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Entrevista | Teseida García

"A Canarias llegan muchas mujeres que son víctimas de redes de prostitución"

"La reforma del Código Penal hace que casi salga gratis traer inmigrantes destinadas a redes de prostitución", destaca la Fiscal de Extranjería y Cooperación Internacional en Las Palmas

Teseida García, en su despacho de la Ciudad de la Justicia. LP/DLP

¿Cuando llega un grupo de inmigrantes a España cómo se diferencia a los menores de edad?

Hay menores a los que no se les hace una prueba, si se ve claramente que lo son, no se hace. Solo se llevan a cabo las pruebas cuando hay dudas, que suele pasar con niños con edades comprendidas entre los dieciséis y los dieciocho años.

¿Cómo se determina?

Nosotros estamos aplicando mejoras hacia un procedimiento holístico, es decir, que no se tenga en cuenta un único factor, sino todo lo que circunscribe al presunto menor. Desde la edad que dice tener, hasta si porta algún documento. Si no hay suficiente se hacen pruebas de determinación de la edad. Se hacen radiografías de mano y boca y son analizadas por un radiólogo y dos médicos forenses. Luego se hace un examen físico de las personas y uno de los caracteres sexuales, cuando muestran su consentimiento. En todo este proceso se tarda alrededor de una semana.

¿Los inmigrantes suelen traer consigo su documentación?

El problema es que cuando llegan, la mayoría dicen siempre que son menores y no suelen traer ningún tipo de documentación. Ante esta circunstancia lo único que nos queda es hacer pruebas médicas porque no somos adivinos para saber a ciencia cierta si tienen esa edad. Lo único que es totalmente fiable es el pasaporte oficial.

¿Si sigue creciendo la economía aumentará la llegada de inmigrantes a las Islas?

La gente no huye por gusto de sus lugares de nacimiento , sino por necesidad. Si sigue aumentando la economía en nuestros países y en los Estados emisores sigue habiendo guerra y conflictos, van a seguir viniendo. Si nuestro progreso no va acompañado de una mejora de las condiciones de estos lugares, esa gente, lógicamente, vendrá.

¿Cree que los Centros de Internamientos de Extranjeros son la mejor opción?

Creo que los centros de internamiento no tienen la mejor fama pero que son necesarios para poder ejecutar las medidas de expulsión cuando así se acuerden. Es normal que la gente no quiera irse de un país al que acaba de llegar y en el que desea estar tras huir de su lugar de origen. En cualquier caso se debería de evitar unificar en estos centros a aquellos que tienen condenas judiciales y a los que están por una cuestión administrativa.

¿Son ciertas las críticas que reciben o están en buen estado?

No se vulneran Derechos Humanos, hay determinados CIE en los que las condiciones, obviamente, deberían ser mejores y a lo largo de los años se han constatado varias faltas y carencias en el CIE de Barranco Seco. Por ejemplo, la falta de traductores, que se ha ido solucionando, o la ausencia de asistentes sociales. Lo que persiste es la falta de preocupación de los letrados por las personas internadas. Muchos desconocen la situación en la que están o si pueden recurrir . Además, hay un déficit de formación en los letrados de oficio en estos temas.

¿Esto ha sido así siempre?

Antes había un turno específico de extranjería. He visto verdaderas carencias dentro del CIE. Gente por la que se podría haber hecho algo más, pero que les costaba que sus abogados les hiciesen caso. Hay que dar recursos y tener formación. Para el inmigrante es como estar delante de un túnel con las luces apagadas, simplemente no saben lo que ocurre ni lo que va a pasar. Antes el letrado se podía escudar en que no conocía el idioma, pero ese defecto ya se ha corregido.

¿Hay alguna vinculación entre la inmigración y la vulneración de los derechos de la mujer?

Está muy vinculada a la trata de personas. Tenemos indicadores de que muchas de las mujeres que llegan en pateras o a través de los aeropuertos, por conexiones con África, tienen como destino final la prostitución. Cuando son menores, las mafias las aleccionan para que digan que tienen más de dieciocho porque la pena es menor. Este es el principal problema, que se hagan pasar por mayores de edad.

¿Las que llegan por avión vienen acompañadas?

Sí, y vemos que muchas de las mujeres que llegan son víctimas de algún tipo de red que las va a destinar a la prostitución. Muchas de ellas desembarcan en las costas de Almería y luego las redes, sobre todo las nigerianas, las van moviendo por los distintos sitios turísticos, sobre todo Palma de Mallorca y Canarias en verano e invierno.

¿Qué problemas añadidos presentan las que llegan por los aeropuertos?

Que ellas vienen con el pasador. El problema es que antes de la modificación del Código Penal nosotros a los pasadores los imputábamos por delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, como a un patrón de una patera. Podíamos pedir prisión y la cumplían, de cuatro a ocho años. La pena ha cambiado. Ahora es o multa o como máximo un año de cárcel. Sale gratis prácticamente.

¿Por qué se ha reducido?

Antes el Código Penal contemplaba unas penas muy altas para la inmigración irregular. En 2015 se cambió y estamos ante una situación en la que las pateras sí que están castigadas con penas más o menos adecuadas pero al pasador le sale gratis traer mujeres de África a Canarias y facilitarles la entrada. No tiene sentido pedir prisión por menos de un año.

¿Cómo se cambiaría esto?

Volviendo a revisar el Código Penal. Introduciendo claramente la inmigración irregular y aumentando penas. Entiendo que algo proporcional sería entre uno y cinco años de prisión. Ahí hay un margen para diferenciar a los que facilitan la entrada y a los que se están aprovechando de una circunstancia de vulnerabilidad. La visión de género es algo pendiente en este tema.

¿Debería pesar más que sea víctima de la trata que el ser inmigrante irregular?

Por supuesto. Los que llevamos extranjería, como con el tema de La Manada, hemos venido sufriendo que no se termine de comprender la realidad de la mujer que está siendo explotada sexualmente. Hay que entender que, aunque esa mujer pueda tener la posibilidad de irse por ella sola, no lo va a hacer porque tiene miedo de lo que pueda pasarle a su familia o de las amenazas que puedan haber recibido. Son años de sentencias en las que no se ha tenido en cuenta la perspectiva de género ni la situación geopolítica del país del que vienen, incluyendo la posición que ocupa la mujer en la sociedad del estado emisor.

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