En el marco de dos días internacionales muy reconocidos como es el día de la infancia y el de la erradicación de la violencia contra la mujer, se han desarrollado las II Jornadas de Ciencia y Vida, #CienciaDAV, el pasado viernes en el Club LA PROVINCIA, centradas en la protección de los niños y las mujeres, en las que participaron Mónica Rodríguez, María Luisa Peña Gallo, Eduardo Hernández Felipe y un testimonio final a cargo de Marina.

Mónica Rodríguez, locutora de radio en Cope Canarias, ofició de anfitriona valorando que se realice este tipo de encuentros de reflexión y formación y animando a que se repitan por ser muy necesarios.

Tomó luego la palabra Romina Gemignani, delegada de Derecho a Vivir Las Palmas, explicando qué es DAV y su objetivo: “una plataforma de ciudadanos activos que buscan concienciar y sensibilizar sobre el valor de cada vida, desde su inicio en la concepción hasta la muerte natural”. Y agradeció, como plataforma organizadora del evento, a quienes hicieron posible esta segunda edición de las Jornadas.

La siguiente en intervenir fue María Luisa Peña Gallo, miembro de la asociación profesionales por la ética, con su charla sobre “Vientres de alquiler, una nueva forma de explotación de la mujer”, que comenzó comentando que maternidad subrogada es un término eufemístico para ocultar el negocio que se hace mercantilizando el cuerpo de la mujer.

Además, alertó sobre el hecho de que “en España se han ido dando pasos para abrir una brecha en la prohibición de los vientres de alquiler y justificar su regulación. Y esa es la excusa para introducir una punta de lanza a través de la ley presentada sobre este tema al Congreso de los diputados y que termine legalizándose”.

Continuó Eduardo Hernández Felipe, psicólogo y terapeuta, hablando de síndrome postaborto, una patología aún no reconocida oficialmente, como él resalta, pero que está sometida a contradicciones entre la realidad que muchos terapeutas observan y la resistencia a estudiarlo a fondo por la posibilidad de dañar ciertos intereses en juego.

Ante esta circunstancia, destaca que la víctima es la mujer de un “doble maltrato, primero porque muchas veces se ve presionada por situaciones límite y su propio entorno para abortar, y luego porque existe un silenciamiento sobre sus consecuencias y falta de espacios donde pueda expresarse”. Y concluye haciendo un llamamiento a toda la sociedad, “todos somos responsables de que estas mujeres no se sientan invisibles en estas situaciones”.

Finalmente, Marina, una madre coraje, dio el broche final al encuentro, contando cómo tras ser agredida sexualmente y enterarse de que estaba embarazada, luchó por defender la vida de su hijo contra constantes presiones durante meses.

Sin ninguna duda aseguró que su hijo “es una fuente de felicidad” y nunca se arrepintió de la decisión que tomó. Porque “él no es culpable de nada, al contrario, es un niño alegre y cariñoso, y no me imaginaría la vida sin él”.

Para cerrar el encuentro, Romina Gemignani, delegada de Derecho a Vivir Las Palmas, animó a los asistentes a que se sigan comprometiendo con la causa provida, “no solo asistiendo a este tipo de eventos sino también implicándose”. Porque “esta es una carrera de fondo en la que no

podemos desistir. Aunque parezca que nadie nos escucha, estamos comprometidos con la dignidad de cada ser humano y al final, conseguiremos los resultados que esperamos”, concluyó.