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Entrevista | Arturo Fernández

Arturo Fernández: "La Agencia Europea trabaja para volver a la Luna"

"No tengo la sensación de que en España se valore lo suficiente ningún tipo de investigación" destacó el investigador de la Agencia Espacial Europea

Arturo Fernández: "La Agencia Europea trabaja para volver a la Luna"

¿Cómo vive la experiencia en la Agencia Espacial Europea?

Trabajar en la ESA es una experiencia increíble desde muchos puntos de vista. El hecho de estar rodeado de colegas de todos los países europeos te ensancha tu perspectiva enormemente. Cuando estás en un entorno muy homogéneo la forma de pensar se suele acabar alineando bastante. Sin embargo, en entornos como éste encuentras gente con formas de pensar muy distintas. Además, el nivel de cualificación de las personas que trabajan aquí es muy alto, lo cual lo hace todavía más interesante. Todo esto es muy enriquecedor a nivel personal. Otro punto interesante es el meramente laboral. En general, Europa está a mucha distancia de España en lo que se refiere a las condiciones laborales, el aprecio por los trabajadores e incluso el simple funcionamiento interno en el trabajo. Cuando has visto cómo se trabaja en un sitio como éste, es difícil pensar en volver. Por último, está el aspecto técnico. Trabajar en la ESA te ofrece la posibilidad de estar en contacto con tecnología punta y de participar en proyectos increíbles; algo que, desafortunadamente, en España también es bastante difícil.

¿En qué proyectos singulares está trabajando actualmente la Agencia?

En la Agencia se desarrollan muchos proyectos en paralelo, del orden de 25 o 30. Siempre suele haber bastantes cosas singulares en marcha. En estos momentos, yo destacaría varios: Bepi Colombo es un satélite complicadísimo que va a orbitar alrededor de Mercurio y a realizar una gran cantidad de experimentos científicos. Se va a lanzar en octubre y supone un reto tecnológico enorme por el entorno tan agresivo en el que va a tener que operar. Se han tenido que desarrollar muchas tecnologías para conseguir trabajar a temperaturas tan altas como las que se va a encontrar en Mercurio. Juice es otro satélite científico que va a explorar las lunas de Júpiter y que se va a encontrar el problema opuesto. Al estar tan alejado del sol, las temperaturas van a ser muy bajas, así como la iluminación solar. Por contra, el nivel de radiación cósmica va a ser enorme. Este proyecto está ahora en fase de desarrollo y tiene una complejidad técnica altísima.

Más proyectos.

Exomars es otro proyecto histórico para la Agencia. Se está desarrollando el primer robot europeo que va a "aterrizar" y a moverse en Marte. Lleva consigo un taladro capaz de recoger muestras a dos metros de profundidad y un laboratorio científico completo con capacidad de analizar esas muestras. Por último, otro proyecto apasionante es MPCV, el Multi Purpose Crew Vehicle del programa Orion de la NASA. La Agencia está desarrollando el módulo de servicio, mientras que la NASA desarrolla el módulo de mando. El objetivo final es volver a la Luna con esta nave, algo que no ocurre desde el programa Apolo.

¿En qué condiciones?

El primer vuelo de prueba no será tripulado ya que primero hay que llevar a cabo una verificación exhaustiva de todos los sistemas para asegurarse de que todo funciona según lo previsto. Este primer vuelo, que incluye órbitas alrededor de la Luna, se espera poder lanzarlo en 2020. Además de éstos, otros programas importantísimos para la ESA son el sistema de navegación Galileo, el nuevo lanzador Ariane 6 y el programa de observación de la Tierra Copernicus.

¿Se mantienen colaboraciones con las universidades españolas?

Sí, la Agencia tiene diversos programas de I+D abiertos a todas las empresas, universidades y centros de investigación europeos. Estos programas son siempre competitivos, con lo que los contratos de I+D se otorgan a la mejor propuesta. Yo sólo tengo una visibilidad parcial de las actividades, pero sí, en estos momentos hay varias universidades españolas colaborando con la Agencia. Además, tenemos varios tipos de becas para estudiantes que permiten que vengan a trabajar con nosotros durante un tiempo.

¿Qué aporta la investigación en satélites en la reducción o mitigación de los efectos de desastres naturales?

