El daño que la diabetes, esa enfermedad silenciosa, inflige en la salud de los canarios tiene muchas ramificaciones. Según datos aportados por Fadican (Federación de Asociaciones de Diabetes de Canarias), el 55% de las personas censadas en las Islas en la Organización Nacional de Ciegos (ONCE), deben su patología visual a una diabetes. De forma similar, el 54% de los sometidos a un tratamiento de diálisis son diabéticos. "Tenemos que cuidarnos mejor, es una enfermedad grave, pero es asintomática, no duele", afirma Julián Antonio González, presidente de Fadican.

Las estadísticas sitúan la incidencia de la diabetes en Canarias a un nivel algo superior al de la media nacional. Si en este caso la enfermedad alcanza a un 13,8% de la población, en las Islas llega a un 15,6%. Además, 70.000 canarios desconocen que la padecen.

¿A qué se debe estos datos? "En Canarias hay dos problemas asociados, la alimentación, que hemos cambiado, y el sedentarismo. Hacemos mucha cazuela y poca suela, pero para controlar la diabetes es necesario mucha suela y poca cazuela", señala González. En cuanto a los hábitos alimentarios, la evolución a peor es evidente: "Hemos cambiado el potaje, las verduras, la dieta mediterránea por comida basura básicamente. Consumimos un exceso de hidratos y grasas, todas estas grasas procesadas que están en los donuts, las palmeras, en toda la bollería industrial", explica.

Así, el presidente de Fadican denuncia que el REA (Régimen Especial de Abastecimiento) está subvencionando productos "que lo que hacen es engordarnos, como esas grasas, esos aceites de soja, de palma, azúcares..." También lamenta la irrupción de la cocina precocinada, que se ha ido colando desafortunadamente en la dieta de los canarios. "Te pones a observar qué alimentos ponen en el carro las familias y te das cuentas por qué tenemos en Canarias en niños el 40% de sobrepeso y obesidad, y en adultos el 30%".

Tipos

No todas las diabetes son iguales Lidia Blanco, presidenta de Adigran (Asociación de diabetes de Gran Canaria), distingue entre la "diabetes tipo 1, que es la que se da en edades más jóvenes. Es una enfermedad autoinmune, no se puede prevenir, no va asociada a malos hábitos. En la tipo 2 influyen algunos factores como la genética y la edad, que no podemos modificar, pero otros sí son modificables y hay que actuar para prevenir. Hasta un 70% de la tipo 2 se puede prevenir, pues tiene que ver con malos hábitos como el tabaquismos, el sendentarismo y la alimentación". Blanco también es partidaria de "volver a los fogones y no consumir tanta comida procesada".

Prueba de esta degradación en los hábitos es que la diabetes es cada vez más madrugadora en nuestras vidas. "La tipo 2 antes se decía que aparecía a partir de los 60 años, después se bajó a 50. Ahora los 40 años ya constituyen un factor de riesgo. Incluso tenemos niños y jóvenes que si no tienen diabetes sí que tienen una prediabetes, con valores alterados de glucemia, básicamente por la obesidad", añade la presidenta de Adigran.

¿En qué consiste la diabetes? Julián González explica que "en una persona que no tiene diabetes, el organismo de manera automática regula los niveles azúcar y te aporta los niveles de insulina. La insulina hace que los azúcares entren en las células. En la diabetes tipo 1 el páncreas ya no produce insulina. Así que estas personas tienen que aprender a hacer lo que antes hacía el organismo de manera automática. Será el endocrino quien informe y ayude a aportar la cantidad de insulina, que no puede ser cualquiera". La tipo 2 puede obedecer a varias causas, como la resistencia a que haya insulina, o que los receptores de insulina de las células estén fallando. En este caso, a diferencia de la I, no siempre va a ser necesaria insulina externa.

Una vez que se ha recibido el diagnóstico, hay que seguir los consejos médicos y no descuidarse, para evitar complicaciones. "Es una enfermedad crónica, si la persona afectada por la diabetes la tiene bajo control con su médico de familia, puede hacer una vida totalmente normal, con los inconvenientes que la propia enfermedad te pueda ocasionar: tomarte fármacos, pincharte insulina, hacerte controles..."

"En la de tipo 1 desde joven tienes la enfermedad y tienes que aprender a ponerte insulina externa. En la 2 es diferente. Hay gente que sigue haciendo su vida normal y llega una edad, diez o quince años después, porque subimos de peso, porque no nos cuidamos tanto no cuidamos la alimentación, en que puede empezar a fallarte la vista, o te puede dar un ictus o te tienen que amputar una pierna o tienes una patología renal. Durante años aparentemente no crea complicaciones, pero cuando ya te aparecen las molestias y el dolor ya no tienen remedio", finaliza.