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Entrevista | Gervasio Sánchez

"Las guerras solo acaban cuando las consecuencias se superan"

"Hay que documentar las zonas oscuras del mundo para que nadie pueda decir que no sabía lo que pasaba" afirmó el fotoperiodista de guerra

El periodista y fotógrafo Gervasio Sánchez, ante una de sus imágenes de refugiados. VÍCTOR ECHAVE

Más de treinte años como fotoperiodista han llevado a Gervasio Sánchez por algunos de los conflictos bélicos más crudos del planeta. "Llevo toda mi vida viendo matar a la gente, y he conocido muy pocos héroes en la guerra", dice con resignación el fotógrafo, que se decanta por la supervivencia en su última serie. Vida, una colección de setenta fotografías sobre la normalidad que logra abrirse paso entre la violencia.

Después de haber visto tanta muerte, ¿necesitaba hacer esta serie fotográfica?

Yo creo que, desde que empecé a publicar libros en 1995, ya había decidido que lo que me importaba era mostrar la vida. En mi primer libro sobre Sarajevo, solo hay dos muertos descubiertos y eso que, cuando se publicó, todavía estaban lloviendo bombas. Gerardo Mosquera, el comisario de esta exposición, también ha apostado por la vida, y no por la muerte.

¿Impacta más hablar de sobrevivir que de morir?

Yo no creo que impacte más, yo creo que debería servir para que reflexionásemos más. Uno de los problemas del periodismo es que nos hemos quedado casi siempre en los aledaños de los conflictos porque, si hablásemos de las causas de las guerras, tendríamos que hablar de políticos, empresas y bancos. Los culpables no son solo los que disparan, son los que jalean los negocios de la guerra, y el negocio nunca tiene ideología. Zapatero, por ejemplo, ha vendido más armas que Aznar. Y, cuando ha llegado Rajoy, ha seguido incrementando el negocio.

¿Estamos desinformados de la culpabilidad de España en los conflictos internacionales?

De la culpabilidad de España, de la Unión Europea. Todos ponemos el foco en Trump, en lo que hace con los inmigrantes, pero aquí también se ha hecho. Aquí se han hecho expulsiones en caliente, pero la prensa no está haciendo el trabajo que tiene que hacer.

Y, sin embargo, de repente un tema despunta, como el caso del Aquarius .

Eso fue un gran circo. 600 periodistas haciendo fotos de un barco que está llegando, cuando lo que se tendría que haber hecho es haber presionado a Italia para que hubiera desembarcado allí y que el Aquarius estuviese una semana antes sacando a gente que se puede ahogar. Mientras se esperaba a las 629 personas del Aquarius, llegaron ese día 1.300 a las costas del sur. ¿Cuántos periodistas estaban allí? Ninguno.

Usted ha visto muchas tragedias como esas. Niños soldado, deportaciones...

Es importante documentar lo que ocurre en las zonas oscuras del mundo, para que nadie luego pueda decir que no sabía lo que estaba pasando. Yo me he encontrado con altos políticos que negaban que supieran lo que estaba pasando en Bosnia. Y eso es mentira, porque la cobertura de Bosnia fue fantástica. Lo que hay que hacer es no dejarse influir por temas de impacto inmediato. Por eso yo me voy el tiempo que necesito para hablar y contarle a la gente para qué sirve mi trabajo.

¿Y para qué sirve?

Si me lo hubieras preguntado cuando empecé, te hubiera di- cho que para cambiar el mundo. A estas alturas, creo que en este trabajo está el desarrollo de un de-sastre que vivimos desde hace milenios. La guerra forma parte del ser humano.

Para usted la de Sarajevo fue crucial. Pasó de fotografiar a los muertos a enfocarse en los civiles. ¿Qué despertó ese cambio?

Creo que la clave está en un día que estaban bombardeando salvajemente la ciudad. Un amigo mío y yo estábamos en una esquina, y pasó un señor y nos dijo: "¿Qué, esperando a los muertos?" Yo me fui a por él y casi le golpeo, porque el día anterior habían matado a un periodista esloveno, habían heri-do a una periodista alemana. Nosotros mismos estuvimos a punto de morir. Cuando acabó esa jornada, después de haber hecho un montón de fotos durísimas, me pregunté: "¿Estábamos esperando a los muertos?" Tuve una sensación de resentimiento con mi trabajo, eso provocó que hiciera otro tipo de fotografías.

"El drama no ocurre solo en lugares alejados", ha dicho. ¿Se centra hoy en alguno en España?

Estoy con el problema de los desaparecidos. El día que se conmemore el 100 aniversario de la Guerra Civil, y los políticos se dediquen a conmemorar, sacaré el drama de una guerra que no acabó en el 39. Porque las guerras no acaban cuando dice Wikipedia, acaban cuando las consecuencias se superan. Y la consecuencia es que seguimos buscando a los muertos en las cunetas.

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