa Opticon del 7 programa marco de la Unión Europea que permite el acceso a instalaciones en la que participa un país europeo distinto al de origen de los investigadores", explica Ricardo Carrera, investigador del IAC y primer autor del estudio.