La ESA es la agencia líder en el desarrollo de satélites de observación terrestre, lo cual es un orgullo para nosotros. En los últimos años se ha lanzado un gran número ellos, cada uno equipado con instrumentos diversos diseñados para estudiar un gran cantidad de parámetros distintos; desde los casquetes polares, los vientos, las mareas, la vegetación hasta la polución. Todos estos datos ayudan a los investigadores a entender mejor el funcionamiento del planeta y como éste se ve afectado por los distintos factores. Sin estos datos y sin esa visión global que aportan los satélites nuestro conocimiento sobre este tema sería muchísimo menor. Por otra parte, estos satélites también ayudan a los servicios de emergencia que trabajan sobre el terreno una vez que el desastre ha ocurrido, aportando datos e imágenes de la situación real para poder actuar de la forma más eficiente posible.

¿Está suficientemente valorada la investigación espacial?

En España desde luego no. Bueno, en realidad en España no tengo la sensación de que se valore lo suficiente ningún tipo de investigación, espacial o no. En términos globales hay muy pocas empresas con productos punteros a nivel mundial y que necesiten de la investigación para seguir ofreciendo productos competitivos. La crisis nos ha dado un toque de atención brutal ya que nuestro país ha sufrido los efectos de una manera mucho más aguda que otros países. Y esto, en mi opinión, es en gran medida debido a que nuestro modelo productivo no se ha orientado a productos de alto valor añadido que son capaces de soportar mejor este tipo de situaciones. Por supuesto, en España hay muchos ejemplos particulares de empresas punteras pero, en el panorama global, este sector no tiene la relevancia que sería deseable.

¿Cómo está evolucionando el sector?

El sector espacial en general es todavía muy pequeño comparado con otros sectores tecnológicos y, además, muchas de las aplicaciones son de carácter científico, con lo que su visibilidad para el gran público es baja. Esto hace que en ocasiones, la investigación espacial se perciba como un tanto lejana. Sin embargo, los sistemas de navegación como Galileo o las telecomunicaciones vía satélite tienen una aplicación obvia en la vida diaria de la mayoría de la gente. Sin investigación no es posible mejorar esos sistemas y hacer que su uso sea cada vez más útil para nosotros. En España, a pesar de que hay unas cuantas empresas de primer nivel en el mundo aeroespacial, el tamaño del sector es muy pequeño y tiene poca visibilidad, con lo que la valoración de la investigación por parte del público es muy baja. Sin embargo, estas empresas son un ejemplo a seguir en cuanto a empleo de alta calidad, con necesidades de personal muy cualificado dando lugar a productos de muy alto valor añadido.

¿Llegarán en algún momento los satélites 'low cost'?

Su llegada es inminente. Yo diría que ya están aquí. El modelo tradicional en el espacio son satélites muy complejos con un coste muy elevado. Al ser imposible repararlos una vez lanzados, todos los sistemas van duplicados para poder mantener el satélite en servicio incluso después de que algún sistema haya fallado. Podemos conectar el sistema de respaldo y mantener la funcionalidad intacta. Debido a su elevado coste, no era concebible perder un satélite por un simple fallo de un sistema. Sin embargo, si conseguimos producir satélites más sencillos y muy baratos, podemos plantearnos un diseño sin ninguna duplicidad en el sistema. Si algo falla, ese satélite se pierde, pero, si son muy baratos, podemos lanzar otro que lo reemplace y listo. Google ha abierto este camino al elegir está opción para su megaconstelación One Web.

¿Cuál ha sido la respuesta de la industria espacial a esos movimientos?

La industria espacial se ha puesto a trabajar en serio en esta línea y parece que puede ser factible construir satélites sencillos a un precio muy inferior al habitual. En cualquier caso, de momento sólo parece viable para satélites que se vayan a producir "en serie" para una aplicación concreta. Esto quiere decir que sólo aquellas aplicaciones en las que se vaya a construir muchos satélites similares van a poder sacar partido de esta estrategia. Y en general, hoy no hay tantas aplicaciones de este tipo. Los satélites científicos, de exploración o de observación de la Tierra, de los cuales sólo se produce una unidad, no pueden construirse con esta filosofía. Éste es el caso de la gran mayoría de satélites en los que trabaja la ESA.

¿La Luna es clave para mejorar la observación por satélite de la Tierra?

No, la observación de la Tierra se lleva a cabo a través de satélites de órbita baja como los del programa Copernicus. La Luna es más bien un campo de pruebas "asequible" para probar nuevas tecnologías que vamos a necesitar para explorar otros planetas como Marte. La Luna es lo más parecido a un planeta que nos podemos plantear explorar con humanos de forma realista. Para poder llevar con éxito humanos a Marte todavía tenemos que mejorar mucho bastantes tecnologías que hoy no ofrecen las prestaciones necesarias.

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