El Gordo (71.198) regresó a la provincia de Las Palmas tres años después. Y lo hizo a la misma isla, el mismo municipio y la misma administración de Lotería. Saro Martín, encargada de la administración del centro comercial Deiland-Chemida en la localidad lanzaroteña de Playa Honda, puede presumir de haber entregado ya dos primeros premios de la Lotería de Navidad. Aunque en esta ocasión la cantidad fue sensiblemente inferior a los cuatro millones de euros que repartió en 2014 y se tuvo que conformar con un décimo que incrementará la cuenta corriente de su propietario en 400.000 euros.

Pero si hay alguien que debe sentir que está tocada por una varita mágica esa es Nita Haxhijaj, una joven natural de Kosovo que en su pequeño bazar del también pequeño pago de Lo Blanco, en el límite municipal de Las Palmas de Gran Canaria con Teror, volvió a repartir suerte -en 2015 dio un tercer premio- con 750.000 euros en seis boletos del segundo premio (51.244). Y eso que sólo había vendido un centenar de números.

Apenas unos minutos después de que los niños de San Ildefonso dejaran de cantar, el delegado provincial de Loterías y Apuestas del Estado, Juan Manuel Moragas, ya hacía recuento para conocer el dinero que había viajado a las tres islas orientales. Sobre una mesa atestada de papeles con datos sobre el sorteo, Moragas escribía con bolígrafo la cuenta: un premio del Gordo en Playa Honda, doce del segundo premio de los que seis fueron a parar a Lo Blanco, dos a la calle Ripoche de la capital grancanaria, dos más a Teror, uno a Sardina del Sur y otro a el Centro Comecial Las Terrazas; y una treintena de décimos de los quintos por diferentes municipios de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura. En total, 2,18 millones euros en la provincia. La cifra engorda hasta los 5,916 millones en el Archipiélago con lo repartido en Santa Cruz de Tenerife, poco más de la mitad de los 11,22 millones del año pasado. La famosa gasolinera de Granadilla se volvió a encontrar con la suerte y, al fin, dio el Gordo con un boleto expedido por la máquina, 22 décimos de segunda categoría y otros 23 de quinta. "Lo mejor es que ha estado muy repartido", señalaba el delegado provincial, que estuvo toda la mañana subido a su moto BMW 850 para entregar los impresos con los números agraciados.

Esos viajes comenzaron media hora después de que las bolas empezaran a rodar en los bombos del Teatro Real de Madrid. Fue con uno de lo quintos, el 58.808, con el que las Islas comenzaron a recibir una lluvia de dinero. Las calles Tomás Miller y Sagasta de Las Palmas de Gran Canaria, Punta Fielato y la gasolinera de El Cubillo en Telde, y Arguineguín fueron algunas de las localidades agraciadas, a las que se unieron Granadilla de Abona, Arico o El Rosario en Tenerife, además de Valle Gran Rey, que repartió un pellizco de 6.000 euros a La Gomera. A ellos se sumó un bazar de Morro Jable, que dejó 60.000 euros en diez décimos del 05.431 que se hizo con otro quinto.

El verdadero premio, al menos el más repartido, salió apenas 25 minutos después, cuando el reloj aún no había llegado a las nueve de la mañana. El 51.244 caía en la copa y esparcía suerte por Gran Canaria y Tenerife. El bazar Roque Nublo de Lo Blanco, situado a pocos metros del barrio capitalino de San José del Álamo, era el que se llevaba la palma. Haxhijaj había sido la encargada de vender los seis boletos, premiados cada uno de ello con 125.000 euros, a través de la máquina expendedora que, casualmente, fue sacándolos en diferentes días. A la fiesta se unió la cercana administración Caminito de Teror, de la villa mariana, donde Ruymán Verona despachó otros dos billetes con el 51.244. Y, ya en la capital, el despacho situado en el número 1 de la calle Ripoche, en el que festejaron los 250.000 euros que se llevaron los agraciados que compraron los dos billetes premiados. A ellos se sumaron el Centro Comercial Las Terrazas y la tienda 1x2 de Gopar de Sardina del Sur, en el municipio de Santa Lucía de Tirajana. Su propietario, José Antonio Romero Gopar, se llevaba una alegría doble al recibir primero la información de que había dado el cuarto premio y, después, conocer que era un segundo.

