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Entrevista | Jaime Mayor Oreja

"El movimiento nacionalista es como la mala hierba, que nunca muere"

"Las movilizaciones feministas son fruto de un proyecto para reemplazar los valores cristianos españoles", explica el exministro de Interior con el PP, preside la Fundación Valores y Sociedad

"El movimiento nacionalista es como la mala hierba, que nunca muere"

A Jaime Mayor Oreja le tocó lidiar con el terrorismo de ETA durante cinco años en el Ministerio del Interior, con José María Aznar en la Presidencia del Gobierno. Ahora lidera la Fundación Valores y Sociedad, que defiende los principios tradicionales y cristianos, y la Federación Europea One of Us, contraria al aborto y a la experimentación con embriones. Elude entrar en profundidad en política, porque dice que ya está retirado y cuenta que prepara el ascenso al Angliru en bicicleta, después de haber subido el verano pasado a los lagos de Covadonga. Entretanto se ha propuesto combatir "la decadencia de Occidente" dando conferencias.

La sociedad española está conmocionada por el asesinato de Almería y hay un sector que clama por la cadena perpetua revisable.

Hace falta que se aplique la ley, con todo su peso y toda su intensidad. Yo no me quiero recrear en esto. La mujer ha confesado el asesinato, así que punto final. Yo me alejo por naturaleza del morbo: que se haga lo que se tenga que hacer. Y en el ámbito legislativo, todo lo que se pueda hacer debe hacerse.

¿Es partidario de endurecer las penas?

Hace falta ley, toda la ley, pero lo que hay que plantearse es la crisis moral que hay detrás de esto. Hablar de los asesinos crea más asesinos, adquieren una notoriedad que en una sociedad sin valores los hace atrayentes, y entonces hay más asesinatos.

En ese sistema de valores que defiende, ¿qué lugar ocupa la masiva movilización feminista de la semana pasada?

Al mismo tiempo que las movilizaciones del 8-M tenemos en España tres proposiciones de ley: una sobre la eutanasia, otra sobre ideología de género y otra sobre vientres de alquiler. Ellos lo ponen en un envoltorio que nadie puede rechazar: el de la dignidad de la mujer, la igualdad... Las movilizaciones del 8-M son fruto de un proyecto de ingeniería social para reemplazar los valores cristianos españoles y europeos. Con una mujer y tres hijas, yo no soy sospechoso, pero verá cómo en breve va a haber un avance de la ideología de género, que en mi opinión es una degeneración.

¿Quiénes son ellos?

El nuevo orden mundial, el relativismo. Son palabras prohibidas y esa es una de nuestras dificultades: nuestros adversarios son evanescentes.

Habla en términos bélicos.

Se está librando una batalla cultural con el populismo. No es un debate político.

Las sociedades se transforman.

Vivimos tiempos nuevos y están vinculados a la crisis. Lo que hay que hacer es desvincular ambas cosas. ¿Cómo voy a estar en contra de las redes sociales? Son los nuevos tiempos, pero hay que diferenciarlo de los signos de decadencia.

¿Es usuario de redes sociales?

Lo mínimo indispensable. De cien minutos que tenemos dedicamos cien minutos a informarnos, y no. Hay que dedicar tiempo a pensar, a interiorizar y con las redes te quedas en la superficie. La verdad no está en la superficie, está en la raíz.

¿Se anima a aventurar hasta dónde llegará el nacionalismo catalán?

En España no hay un problema catalán, ni vasco, ni gallego. El problema es España y nuestro problema de inferioridad. ETA fue la vanguardia del nacionalismo, luego el plan Ibarretxe y ahora el plan Puigdemont. ¿Qué va a pasar después? El movimiento continúa y lo que van a hacer probablemente es dar juntos el siguiente paso, hacer legal lo que es ilegal y legalizar los referéndums con una ley nacional más que cambiando la Constitución. Y eso va a venir apoyado por el PNV, por ETA, por Ezquerra Republicana de Cataluña, por Juntos por el Sí y por el Bloque Nacionalista Gallego, por los nacionalistas valencianos y mallorquines. El movimiento nacionalista es como la mala hierba, que nunca muere. El movimiento nacionalista no tiene marcha atrás, está movido por la rabia, el rencor y la desafección. Siempre se pone el acento en la singularidad de unos y otros y ahora toca poner en valor lo que tenemos en común y fortalecer España.

¿Quién debe liderar ese movimiento?

Yo me quedo en el diagnóstico.

Ciudadanos avanza.

En España ese nuevo orden mundial ha golpeado a los partidos tradicionales. Hay un fenómeno populista que acapara un cuarto del poder y quedan tres tercios para el PP, Ciudadanos y PSOE. Ese será el nuevo mapa político. ¿Quién va a gobernar España? Ya no hay mayorías, hay tercios.

Ha mencionado a ETA. ¿La da por muerta?

ETA no es solo una organización terrorista, no nació solo para acabar con Franco: ETA nació para destruir España. Ha parado de matar pero como proyecto de ruptura está más vivo que nunca.

El Tribunal de Estrasburgo ha dictaminado que quemar fotos del Rey no atenta contra la libertad de expresión.

Reconozco una cierta perplejidad. Ha habido acciones del Tribunal de Estrasburgo orientadas, vinculadas al mal llamado proceso de paz. No hablo de falta de independencia, sino de un efecto expansivo.

¿Habla de concesiones?

Se deja de matar pero la sociedad cambia: ese es el precio político.

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