El actual envejecimiento de la población en Canarias, entre las autonomías más jóvenes décadas atrás, acercó la mortalidad por insuficiencia cardíaca a la tasa media de España en apenas un lustro. En concreto, los fallecimientos por la patología cardíaca más frecuente aumentaron desde las 9,60 personas por cada 100.000 habitantes en el Archipiélago durante 2010 hasta los 13,49 a mitad de la actual década, mientras que en el Estado se mantuvieron entre los 16,79 al inicio del periodo y los 16,85 muertos por cada 100.000 ciudadanos en 2015, último dato disponible en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

"La edad crece, cada vez vivimos más, consiguientemente, se trata de resolver mejor un problema que va a ser mayor", destacó el consejero de Sanidad del Gobierno autonómico, José Manuel Baltar, al presentar el nuevo protocolo de atención a los procesos crónicos cardiológicos junto a la directora general de Programas Asistenciales del Servicio Canario de la Salud (SCS), Elizabeth Hernández. Precisamente, la responsable asistencial coincidió en que la aproximación de la tasa canaria a la española, "probablemente, tenga que ver con la pirámide poblacional, porque la insuficiencia cardiaca es una patología directamente asociada a la edad y a la morbilidad"

En paralelo a la mortalidad, los ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca en el SCS también aumentaron durante los últimos años, según Hernández, desde los 2.992 pacientes en 2015 a las 3.106 personas del pasado ejercicio. Con un total de 25.751 ciudadanos afectados por la patología a lo largo de su vida, la insuficiencia cardíaca se sitúa como la primera causa de ingreso hospitalario dentro de los procesos cardiológicos.

Primera causa de óbitos

De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística, las enfermedades cardiovasculares se mantienen como la primera causa de morbilidad y mortalidad en la población, tanto española como canaria.

"El aumento del número de personas con procesos cardiovasculares crónicos sigue creciendo debido a factores de riesgo cardiovascular, como son la diabetes, la hipertensión, el tabaquismo, la hipercolesterolemia, el sedentarismo y la obesidad. Es, por tanto, necesaria una atención integral y coordinada de estos pacientes entre los diferentes ámbitos asistenciales", destacó Baltar en el lanzamiento del protocolo para cardiopatía isquémica crónica y estable, fibrilación auricular y valvulopatías, además de insuficiencia cardíaca. Enmarcada en la Estrategia de Cronicidad del SCS, que propone un plan de actuación ante las enfermedades cardíacas más prevalentes, la iniciativa de Programas Asistenciales contó con la colaboración de doctores especialistas, tanto en cardiología como en medicina familiar y comunitaria, enfermeros y trabajadores sociales con el objetivo de lograr una asistencia integral entre la atención primaria y especializada, entre los centros de salud y los hospitales.

Entre otras medidas, el protocolo contempla impulsar la figura del especialista consultor y la herramienta de la consulta virtual para facilitar el intercambio de información entre los profesionales, de forma que responder más rápido los procesos crónicos cardiológicos, resolver en tiempos y formas más eficientes. Con el nuevo documento, además, se inició también a principios de año el Plan 100 días para la insuficiencia cardíaca crónica, un proyecto del SCS en colaboración con Novartis y el Institute for Transformational Leadership (IfTL) para estudiar los procesos asistenciales en los casos de la patología y mejorar la respuesta integral en equipo.