Un grupo de científicos dirigido por miembros del Instituto Nacional de Astrofísica - Osservatorio Astronomico di Torino (INAF-OATo) y en el que han participado investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), descubre un ejemplo particular de jet con forma de espiral repleto de remolinos. Los resultados de se publican en la revista Nature. Un blázar es un objeto astronómico asociado a una galaxia elíptica gigante en cuyo centro se encuentra un agujero negro supermasivo que emite chorros de radiación y partículas de enorme energía en dirección a la Tierra.

En la segunda mitad del pasado año, el blázar CTA 102, a una distancia de 7.600 millones de años luz de la Tierra, mostró un importante aumento de su brillo. El culmen de la emisión fue detectado el 28 de diciembre, cuando superó alrededor de 3.500 veces los niveles mínimos de brillo de años anteriores. El evento fue tan excepcional que hizo del blázar el más luminoso observado hasta la fecha.

Para seguir el evento, los investigadores del Observatorio Astrofísico de Turín (OATo) coordinaron una campaña observacional multifrecuencia: Más de 40 telescopios en el hemisferio Norte recogieron miles de datos en el rango visible, radio e infrarrojo cercano, permitiendo construir las curvas de luz en detalle. Entre ellos se encuentran el Telescopio Carlos Sánchez y los telescopios IAC-80 y Stella, todos ellos ubicados en el Observatorio del Teide (Izaña, Tenerife).

Interpretación

"Estos datos nos han permitido validar la hipótesis de que la variabilidad mostrada por este objeto es debida a cambios en el factor Doppler relativista", explica José Antonio Acosta Pulido, investigador del IAC y uno de los autores del artículo.

La interpretación de los investigadores, a partir del estudio, es que el chorro es "serpenteante e inhomogéneo" porque emite radiación en varias frecuencias y desde zonas diferentes que cambian de orientación por las inestabilidades del propio chorro o a los movimientos orbitales.