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Entrevista | Nicolás Melini

"Mi obra viene cargada de cierto tremendismo sobre la realidad"

"Me siento identificado con los escritores canarios más universales y literarios, más humanistas" señaló el escritor

Nicolás Melini. ANTONIO TIEDRA

¿Me puede hablar del Festival Hispanoamericano de Escritores que usted organiza, entre otros, y que abarca del 18 al 22 de septiembre del presente año en La Palma?

Es la primera vez que se organiza. Lo hacemos con la cátedra Vargas Llosa y el ayuntamiento de Los Llanos de Aridane. Lo inaugura con una conferencia el director del Instituto Cervantes, Juan Manuel Bonet. Vamos a traer a escritores de Chile como Jorge Edwards o Carlos Franz; de México, como Hernán Lara Zavala, Mónica Lavín o Gonzalo Celorio, pero también autores de Canarias, como Cecilia Domínguez Luis, Elsa López, Anelio Rodríguez Concepción o Santiago Gil. Asimismo vendrán escritores sudamericanos que residen en la Península, como el peruano Jorge Eduardo Benavides, el venezolano Juan Carlos Chirinos o la argentina Valeria Correa Fiz. Entre los españoles, se encuentran también José Esteban, Olvido García Valdés o Carmen Posadas.

¿Traerán a alguien más?

Contamos, además, con prescriptores que poseen influencia fuera del ámbito español, tales como el librero y editor peruano-suizo Rodrigo Díaz o Francisco Javier Pérez, que está al frente de las Academias Hispanoamericanas de la Lengua. En total serán unos 40 participantes y haremos recitales, conferencias, mesas redondas, debates, firmas y encuentros con los jóvenes a lo largo de los cinco días que dura el festival.

¿En su faceta de escritor, cuál es la obra más reciente que ha publicado?

Brindo por el hombre más puro que conozco, que salió hace unas semanas a la venta. Es un libro en el que toco muchos temas porque hay ficciones de distintos géneros y personajes de todo tipo. La masculinidad atraviesa todo el libro porque, aunque no seamos muchas veces conscientes, cuando contamos historias, denunciamos de alguna manera la violencia del varón, algo muy común en la literatura y el cine del siglo XX y XXI. Abordo diversas cuestiones: desde la depresión tras una pérdida a la agresión sexual, la violencia pura, o historias de iniciación en la vida. Hay también un cuento sobre una madre conviviendo sola con un hijo que padece una enfermedad mental.

Decir de usted que es polifacético no le hace justicia. Tal vez le defina mejor una ambición expresiva sin barreras de géneros literarios.

Creo en relacionar los géneros entre sí. Estamos en una época en la que, una vez que los géneros han sido algo muy sólido, tipo novela negra, por ejemplo, o géneros literarios -novela, cuento o ensayo-, lo que hacemos ahora es mezclarlos. Muchos artistas hoy realizamos propuestas nuevas a partir de combinaciones de todo tipo, yo introduzco incluso la fotografía y los cortometrajes, el cine.

En todo caso, lo que prevalece en su instinto creativo es contar historias en soportes diversos: cuento, novela, poesía, crítica, guiones de cine, dirección de cortos de ficción?

Sí, lo que sí hay, sobre todo, es una pasión por la escritura sin importarme el género. Me gusta acercarme a todos. Me interesa mucho la ficción, pero también el texto breve, los ensayos y los artículos. Los guiones de cine suelo escribirlos por encargo, como simple técnico profesional que trabaja para un director o un productor, como ha ocurrido, por ejemplo, en el caso de un monólogo teatral que se está representando ahora en México., en Centroamérica.

A los 24 años deja la isla natal, La Palma, y se instala en Madrid, donde a partir de 1997 eclosiona esa expresividad plural. ¿Cuáles fueron los influjos dominantes?

En el momento inicial, he de decir que pertenezco a un matriarcado literario, el de Elsa López en La Palma, bajo el que me he desarrollado como escritor. Me han influido muchos autores, quizás demasiados para decir nombres. En un principio, de adolescente, leí a Borges, Cortázar, Poe, Lovecraft, luego a Raymond Carver, Salinger o Bukowski. Posteriormente, he ido sumando lecturas indispensables, como Cesare Pavese, entre otros. En el cine, me han interesado los cineastas autores, por ejemplo, en la década de los 90 destacaron los directores Abbas Kiarostami, Kaurismäki o Éric Rohmer.

