La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Foro LA PROVINCIA Conferencia de José Manuel Baltar

El chucho y el consejero

Baltar, que compartió protagonismo con una manta, apunta al trabajo colectivo para explicar los buenos números de las listas de espera

El chucho y el consejero

Pasaban siete minutos sobre las nueve en punto de la mañana cuando un chucho -una de las mantarrayas que habitan en el Poema del Mar- se asomó por un gran ventanal. Con un solo movimiento, que oscilaba entre la parsimonia y lo señorial, el animal apareció en el momento y en el lugar indicado: justo al comienzo de un nuevo Foro LA PROVINCIA, una cita en la que José Manuel Baltar -consejero de Sanidad del Gobierno de Canarias- comparecía para ofrecer una conferencia informativa bajo el título de Análisis y de la sanidad a corto y medio plazo y en la que tuvo que compartir el protagonismo -ligeramente- con uno de los inquilinos del acuario.

Por los dos atriles que presidían el salón de actos del Poema del Mar ya habían desfilado Antonio Cacereño -director de LA PROVINCIA- y Enrique Fernández -director de relaciones de institucionales de Celgene (patrocinador de la cita)- cuando Baltar y la mantarraya coincidieron en escena. La charla, en ese momento, giraba alrededor sobre qué se consideraba como un nivel aceptable en las listas de espera de la sanidad pública de Canarias. "Perdón, pero se me ha ido el santo al cielo entre tantos peces", soltó el consejero antes de encontrar en el chucho una vía de escape para aligerar el ambiente. "Ya sabía yo que esto iba a ocurrir. ¿Está la manta, no? La gente no me va a hacer caso. ¿Cómo voy a competir con la manta? Tiburones no hay...", comentó entre la risa general.

Sentido colectivo

Fue la aparición del chucho el único momento de tregua que Baltar concedió entre los datos, los propósitos y las certezas que marcan el estado de la sanidad en Canarias, un asunto capital para los ciudadanos. No eludió ningún detalle -por incómodo que fuera para su administración-, admitió errores, señaló puntos en los que mejorar, fue contundente frente al empeño de politizar la sanidad y, sobre todo, dio un sentido colectivo a su proyecto: en su hoja de ruta tienen la misma importancia los gestores, los médicos, los enfermeros, los administrativos, los sindicatos, los pacientes y las asociaciones.

Entre las 17 mesas que convertían el salón de actos del Poema del Mar en un arrecife más -con el habitual ecosistema de políticos, empresarios y periodistas que dan forma a este tipo de actos- las fuerzas vivas del sector sanitario no perdieron la ocasión de escuchar los planes de Baltar. Casi sin excepción. Atentos a las palabras del consejero estuvieron presentes representantes de los sindicatos, colegios profesionales, directivos hospitalarios, gerentes de centros sanitarios, jefes de unidad, representantes de la sanidad privada y asociaciones de pacientes.

"Asumimos un compromiso para la gestión de las personas", subrayó Baltar al inicio de su conferencia antes de añadir que "queremos hacerles copartícipes de las decisiones y corresponsables de su salud". "Somos un empresa que hace trabajos artesanales", resaltó Baltar al hablar de un plan de humanización en el que "cada paciente, cada consulta, cada intervención es única y se resuelve en un acto de un minuto o de horas. Por eso hay que reforzar a los profesionales, para que sean capaces de sumar, a la excelencia técnica que aportan en cada solución sanitaria, solvencia humana que transmita seguridad y satisfacción a los pacientes".

Ante testigos como Germán Suárez, Juan José Cardona, Jorge Petit o Tilman Kuttenkeuler -representantes del sector empresarial, político, sanidad privada y cultura presentes en el desayuno-, Baltar recalcó que "el compromiso" de su grupo de trabajo al frente de la consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias "es un contrato". Y tuvo palabras para sus antecesores en el cargo. "Se potenciaron líneas que ya se venían trabajando", añadió, "no vinimos a inventar nada. Potenciamos cosas que otros ya venían haciendo para tratar de corregir las esperas. El plan funciona", recordó, "pero también hay que valorar otras ideas, nuevas alternativas y las sugerencias de los profesionales y los directivos".

El concepto de trabajo en equipo en favor del bien común hiló buena parte de la conferencia, un concepto que en la gestión del consejero de Sanidad no se entiende sin el trabajo de Conrado Domínguez -director del Servicio Canario de la Salud y al que Baltar se refirió como parte fundamental a la hora de ejecutar su plan- ni la colaboración entre los departamentos del propio Ejecutivo regional.

Administraciones

En un análisis que llevaba como apellidos corto y medio plazo, Baltar se tomó una licencia más allá de ese guión: advertir sobre el envejecimiento de la población del Archipiélago. "Cuando llegué de Galicia, hace 25 años, entonces ya se hablaba de los riesgos de tener cada vez más personas mayores", rememoró, "y me congratulé al ver que la base de la pirámide poblacional de la Islas era gente joven. Eso, ahora, ha cambiado. Y hay que trabajar en ese aspecto".

Con ese tema sobre la mesa, y tras lanzar el guante a las administraciones locales [se puede leer en las páginas 44 y 45 de este periódico], Baltar hizo un guiño a una de sus compañeras en el Gobierno de Canarias: Cristina Valido, consejera de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda. "La coordinación", explicó, "de plazas e infraestructuras sociosanitarias será uno de los grandes ejes de la política en los próximos años". Y para sostener esa afirmación puso datos sobre la mesa: en 2030, dentro de 12 años, medio millón de canarios superarán los 65 años.

Respaldado por los números -sobre todo tras la rebaja del número de personas que esperan por un operación en los diez grandes centros sanitarios de Canarias-, tras un año en el cargo Baltar avanzó que "sólo lograremos continuar en esta senda de resultados si logramos implementar grandes estrategias". Y para ello volvió a anteponer un proyecto comunal ante un plan unipersonal. "Pero sólo lo alcanzaremos si al mismo tiempo prestamos muchísima atención a los pequeños detalles, mantenemos una visión común, una responsabilidad compartida y siempre con diálogo. Porque muchas veces la razón es de los otros".

Señalado, tras asumir el cargo hace un año, como un elemento elegido para privatizar la sanidad pública, Baltar detalló que "los sambenitos, a veces, vienen bien porque han de asumirse como los errores que uno cometió. No creo que el debate esté entre los público y lo privado. Aquí hay instituciones, oenegés y empresas que colaboran habitualmente con nosotros que han ayudado muchísimo a que los resultados de las listas de esperan se consolidasen".

En el interior del Poema del Mar, Baltar recordó la promesa que hizo al tomar posesión del cargo. "La sanidad no es un gasto, sino una inversión. Y la mayor riqueza de una tierra y de su gente es su salud. Interiorizar esas ideas nos permitirá comprender el esfuerzo que hace toda nuestra sanidad para mantener y desarrollar el sistema sanitario". Y ante ese principio, que para el equipo que lidera Baltar es ya un mantra, ni siquiera la belleza del chucho le pudo hacer sombra.

Compartir el artículo

stats