"¿Te imaginas que un grupo de cabras entren en el Museo del Prado, y se dediquen a comerse todos los lienzos, a destrozar y tirar los cuadros, estatuas...? No tardarían ni dos minutos en entrar el ejercito y matarlas a todas? Algo parecido está sucediendo aquí, las cabras son muy valiosas, pero no cuando se encuentran sueltas, sin control y en los espacios naturales".

Así define Pedro Sosa, catedrático de Botánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y director en funciones del Instituto Universitario de Estudios Ambientales y Recursos Naturales (Iunat) el problema de las cabras salvajes en las reservas naturales de las Islas, que arrasan con los endemismos. Problema, por otra parte, que ha ocasionado un enfrentamiento social entre los que abogan por su eliminación definitiva y los que están en contra de la matanza.

Al respecto, el investigador del Iunat, es contundente, "las cabras salvajes no deben estar sueltas, hay que eliminarlas. Es muy posible que en los espacios naturales de Gran Canaria haya más de 2.000 individuos campando a sus anchas y haciendo todo tipo de destrozos. Unos datos que la gente no quiere ver. En Guguy hay un mínimo de 350, en Inagua unas 700 y en Tamadaba, Pilancones y Amurga otras tantas".

Grupos ecologistas han pedido al Cabildo de Gran Canaria que intervenga para solucionar el problema, así como la Sociedad Española de Biología de la conservación de plantas (Sebicop), además de otros grupos sociales. "El problema es que las cabras salvajes, que no tienen ningún control, son tractores con cuatro patas, que arrasan y destrozan todo", señala el catedrático sobre estos animales, introducidos por los aborígenes. "Nosotros no estamos en contra de las cabras, muchas veces nos acusan de querer matarlas, pero no es así, simplemente hay que eliminar a las salvajes de los espacios naturales, no pueden estar sueltas allí, y la única forma que se ha demostrado que es eficaz es matándolas. Están haciendo apañadas para intentar cogerlas, pero se sabe perfectamente que de esa manera no se va a poder erradicar el problema que amenaza nuestro patrimonio natural", resaltó el investigador de la ULPGC.

Güigüí

En este sentido, en Gran Canaria se trabaja en el proyecto Life+Guguy, cuyo principal objetivo es la recuperación de los bosques endémicos de Juniperus spp, y su flora y fauna, en la Reserva Natural Especial de Güigüí, en el municipio grancanario de La Aldea. Con esta iniciativa financiada por la Unión Europea y liderada por Gesplan y el Cabildo de Gran Canaria, se persigue conservar el bosque endémico de cedros, los brezales macaronésicos endémicos y los bosques de pino canario endémicos. Para ello se trabaja en la mejora del estado actual de conservación de la flora y la fauna de la zona, y en estudiar de forma permanente la evolución del hábitat de la Reserva Natural Especial de Güigüí para mejorar su gestión.

Ello incluye la eliminación de amenazas como el de las cabras silvestres, que destruyen los endemismos de una de las zonas más importantes de Gran Canaria, por su gran número de especies autóctonas y hábitat de interés, valores que han hecho que el área se incluya en la Red de Espacios Naturales del Gobierno de Canarias, sea núcleo de la Reserva de la Biosfera de la Isla y pertenezca a la Red Natura 2000 como Zona Especial para la Conservación.