Y, como no, la gasolinera de Granadilla. En uno de los márgenes de la autopista del Sur de Tenerife aterrizaban 2,75 millones de euros gracias a los 22 décimos del número, que al final del día se convertirían en el premio acumulado más cuantioso de todos los que tocaron en el Archipiélago. El norte de la Isla también tenía algo que celebrar con los billetes premiados en Santa Úrsula, la plaza del Cristo de La Laguna y la calle Sabino Berthelot de esta misma localidad, este último con dos apuestas.

Las bolas siguieron rodando y con ello más ilusiones. Tres quintos (37.872, 18.065 y 03.278) después, la suerte regresaba a las Islas en forma, también, de quinto premio. El 00.580 viajó, otra vez, a Teror, al Centro Comercial El Mirador, El Doctoral y Morro Jable, administración esta última que repetía. En Tenerife seguían apuntándose algunos pellizcos en forma de quinto premio, que iban a Las Galletas, Santa Cruz de Tenerife, La Laguna y Poris de Abona.

El Gordo tardaba en descubrirse. Antes ya había salido el tercero, que se convirtió en el más madrugador al aparecer a las ocho y veinte de la mañana y que recayó en el número 06.914, vendido en Madrid, Barcelona, Alicante, Zaragoza y Valencia. Y poco antes de las once de la mañana llegaba el momento deseado por todos, que congelaba las esperanzas de los jugadores que soñaban con llevarse el premio máximo al bolsillo. A las 10.54 horas, Noelia Katiuska Medina y Yossueff Salhi metían sus pequeños dedos en los vasos y retiraban las dos bolitas fabricadas de madera de boj. En una el número 71.198 y en la otra la cifra de cuatro millones de euros grabada. Y con ello el Gordo que volvió a darse un paseo por las Islas. La administración de Playa Honda y la gasolinera de Granadilla, dos veteranas en la materia, volvían a saltar de alegría. No era mucho en ambos casos: 400.000 euros cada uno gracias a dos billetes impresos por la glorificada máquina que repartió alegría.

El primer premio había dejado algo y aún quedaba tiempo para un regalo más para el Archipiélago, que a la postre sería el más repartido. Era el quinto que faltaba (22.253), que se esparció con décimo sueltos por Gran Canaria (Las Huesas, Centro Comercial Las Terrazas, Moya, Carrizal, el Puerto y Triana), Fuerteventura (Centro Comercial Las Rotondas y Gran Tarajal), Lanzarote (Arrecife y, de nuevo, la administración de Playa Honda), La Palma (Breña Baja y Fuencaliente) y Tenerife (Arico, Puerto de la Cruz, San Juan de la Rambla, Granadilla de Abona, Poris de Abona, Playa de las Américas, San Isidro, La Laguna y Santa Cruz de Tenerife).

Las últimas esperanzas estaban puestas en los dos cuartos, que se resistían a salir. Primero fue el 13.378, que apareció sobreimpresionado en las pantallas a medodía; y después el 61.207, que se dejó deslizar por la trompeta cinco minutos después. El gozo de los canarios en un pozo. Los dos últimos premios fueron a parar a Castellón de la Plana, Córdoba y Pontevedra en el caso del primero, y el segundo por completo en la localidad asturiana de Candas.

El sorteo acababa con un total de 5,916 millones de euros repartidos en las Islas -5,3 millones menos que en 2016-, al que hay que añadir aproximadamente 10% de la recaudación por el cobro del reintegro del Gordo y las pedreas, como señaló Juan Manuel Moragas. Así, si los habitantes de Las Palmas se dejaron poco más de 36 millones de euros, con un incremento del 8,65% con respecto al año pasado; y los de Santa Cruz de Tenerife invirtieron otros 52 millones (un 9,6% más), el resto de agraciados se repartieron unos 8,8 millones en premios menores.