Argentina está fracturada. La votación para legalizar el aborto en el país realizada en el Senado argentino el pasado 8 de agosto ha conseguido que en pleno siglo XXI se mantenga una ley de 1921 que impide que las mujeres decidan cuándo y cómo ser madres. La interrupción del embarazo era una de las cuestiones que puso de manifiesto la disconformidad social de las mujeres, a las cuales únicamente se les permite terminar con su gestación en caso de violación o riesgo de vida para la madre. En ningún otro.

La ley, anclada en el pasado, como comparten muchas de las afectadas, no solo no responde a las demandas sociales de las argentinas, sino que además, supone un retroceso para ellas, dado que se sienten desprotegidas y criminalizadas cuando se ven en la tesitura de abordar decisiones que solo les competen a ellas. Fue Mauricio Macri, el actual presidente de Argentina, el que dio voz en el Parlamento a todas esas mujeres que durante días se manifestaron en las calles de Buenos Aires para pedir -literalmente a gritos- una ley de aborto legal en la que solo ellas tuvieran capacidad de decisión. Este hecho marcó un antes y un después en Argentina. 38 votos en negativo callaron a las miles y miles de personas, hombres y mujeres por igual, que asaltaron las calles del país pidiendo una reforma de la ley que defendiese y protegiese a las mujeres. El color verde -que representa a los partidarios de la legalización del aborto- tornó en negro.

Ha pasado ya una semana después de esta decisión histórica que ha dejado en la estacada a miles de mujeres en la República Argentina, y por supuesto, las reacciones no se han hecho esperar. Como en toda situación, muchas están felices y otras tantas dicen sentirse tristes, decepcionadas y abandonadas.

"Siempre voy a estar a favor de los derechos de la mujer"

Macarena Maiza es una mujer que afirma que nunca se había sentido tan desprotegida como hasta ahora. Maiza, residente en Buenos Aires, fue una de las decenas de miles de mujeres que, en masa, salieron a las calles de la capital argentina para manifestarse por lo que considera un derecho sobre el que ninguna otra personas que no sea la mujer en cuestión debería decidir. "A diario las mujeres argentinas se someten al horroroso inframundo del aborto clandestino. Si por parte de ellas la decisión ya está tomada, ¿Por qué no acompañarlas ? ¿Por qué condenarlas? ¿Por qué poner en riesgo su vida en vano?" apunta Maiza al tiempo que comparte una reflexión para escuchar. "Vamos a ponernos en el otro lado ,¿Si los hombres fueran los cuerpos gestantes, no se les habría otorgado ya el derecho al aborto?", señala. Además, rompe una lanza a favor de todas las mujeres que, como ella, puedan sentirse desprotegidas. "Si por parte de ellas la decisión ya está tomada, ¿Por qué no acompañarlas? ¿Por qué condenarlas? ¿Por qué poner en riesgo su vida en vano? Yo, personalmente, no le veo sentido. Elijo proteger la vida de la mujer".

Maiza, que está profundamente concienciada con la libertad de la mujer , añade también que le parece surrealista que muchos ciudadanos se apoyen la religión para hacer sentir mal a las mujeres. Por eso, Macarena Maiza se aleja de la religión y se centra en el respeto y la libertad como pilares básicos de la cuestión. "Creo que toda religión es libre de expresar sus creencias y de vivir según sus ideales. Pero, no creo que tengan derecho a meterse en la política, y la legalización del aborto es una cuestión política".

"Estoy a favor de la vida y el aborto atenta contra esta cuestión"

Romina Gemignani, argentina y Delegada de la Asociación Derecho a Vivir de Las Palmas de Gran Canaria, dista muchísimo de la opinión esgrimida por Maiza. "Estoy a favor del respeto a la vida de todos, desde la concepción hasta la muerte natural, y el aborto atenta contra este valor" apunta Gemignani, mientras resalta que son las madres y padres los que deben asumir sus responsabilidades desde el momento en el que la mujer queda embarazada. "En la mayoría de casos la maternidad y la paternidad se da en pleno uso de nuestra libertad y de la de nuestra pareja y de allí, surge una tercera vida que no hizo nada por existir ni lo pidió, pero allí está y ya somos responsables de las consecuencias de nuestras decisiones hacia esa persona también". Gemignani, que se declara una aférrima defensora de no legalizar el aborto en Argentina asegura, además, que no concibe el aborto como una liberación de la mujer, sino al contrario, como una forma real de violencia sobre ella.

Gemignan es la cabeza visible de la Asociación Derecho a Vivir en Gran Canaria y quiere romper con la creencia que existe sobre la mentalidad de los argentinos, la cual ha sido muchas veces acusada de estar anclada en el pasado. "No considero que haya una relación entre aborto y progreso, más bien lo contrario. Recurrir a un procedimiento violento como es el aborto, aunque sea legal, para solucionar un problema, me parece de lo más arcaico". Asimismo, la delegada de la asociación acusa a todas aquellas mujeres que deciden abortar de tener una mentalidad propia de épocas antiguas.

Victoria Real

"Hay maneras de reducir el aborto y eso se logra educando"

No solo existen las personas que están a favor y en contra de la legalización del aborto. El caso de Victoria Real, residente también en Buenos Aires, es uno de ellos. Ella representa esa posición neutral en lo que al establecimiento de una ley del aborto respecta, y manifiesta su opinión sobre la problemática suscitada en el país. "Es interesante que se debata el tema, ya que en nuestro país ocurren muchos abortos clandestinos. Sin embargo, creo que como país no estamos preparados para una ley semejante, muchas no son realmente conscientes de lo que implica abortar y no se si se haría con responsabilidad".

Sin salir de su linea de pensamiento, Real añade que primero habría que ocuparse de otras cuestiones para pasar a abordar el aborto en Argentina. "Primero hay que resolver problemáticas más de base para luego pensar en legalizar el aborto. Aunque también creo que hay formas de prevenir los abortos sin abortar y eso se logra con educación".

"El aborto es un viaje de ida del que no conoces el destino"

Marian Lamperti es argentina pero está afincada desde hace años en la capital grancanaria. Lamperti asegura que tiene sentimientos encontrados en torno a la legalización del aborto en Argentina. "Estoy a favor de que se pongan medios para ayudar a aquellas mujeres que quieran seguir adelante con sus embarazos. No se puede obligar a una mujer a ser madre en contra de si voluntad y ni hablar de los casos de abusos sexuales". Sin embargo, Lamperti comparte el debate interno que le suscita la problemática del aborto. "También pienso que el aborto es un viaje de ida del que no conoces el destino. A veces el aborto es una salida a la que muchas mujeres se ven obligadas".

Además, Lamperti, residente en Las Palmas ,afirma que las decisiones que afecten a las mujeres deben ser gestionadas por mujeres. "Debería ser un comité de mujeres el que defina las leyes para ellas".