La Asociación Cultural Mi Pequeño Madrid Engrandecido lleva algún tiempo tratando de llamar la atención sobre uno de sus autores preferidos, