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Mamá, quiero ser 'influencer'

La creación de un máster para aprender a ser estrellas de la red ha generado una gran polémica

Mamá, quiero ser influencer

Allá por 1986, Concha Velasco cantaba aquello de "mamá, quiero ser artista. Mamá, ser protagonista". Ahora, las tornas han cambiado. Y cómo han cambiado. Los jóvenes ya no quieren ser médicos, profesores, ingenieros o arquitectos. No. Ahora, las nuevas generaciones aspiran a convertirse en influencer o youtuber, tener su parcela de visibilidad en la red. Parece que no hay mundo más allá de un like a la última foto de Instagram, o de un vídeo tutorial sobre cómo hacer el selfie perfecto.

Plegaria planteada, deseo cumplido. Así de fácil. Hace unas semanas, la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) anunciaba la creación de Intelligence influencers: Fashion & Beauty, el máster que la institución educativa ha puesto en marcha para formar a las posibles futuras estrellas de las redes sociales. El curso, que comenzará el próximo mes de octubre con la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada como presidenta honorífica del mencionado máster, pretende enseñar -en un total de 160 horas presenciales- a los alumnos matriculados en la titulación cómo ser un influencer profesional, así como también se impartirán asignaturas de moda, estilismo y tendencias, creación y gestión de la marca personal y se les enseñará como lidiar con la parte más oscura de la industria de los influencers, los haters y las críticas.

Desde que se supo la noticia, la polémica estuvo servida. No solo las redes sociales se llevaron las manos a la cabeza por la creación del máster de la UAM, sino que también las influencers españolas más representativas de la industria, como Dulceida o Laura Escanes, manifestaron su disconformidad con la titulación. Porque, según ellas, "influencer se nace, no se hace".

En pie de guerra

El revuelo no solo quedó en la Península, ya que muchas de las influencers canarias también se han mostrado indignadas ante esta titulación a la que conciben como "una forma fácil de sacar dinero a costa de las ilusiones de la gente". Marta Ibrahim, creadora de su blog homónimo Marta Ibrahim Lifestyle, apunta que "este proyecto es ridículo y vergonzoso. Creo que ser influencer no es una cosa que se estudie. Es verdad que pueden enseñar temas de redes y demás, pero ser influencer como tal, no se estudia". Por otro lado, Priscila Betancort, cabeza visible de 'My Showroom Blog', asegura que "tal y como está planteado el máster, me parece muy mal. ¿Máster para ser influencer? No es que me parezca mal, cada uno puede hacer con su vida lo que le dé la gana, pero, creo que están engañando a la gente", asevera Betancort añadiendo que un curso no va a enseñar de verdad las cualidades básicas para ser una persona influyente. "Realmente, para ser influencer lo que necesitas es que tengas un carisma y unas dotes determinadas para que la gente te siga, se interese por su vida y que tus gustos propios sean los mismos que los de tus seguidores. Por el simple hecho de ir a una clase y asistir durante unas horas, nadie va a convertirse en influencer de nada".

Por su parte, Gema Betancor, cuyo blog es De mayor quiero ser influencer, sí que está a favor de que se pongan en marcha este tipo de iniciativas. " A mí el máster me parece muy válido. La pregunta es ¿Por qué no? Es decir, si hay carreras emergentes y la gente quiere dedicarse a ello y encima tienen una base teórica, pues me parece perfecto". Sin embargo, Betancor resalta que hacer el máster no es sinónimo de éxito. "Que la gente no se crea que por hacer un curso va a llegar al público. Es decir, hace falta mucho más".

Una de las cuestiones que más ha sorprendido dentro de los requisitos para acceder a la titulación de la UAM es que no es imprescindible que los aspirantes a influencers tengan serie de conocimientos básicos para acceder al máster. Teniendo en cuenta la influencia de las redes sociales, sobre todo en los más jóvenes, ¿No se debería pedir una base previa en lo que a los conocimientos respecta? Sobre este tema, Marta Ibrahim se muestra tajante en cuanto a su opinión. "Sin duda, más que nada porque al final los influencers estamos expuestos a los más jóvenes. Entonces, si tú me presentas a una persona sin estudios que no sepa ni hablar, al final eso puede acarrear un gran daño a la sociedad. Por lo tanto, estoy muy en contra con esta situación".

Por su parte, Gema Betancor entiende que " quien quiera acceder al máster, haya estudiado o no, debe tener una base previa. Eso es indiscutible. Tienen que tener un mínimo de cultura, coherencia a la hora de hablar... No vale llegar sin nada" resalta la creadora de De mayor quiero ser personal shopper, quien además asegura que, los que no tengan un soporte educativo, se quedarán en el camino. "Lo que pasará es que cuando se enfrenten al curso, los que no lleguen a lo que se les pide, lo terminarán dejando. Es como meter a una persona de cuarto de la ESO en primero de medicina. Es que no va a llegar".

De otro lado, Priscila Betancort, con independencia del nivel de saber con el que aterricen los alumnos en el curso, asegura que "pidan lo que pidan, voy a seguir sin calificar esta iniciativa de máster. Tal y como está planteado este máster, creo que es para reírse de las personas", y además añade que "Si uno está interesado en esto porque ha estudiado cualquier rama de la comunicación, y quieres trabajar en esto porque los influencers somos una rama muy potente para comunicar, pues bien. Me parece de escándalo. Pero, que tú como persona anónima te metas en un máster con el fin de tener la profesión de influencer en un futuro... Me parece un timo. No encuentro otra palabra para definirlo".

En las redes sociales, la meca de la opinión sin filtros, se suceden los comentarios desde que se publicase el proyecto de la UAM para establecerse como fábrica de influencers. 'El máster que ayuda a mantener la dictadura de la belleza', 'una forma de trabajo fácil', 'el proyecto engaño' o 'sacar dinero a costa del engaño', son algunas de las lindezas que han podido leerse en los comentarios de los usuarios.

" El máster es un sacadero de perras porque ser influencer es algo que no se estudia. Es la personalidad lo que vende, y la gente la que lo compra o no. Ni la naturalidad ni la transparencia se estudia, ni se moldea" destaca tajante Ibrahim, quien asegura que está totalmente de acuerdo con que este tipo de proyectos, lejos de ayudar, juegan con las ilusiones de los aspirantes a influencers.

Sin embargo, por su parte, Priscila Betancort no se atreve a afirmar que este proyecto haya sido propuesto para ganar dinero de forma fácil. "Aventurarme a asegurar eso sería muy atrevido por mi parte. Pero, lo que sí sé es que, al final, el que se le de a entender a un niño que ser influencer se aprende... Ahí sí que se juegan con sus ilusiones. A parte de que se le quitan años lectivos que le aseguran un futuro cierto, no incierto como el de los influencers".

Opiniones dispares son las que giran en torno al máster que la UAM impartirá en Octubre. Lejos de influencias, todas las blogueras coinciden en una misma idea: Educar para influenciar.

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