Dácil Vera nació en Gran Canaria en 1976. O eso creía hasta hace poco más de año y medio. Tras un despiste de su madre, que sin querer afirmó que nunca había dado a luz, descubrió que nació en Madrid y que sus padres la habrían adoptado en la clínica San Ramón por 200.000 pesetas, unos 1.200 euros. Recurrieron a este centro porque "habían escuchado que el proceso de adopción era más ágil", según los detalles que le ofreció su madre. "No me sorprendió, ya que tenía sospechas por no tener semejanzas físicas con mi familia, pero me puse en alerta cuando mi madre me contó dónde me habían adoptado", recuerda Vera, que hoy tiene 41 años.

Su historia ha saltado a la actualidad después de que ella misma colgara el siguiente comentario en su perfil de Facebook el pasado día 8: "Llegó el momento de pedirles un gran favor para mí: compartir mi búsqueda. Como muchos saben, busco mi familia biológica".

La clínica San Ramón ha estado en el punto de mira en varias ocasiones por las investigaciones por presunta compraventa de recién nacidos. Además, el pasado 26 de junio de 2018, la Audiencia Provincial de Madrid celebró una vista oral contra el ginecólogo de 85 años y exdirector del centro, Eduardo Vela.

Se trató del primer juicio por bebés robados en España y la denunciante fue Inés Madrigal, quien aseguró haber sido un bebé robado y vendido. El relato de la Fiscalía recogió que el doctor entregó presuntamente un bebé a un matrimonio con problemas de esterilidad: los padres de Madrigal. Además, según la Fiscalía, el doctor les habría dicho que sería inscrito como hijo biológico, recomendándole a la mujer incluso que fingiera un embarazo.

Dácil Vera afirma que estuvo en la primera sesión del juicio. "Me impresionó ver a Eduardo Vela, pero me sirvió para cerrar el círculo", subraya. Para ella, saber que fue adoptada en esas supuestas condiciones fue como "romper con su identidad". "Nunca me había sentido tan perdida, siempre afronto bien las cosas", destaca.

Tras "recomponerse", la fotoperiodista y docente no dudó en movilizarse para saber cuál fue su historia. El proceso no está siendo fácil, ya que está registrada como hija biológica de sus padres adoptivos. La primera pista a la que se agarró para sustentar su teoría es un libro de bautismo. "Lo abrí y vi que mi lugar de nacimiento, Madrid, estaba tachado y sustituido por el lugar de Las Palmas en el que residía", señala.

Asimismo, se ha hecho pruebas de ADN tanto en Labgenetics, en Madrid, como en 23&me, en Estados Unidos, para comprobar que no era hija de sus padres. Además de confirmárselo, los informes revelaron que todo indicaba a que su ascendencia podría ser del norte de España e incluso de Italia. Según ella, este posible patrón podría haberse repetido. "Puede que a los niños del norte peninsular les buscaran familias en Canarias, por cuestión de distancia geográfica. Incluso se oyen casos en los que los niños han sido trasladados a América Latina y a Estados Unidos", opina.

Vera ha tenido cotejos con algunas madres para intentar encontrar su verdadero origen, pero siempre sin suerte. "Es duro, porque es como remover el pasado, pero por otra parte muchas veces es necesario".

Respaldo

La unión hace la fuerza, y el caso de Dácil es un ejemplo más. En un momento de ruptura con su pasado, que define como un momento de "duelo", encontrar personas que hubieran vivido lo mismo que ella o una historia similar se tornó una necesidad. "Una vez lo has superado y te has lamido las heridas, das una patada en el suelo y dices: voy a buscar". Por ello, recurrió a la asociación SOS Bebés Robados de Madrid. Esta entidad asesora a quienes viven situaciones como la de Dácil sobre cómo actuar y dónde obtener información y documentos.

"Acudir al Registro Civil o al hospital de nacimiento solicitando la historia clínica son algunos de los primeros pasos que solemos recomendar", indica Mari Cruz Rodrigo, presidenta de la agrupación, quien añade que son muchas las ocasiones en las que resulta complicado acceder a estos datos, "o bien porque no disponen de ellos, o porque no quieren mostrarlos".

Para Vera, lo más importante de SOS Bebés Robados es que apoya a través de la "humanidad y la empatía", ya que no cuentan con ningún apoyo económico, salvo la concesión por parte del Ayuntamiento de Fuenlabrada de un local donde se sitúa su sede, en Madrid.

Recursos económicos

Según la canaria, a pesar de que a primera instancia parezca que no se necesitan recursos económicos, llega un punto en el que "sí se requieren". "A veces hay que pagar para solicitar alguna documentación e incluso hay personas que contratan a investigadores privados".

La ayuda psicológica que se prestan entre todos también es fundamental. "A mí me habría gustado tenerla cuando me enteré de que era adoptada", cuenta la isleña. Coincidir con Mari Cruz fue una de sus suertes, ya que cuando la canaria llamó y recurrió a la asociación "muy angustiada", estuvieron hablando horas y horas. "Yo soy una madre que está buscando a su hijo, entonces comprendía cómo se sentía", añade la presidenta de SOS Bebés Robados.

Hoy Dácil Vera ha pasado a ser la delegada de esta asociación en Canarias con el propósito de establecer lazos y conexiones entre el Archipiélago y la Península, con el fin de que aquellas personas isleñas que sospechen haber nacido en Madrid y haber sido dadas en adopción en estas circunstancias no tengan miedo de investigar y conocer su pasado. "A mí me da más miedo la mentira que la verdad. Si cuando la conozca me encuentro con algo que no me gusta, ya lo afrontaré, lo importante es atraverse", subraya.

Tanto Dácil Vera como el resto de miembros de la asociación cuentan con el asesoramiento jurídico del letrado Guillermo Peña Salsamendi, de Madrid, especialista "en los casos de bebés robados" y quien, además, es el abogado de Inés Madrigal. "Yo no encontraba a nadie en Canarias que me asesorara y recurrí a él", especifica Vera.

Las redes sociales e Internet también han sido una herramienta imprescindible en dos momentos clave de su vida. En el primero de ellos, cuando supo dónde la habían adoptado sus padres, las utilizó para obtener información sobre la Clínica San Ramón de Madrid y conocer otras posibles denuncias y piezas publicadas en los medios de comunicación.

Pasado el tiempo, y ya en fase de movilización, las plataformas de comunicación le han servido para ponerse en contacto con otras personas y para difundir su historia. "Si no te pones en un lugar visible, no te van a encontrar", sentencia. Su intención es que personas que estén en su misma situación tengan constancia de que "no están solas".

"Quiero que no se averguencen y que den un paso adelante". Vera valora que en la actualidad se trata de un tema tabú y que, a pesar de que mucha gente sospeche y sepa a ciencia cierta que han sido adoptados, creen que compartirlo y buscar la verdad es un acto "desleal con sus padres adoptivos". En cambio, ella rechaza totalmente este idea y además su madre "se ha volcado" en ayudarla.

Vera también cuenta con el apoyo incondicional de su marido, un factor fundamental en la compleja situación de la que es protagonista. La isleña insiste en la importancia de saber trasladarse a esa época, ya que algo que hoy parece impensable tal vez era una práctica habitual en los años 70. "Hoy es un delito, pero tenemos que ser capaces de transportarnos a otro contexto, otro modo de pensar en el que incluso las parejas que no tenían hijos no eran bien vistas", subraya.