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Salud

Canarias cura a quemados en Guinea

Seis profesionales del Negrín operan a 70 ecuatoguineanos, niños en su mayoría, gracias al apoyo de Martínez Hermanos, Aldeas Infantiles y Colegio de Médicos

Personal sanitario del Doctor Negrín, con una paciente en un área hospitalaria de Bata. LP / DLP

Seis profesionales sanitarios del Hospital Universitario de Gran Canaria Doctor Negrín se desplazaron durante dos semanas a Guinea Ecuatorial para operar a 70 personas, en su mayoría niños con secuelas de quemaduras, como estreno de África Plástica, un proyecto humanitario de la Fundación Canaria del Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas con el apoyo del grupo empresarial Martínez Hermanos y la organización no gubernamental Aldeas Infantiles.

Además de las decenas de intervenciones quirúrgicas, alrededor de 200 consultas y un centenar de curas realizó el grupo dirigido por el jefe de cirugía plástica y reparadora del Doctor Negrín, Javier Fernández-Palacios, del 18 de noviembre al 2 de diciembre en Bata, la primera ciudad por población del país centroafricano. Junto al responsable del área viajaron las cirujanas plásticas Olivia María Sánchez y María Ángeles Salas, el anestesista Fabrizio Curzio y las enfermeras Ana Victoria García y María Encarnación González, todos ellos con un permiso especial de ayuda humanitaria concedido por el centro hospitalario grancanario.

También acompañó al equipo médico la directora de Martínez Hermanos en Canarias, Rosa Martín, que se encargó de coordinar necesidades básicas como alojamiento o alimentación sobre el terreno. De origen valenciano, la empresa familiar se instaló en la excolonia española durante 1927 y cuatro generaciones después ahí continúa, aunque a sus oficinas en Guinea Ecuatorial también se sumó sede en Lanzarote.

"Caemos en el país por la Fundación Martínez Hermanos 1927, una gente estupenda que ganó dinero y decidió reinvertir en Guinea Ecuatorial, es una familia mixta española y ecuatoguineana, con tantos vínculos en Lanzarote que se sienten conejeros", explica Javier Fernández-Palacios, con experiencia en expediciones de cooperación internacional a Congo y Mauritania. Según el jefe de cirugía plástica del Negrín, "nos ofrecieron su infraestructura en Guinea, el idioma resulta cercano y, encima, Aldeas Infantiles nos pone el quirófano y las instalaciones para ingresar pacientes, las condiciones no son del nivel de aquí pero pudimos desarrollar nuestro trabajo con normalidad, médicos locales y, además, nos hace la captación previa, desde un mes antes ya anuncian que vienen unos profesionales a operar gratis por boca a boca, su congosa, nuestra radio macuto, funciona muy rápido, desde que operamos a los primeros cinco al día siguiente había un montón de gente de todo el país, personas que habían tardado dos días en llegar, incluso algún camerunés".

Cocina con fuego

Las principales patologías atendidas por la media docena de profesionales grancanarios fueron las secuelas de quemaduras en un 80% de los casos y en el restante 20%, los tumores cutáneos y las malformaciones congénitas.

Para Fernández-Palacios, "se queman mucho, porque viven en zonas rurales, en casas básicas con un fuego central para cocinar, tienen muchos hijos que corren alrededor y se prende la ropa o la mosquitera, nos sorprendió cómo podían sobrevivir muchos niños a quemaduras tan graves. En el primer mundo, el fuego casi ha desaparecido, vemos muy pocos quemados de llama porque hay vitrocerámicas en la cocina", argumenta el cirujano plástico del Negrín antes de detallar que las operaciones consisten en injertos de piel o extirpación de bultos como lipomas o fibromas, además de intervenciones de polidactilia o labio leporino.

En su opinión, "no es una cirugía complicada, pero es inaccesible para ellos, entre otras cosas, porque no hay cirujanos plásticos en Guinea Ecuatorial, tienen pocos médicos y ningún especialista, así que la cirugía plástica es un lujo". Por tanto, "vienen con mucha ilusión y valentía, no ponen problemas por nada y se operan de lo que sea casi sin preguntar, adelante, los niños chicos se dejan pinchar, allí no existen las inquietudes del primer mundo; y después de la intervención se muestran súper cariñosos, son gente muy agradecida", subraya Javier Fernández-Palacios, que destaca también el apoyo brindado por Hospitales San Roque con la donación de material médico y farmacéutico.

En definitiva, "allí hay pobreza, pero la gente es trabajadora y la juventud tiene una fuerza brutal que no tenemos aquí, por ejemplo, allí ves una lámpara de alumbrado público y debajo hay cinco o seis niños estudiando juntos con esa luz, mientras que aquí pones un pupitre y un ordenador pero no se sientan, aquellos estudian y son trabajadores, esa gente tiene futuro", pronostica el jefe de cirugía plástica y reparadora del Hospital Doctor Negrín en sintonía, precisamente, con el lema de la Fundación Martínez Hermanos 1927: "Quien quiere algo encuentra el medio, quien no quiere hacer nada siempre encuentra la excusa".

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