Los mejores críticos canarios y figuras literarias como Antonio Gala se interesan por su obra y la elogian. ¿Qué destacan en sus narraciones y poemas?

Lo que atraviesa todo lo que hago, ya sea cuento, poesía o novela es, hasta ahora (porque es posible que esto cambie en los inéditos), cierto tremendismo a la hora de acercarme a la realidad y al mundo, con algo de aliento poético, tal vez. Lo que hago es aproximarme a la realidad básicamente desde mi forma de mirar el mundo y a medida que voy descubriendo lo que me interesa lo voy contando y buscando nuevas formas para ello.

"Leer a Melini es exponerse. Te confronta con los miedos y deseos desterrados más allá del alma", ha expresado uno de sus críticos. Y usted mismo califica su visión del mundo, como ha dicho, de "poética y tremendista". Dígame por qué.

Creo que tiene mucho que ver con el carácter. El escritor se hace indagando sobre sí mismo, encontrando fuera los signos que también desvelan lo que es. De alguna manera, lo que hacemos es encontrar afuera lo de adentro y adentro lo de afuera. Es imposible conocer el mundo sin conocerse a sí mismo, por lo que es muy importante un cierto nivel de introspección. Forjamos un carácter que, además del de la persona es el del autor.

"Hay una crisis de la masculinidad", afirma usted cuando se declara feminista, aunque no radical ni dogmático. ¿Arranca esa crisis del 8M o se gesta desde mucho antes?

No arranca del 8M, que más bien es algo que sucede sólo en España y es la visualización de que la mayoría de nosotros queremos la igualdad real entre hombres y mujeres. Pero esta "crisis de la masculinidad" ocurre en todo occidente desde hace décadas. Yo me he criado en el feminismo. El término machista surge en los años 70 de donde proviene mi generación. Hombres y mujeres hemos participado por activa y por pasiva en traer este asunto hasta donde se encuentra.

¿Ya tiene escrita su novela o su guión sobre la deseable igualdad de géneros?

Ya lo he hecho, queriendo y sin querer, tanto en los libros que he publicado y que aparentemente no tocan el tema, como en los inéditos. A final de año, por ejemplo, en Francia, saldrá a la venta una novela sobre una pareja en la que hay un problema de menosprecio, de sufrimiento por ambas partes, pero, sobre todo, ocasionado porque una persona castiga a diario a la otra. Creo que las diversas desigualdades posibles son temas recurrentes en la literatura. Ya Cervantes hablaba de las desigualdades de su tiempo.

A una edad netamente productiva, antes de los 50 años, ya reúne una rica bibliografía y un importante conjunto de cortos cinematográficos. ¿Cuál es la ruta prevista por su instinto creativo en estos momentos?

Voy a escribir todo lo que pueda. Siempre que surjan encargos que me apetezcan pues los haré, ya sean de cine o literarios. Básicamente, lo que intento es hacer hueco en mi vida para poder escribir.

La dimensión y el ambiente de La Palma está en las antípodas de las macrourbes cosmopolitas como Madrid, pero usted se identifica con ambos escenarios en la vida y en la literatura. Si quisiera retirarse para escribir, ¿elegiría uno de ellos o ninguno?

Estoy a gusto en ambos. No siento la necesidad de elegir un lugar. Seguramente el adecuado para escribir es un sitio donde tengas tiempo y donde te puedas ganar la vida fácilmente. No creo que la tranquilidad de un entorno o el bullicio sean relevantes para la escritura, sí lo es poder ganarse la vida de tal modo que se pueda escribir.

Si es lector habitual de los escritores canarios, dígame con cuáles se siente más identificado de todos ellos.

Con los más universales y más literarios, con los que están en una corriente humanista. Me siento identificado con Isaac de Vega; como poetas con José María Millares o Manuel Padorno; cuentistas como Dolores Campos-Herrero, de la que he hecho la edición de su cuentística hace poco. De los escritores actuales, de mi generación, me siento muy identificado con Anelio Rodríguez Concepción, Santiago Gil o Bruno Mesa.

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