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Paciencia en la sala de espera

Enfermos y familiares aguardan durante horas por atención médica o mera información. "No es cuestión de personal, sino de organización"

Paciencia en la sala de espera

"Amanecen 12 pacientes del servicio de urgencias en camillas, sin camas, en los pasillos", informó a primera hora de ayer el colectivo de trabajadores Mueve el Negrín tras la saturación del área sufrida a lo largo del puente festivo.

Sin embargo la situación pareció tranquilizarse a lo largo de la mañana, ya que apenas se contemplaron camillas en los pasillos durante una visita al mediodía, cuando permanecían vacías junto al acceso del servicio. Alrededor de una veintena de personas, entre pacientes y familiares, aguardaban por entonces tratamiento o información en la sala de espera, con bastantes sillas desocupadas.

Derivadas de un centro de salud de la capital grancanaria, por ejemplo, Ana María y Ana María, madre e hija, acumulaban más de dos horas a la espera de atención médica por la posible gripe o enfermedad respiratoria de la progenitora, patologías predominantes durante las últimas fechas en urgencias por la coincidencia de frío y calima. También desde las 11.30 hasta las 14.00 horas aguardó Francisco para conocer la situación de su madre, Andrea, vecina de La Aldea trasladada en helicóptero el lunes hasta urgencias por una parada cardiorrespiratoria.

"Se supone que dan noticias a las once de la mañana y a las seis de la tarde, normalmente, pero todavía no sabemos nada", explicó Fran tras informar que su madre, de 56 años, "está controlada en la unidad de críticos" tras superar dos paros cardiacos. "Dentro de lo que cabe y hasta el momento, nos han atendido, pero una de las doctoras nos comentó que habían tenido un colapso y tuvieron al director y al gerente del centro pululando por ahí, pero aún siguen bajo mínimos, dicen, no es cuestión de personal, que hay, sino de organización", comentó el familiar en compañía de cuatro pacientes más, sin contar el bebé dormido a bordo de un carrito.

"Falta gente, pero estamos los que podemos, como está crítica, no queremos que pase algo y se vean solos", argumentaron los familiares, repartidos entre los municipios aldeano y capitalino. En su opinión, "no hay mucha gente, la sala no ha estado llena, no hay gran afluencia".

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