Una paliza "brutal" y "salvaje" fue lo que acabó con la vida de la mujer de 37 años que fue encontrada muerta en el interior de una vivienda de El Draguillo (Santa Cruz de Tenerife) en agosto de 2017. La Fiscalía considera que fue el que entonces era su pareja, A. H. O., quien presuntamente se la propinó y por eso le acusa de un delito de asesinato y pide para él 23 años de cárcel. El hombre, natural de Santa Cruz de Tenerife, ya había sido condenado un año antes del crimen por un delito de violencia de género, según apunta el Ministerio Público en su escrito de calificación.

Los hechos que se juzgan ocurrieron durante la tarde noche del viernes 4 de agosto de 2017 en el interior de una vivienda que la pareja había ocupado días antes en la zona de Barranco Grande. Tanto ella como él eran consumidores habituales de drogas y habían comenzado una relación desde finales de mayo del año pasado.

Según el escrito de la Fiscalía el acusado después de ingerir sustancias estupefacientes y alcohol con ánimo de acabar con la vida de la mujer "la agredió salvaje y repetidamente". Este ataque le causó "múltiples lesiones en la cara y el cuello", que incluso hicieron que la mujer perdiera varios dientes. Además, el acusado también presuntamente le propinó golpes con "un objeto duro y contundente", que sin llegar a fracturarle el cráneo sí le ocasionó varias en heridas en la cabeza.

La víctima presentaba también 17 heridas producidas por golpes "con unas tablas de tapiflex que estaban en el lugar" y que le hicieron hematomas en el tórax, el abdomen y las nalgas.

El escrito de la Fiscalía también determina que la mujer presentaba una "mordida humana" en el brazo izquierdo, así como múltiples hematomas en el brazo, el codo y el antebrazo izquierdo y derecho.

El Ministerio Público apunta que esta "brutal paliza" le produjo a la víctima la fractura de varias vértebras y del esternón, que ocasionaron hemorragias. Además, el aplastamiento torácico abdominal que sufrió le ocasionó una rotura del hígado y también del cartílago del cuello. Todo esto, unido al politraumatismo provocó el fallecimiento de la víctima por "asfixia y edema pulmonar", que la Fiscalía asegura que se produjo "tras una prolongada agonía".

A pesar de que la mujer también se encontraba bajo los efectos del alcohol y estupefacientes, el fiscal considera que pudo "oponer algo de resistencia a la actuación del acusado".

Los hechos se conocieron el sábado 5 de agosto de 2017, cuando un vecino de la zona efectuó una llamada al 112, dando aviso a los servicios de emergencia porque al parecer había una persona que se encontraba en malas condiciones.

Sobre las 8:00 de la mañana se trasladó hasta allí una patrulla de la Policía Nacional que encontró en el interior de la vivienda el cadáver de la mujer sobre un colchón con síntomas evidentes de agresión.

Los agentes procedieron en aquel momento a detener a A. H. O. ya que el relato de los hechos que hizo a la policía fue incoherente, según explicó en días posteriores al suceso el subdelegado del Gobierno, Guillermo Díaz Guerra.

El escrito de la Fiscalía señala que el acusado ya había sido condenado por violencia de género en una sentencia del 5 de agosto de 2016 por un delito de lesiones, cuando todavía no mantenía una relación con la víctima.

Este crimen se convirtió en el cuarto asesinato machista que ocurrió en el Archipiélago en 2017 y en el número 34 en todo el país aquel año. Provocó multitud de reacciones contrarias entre los representantes públicos de todo el país y también en diferentes ámbitos de la sociedad canaria. Decenas de personas acudieron a la plaza de la Candelaria para mostrar su repulsa ante este tipo de sucesos.

Juicio

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife acogió este viernes 15 de junio el inicio del juicio por el asesinato de una mujer de 38 años en el barrio de El Draguillo en la capital tinerfeña. El procedimiento comenzó con la constitución del tribunal del jurado y está previsto que se reanude este lunes.

La Fiscalía acusa a A. H. O. de acabar presuntamente con la vida de la que entonces era su pareja en una vivienda que ambos había ocupado recientemente. Por un delito de asesinato pide para él 23 años de prisión, además de la inhabilitación absoluta y el pago de las costas.

El Ministerio Público considera que se debe aplicar el atenuante de drogadicción, ya que en el momento del suceso el acusado había consumido alcohol y sustancias estupefacientes y era consumidor habitual de drogas. Además, el fiscal determina que se debe aplicar también el agravante de parentesco, ya que ambos convivían y mantenían una relación desde hacía varios meses.