Expertos de Loro Parque han afirmado hoy que es "completamente imposible" la liberación al mar de las orcas que viven en este centro, así como su realojamiento en un santuario, y han asegurado que no mejoraría su bienestar, "sino todo lo contrario".

En una carta en respuesta a las críticas recibidas por la existencia de orcas en este zoológico, Loro Parque aclara que se trata de animales híbridos (mezcla entre orcas del océano Atlántico y del Pacífico) y ninguna administración de ningún país permitiría que se liberasen por el peligro de contaminación genética de las poblaciones silvestres de esta especie.

Además, añade que al tratarse de animales de segunda, tercera y cuarta generación bajo el cuidado humano no han aprendido a cazar a sus presas y precisa que la única experiencia que se conoce de liberación de una orca nacida en libertad y mantenida 20 años en un zoológico (Keiko, protagonista de la película "Liberad a Willy") demostró que no era posible recuperar la habilidad de cazar su propio alimento.

Las autoridades sanitarias tampoco permitirían una liberación en el mar, puesto que se posibilitaría la liberación de bacterias, hongos y parásitos que han sido tratados con medicamentos y podrían causar graves epidemias en los delfines y ballenas silvestres, añade el escrito de Loro Parque.

En opinión del zoo, la mejor prueba de la imposibilidad de readaptar orcas alojadas en zoológicos a la vida en el mar es la suelta de Keiko, que tras más de tres años de trabajo y 20 millones de dólares el único resultado obtenido fue el sacrificio "de un animal maravilloso que fue incapaz de volver a cazar por si mismo" agrega.

Indica que desde hace casi 46 años, Loro Parque se ha convertido en un hogar para numerosos animales que necesitaban ayuda y en el caso de las orcas, en 2006 llegaron al centro Skyla, Kohana, Tekoa y Keto, al que se sumó en 2010 Adán (nacido en el centro) y en 2011 Morgan, la orca sorda que apareció casi muerta en las costas del mar de Wadden.

"A día de hoy las seis orcas que aloja Loro Parque están en perfecto estado, su salud está monitorizada diariamente por un equipo de veterinarios y sus necesidades atendidas por un grupo de cuidadores expertos" agrega.

Loro Parque reprocha a los grupos activistas,como PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), Born Free Foundation o Free Morgan Foundation, que presionen a diferentes administraciones para su liberación, o para su traslados a santuarios marinos y lamentan que esta "presión" se traslade también a operadores turísticos y empresas turísticas.

El zoológico tinerfeño afirma que solo las organizaciones anti-zoo manifiestan que las orcas no son felices en estos centros ya que no hay ningún investigador de universidades independientes con conocimientos académicos y experiencia acreditada sobre bienestar animal que corrobore esas afirmaciones.

Señala que las manifestaciones de estos grupos no están basadas en medidas de hormonas, investigaciones rigurosas sobre comportamiento o cuidadosos estudios científicos evaluando la personalidad o la actividad de los animales sino que "prejuicios y especulaciones que nunca han comprobado".

El centro tinerfeño afirma que cuenta con estudios independientes de expertos en bienestar de la Universidad Autónoma de Barcelona, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria o del Max Plank Institute que concluyen que el bienestar de los animales es muy elevado.

Para Loro Parque, es "muy ingenuo" pensar que las orcas que llevan varias generaciones en zoológicos se pondrán automáticamente a nadar mayores distancias en los santuarios por el hecho de estar en un lugar más grande.

Agrega que la posibilidad de fuga accidental o intencionada de animales de un santuario es muy alta, igual que el contagio de enfermedades a través del agua que se intercambia con el mar sin depurar.

En los santuarios, las necesidades alimenticias de las orcas serían iguales a las de un zoológico, es decir, habría que ofrecerles 8 o 9 comidas que representarían más de 300 kilos diarios de pescado de gran calidad y señala que el mantenimiento de una orca supone un coste de alrededor de 600.000 dólares al año, por lo que el santuario debería generar como mínimo 3,6 millones de dólares cada año durante los próximos 40 ó 50 años.

"Considerando las dificultades que tienen los refugios de perros y gatos para mantener unos costes muy inferiores, es posible que en unos años estos gastos deban ser pagados con los impuestos de todos los ciudadanos", según Loro Parque .