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Entrevista a Martín O'Connor

"El futuro de Les Luthiers es hacer antologías, no habrá nuevo espectáculo"

"Ni soy Rabinovich ni Tato tampoco, todo va mutando, y buscamos equilibrio para que el show no pierda calidad", explica el miembro del grupo argentino Les Luthiers

Martín O'Connor, miembro del grupo argentino Les Luthiers. LA PROVINCIA / DLP

¿Cómo se encuentra?

Muy bien, recuperado, tomándome las cosas más tranquilas porque la vorágine de la vida hace que uno a veces se pase de revoluciones. Disfrutando este momento, y a punto de terminar nuestra temporada en Buenos Aires este fin de semana y ya viene el descanso previo para ir a su tierra.

Les Luthiers regresa a Gran Canaria con las últimas funciones de ¡Chist! Antología .

¡Chist! es un espectáculo que lo estrenamos en 2015 en Asturias y ha girado por toda España y finalizamos en Gran Canaria. Cada vez que vamos estamos felices porque la gente nos recibe muy bien, porque nos sentimos como si fuera nuestra segunda casa, y estamos muy cómodos.

Cinco funciones entre el 9 y 13 de marzo en el Alfredo Kraus con este espectáculo que celebra medio siglo de vida del grupo y grandes éxitos. Seguro que si están dos semanas en cartel agotan todas las localidades. Los números de Les Luthiers son atemporales, pero ¿cuál es la fórmula para seguir despertando el interés del público?

Seguramente que llenamos. ¿Y el secreto? Vos dijiste una palabra clave que es la atemporalidad, es fundamental, porque nuestro humor se basa en cosas tomadas del absurdo de la vida cotidiana y de sus personajes palpables y diarios. Y está hecho con un estilo y una forma que pasa el tiempo y siguen vigentes. En este espectáculo que llevamos a Gran Canaria el hilo conductor son dos políticos corruptos que buscan un músico de poca monta para modificar el himno nacional [de Bromato de Armonio, 1996], y cuando lo estrenamos en España nos preguntaban si había alguna coincidencia, y les decía que esto se creó en el 96, no se ha cambiado una coma, lo que va mutando es la política no nosotros.

Como si alguien ve ahora alguna similitud en el show con lo que ocurre en Cataluña.

Claro, es como un extraño. Pero nosotros hemos logrado ese equilibrio y esa cosa de hacer algo que perdura en los años, y que la gente pueda seguir riéndose.

¿No habrá sido fácil elegir los números de esta antología?

Si, siempre es muy difícil porque aparte de haber más de 170 escritas, en la memoria de cada uno de los integrantes hay una obra que gusta más que otra, y cuando se propone una antología como ¡ Chist! se propone que cada uno elija diez obras y se ponen sobre la mesa. Después hay que debatir. En muchas hay coincidencias casi unánimes y en otras ni siquiera dos coinciden, y es ahí donde viene el trabajo meticuloso. Por ejemplo, La Bella y Graciosa Moza... que es un número del año 74 o 75 [incluido en Mastropiero que nunca, 1977], y uno tiene miedo de decir si perdió vigencia, a ver si lo ponemos, si lo intercalamos en la antología para ver la respuesta del público, y nos hemos llevado la sorpresa de otros números que no pasó nada, y otros que resultaron ser un éxito. Vamos probando muchas cosas sobre la marcha hasta llegar a armar una antología que debe de durar unas dos horas y veinte aproximadamente. Y para esta hubo consenso. Lo que hacemos es que el día del estreno, en la ciudad de Rosario, en Santa Fe, es filmarla y revisar luego el vídeo, y lo que no funciona se quita. Necesitamos tener margen para ver si lo hicimos mal y cambiar.

El montaje que llega a Gran Canaria ha pasado entonces todos los filtros y entiendo que es el más completo.

Date cuenta que el espectáculo lo estrenamos por primera vez en 2011 y lleva siete años de corrida, siete años con diferentes integrantes, lo cual también modifica el estilo, porque ni soy Rabinovich ni Tato [Turano] tampoco, ni Tomás Mayer, que ingresó ahora es Carlos Núñez, o sea, todo va mutando, ganando en algunas cosas y perdiéndose en otras, siempre buscamos el equilibrio para el que show no pierda la calidad, y hasta ahora lo hemos logrado.

El fallecimiento de Daniel Rabinovich en 2015, a quien sustituye usted, y la jubilación de Carlos Núñez, ha tenido relevos que no alteran ni la marca ni la personalidad de Les Luthiers.

Ese es el espíritu. Les Luthiers se va renovando y no tiene que perder ni un gramo de calidad, ese es el objetivo principal. Cuando nosotros no podamos brindar la calidad de toda la vida Les Luthiers se acabará. Hasta ahora lo hemos conseguido. Hoy en día somos tres históricos y tres nuevos, el espectáculo es el mismo, las carcajadas también, y de momento y hasta ahora, vamos por el buen camino.

La biografía en la web del grupo lo presenta como un antiguo reemplazante, ahora fijo, con una simpatía y aspecto físico que "le permiten integrarse en Les Luthiers sin que el público normal sospeche que se trate de una incorporación reciente".

[Risas] ¡Imagínate! Siendo yo seguidor de Les Luthiers desde los diez años, Daniel [Rabinovich] era mi cómico de cabecera, y evidentemente hay cosas que tienen que ver con él que salen de forma inconsciente, movimientos naturales que no busco hacerlos. Cuando uno se refleja en alguien desde chico ocurren esas cosas.

Acaba la gira de ¡Chist! ¿Tiene Les Luthiers nuevo espectáculo en construcción?

En principio el proyecto y el futuro tiene que ver con seguir haciendo antologías, porque me parece que el material es tan rico y tan amplio que merece ser recuperado para que las generaciones mayores las vuelvan a ver, y para que la gente joven conozca estas maravillosas obras. Siempre se va a incorporar algo nuevo, un instrumento, algo que renueve, pero no va a haber un espectáculo nuevo como fue Lutherapia. Es una decisión de los fundadores, y si tienen ganas, porque un espectáculo nuevo supone un desgaste enorme, y por ahí están un poco cansados para pasar semejante prueba. Las antologías son como más tranquilas, es repasar. Por ejemplo, ahora estamos en Buenos Aires con la antología Gran reserva, donde no hay hilo conductor y volvimos al formato antiguo de Les Luthiers, que eran números sueltos, y tiene un éxito arrollador porque se han elegido buenas obras.

El Premio Princesa de Asturias 2017 viene a reconocer el rol de comunicadores más allá de la vertiente humorística.

No es un premio a una labor artística sino al aporte que Les Luthiers hizo a la humanidad de habla hispana. Las generaciones se han criado y crecido con una sonrisa gracias a Les Luthiers.

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