La señora Törnros cambió la Iglesia Anglicana de Ciudad Jardín, sede principal de su actividad, por el salón dorado del Gabinete Literario. Lleno absoluto y cierre de puertas por aforo colmado. Con el programa Joyas del Mundo Coral desplegó un sugestivo itinerario de épocas, lugares y estilos que testan su excelente oficio y la versatilidad de sus cantores, todos amateurs.
Comenzando por el Renacimiento europeo, con sensibles y refinadas interpretaciones de William Byrd y Orlando di Lasso a cargo del grupo My Ladies (una veintena de voces femeninas entrenadas en la emisión leve y la transparencia modal), y prosiguiendo con el Coro Mixto que agrega siete voces masculinas para la polifonía barroca de los ingleses Dowland y Morley, todos dejaron admirable constancia de entendimiento estilìstico y ductilidad vocal. Ulrika Törnros entonó después con la solista Lenita Burman y el violonchelo de Elena Marrero Montelongo el precioso duo Esurientes de Vivaldi, deleitando seguidamente con la compleja Ave María de Caccini.
A partir de ahí, canciones modernas sobre poetas de lengua española: Mario Benedetti en el espléndido Te quiero, de Favero y el rítmico Juramento, de Miguel Matamoros. Incursión en la música cinematografica con Nella fantasía, de Morricone y fin de fiesta con When you believe, de Stephen Schwarz, que sacó a escena a un encantador conjunto de voces infantiles-juveniles e implicó al público en la entonación del ostinato rítmico. Simpático, elegante y de muy buen nivel artístico, el concierto fue la golosina de un mediodía dominical. Sería estupendo que la culta directora y sus coralistas se interesaran por el tesoro de la Capilla de Música de la Catedral de Santa Ana. Pueden hacerlo con excelencia.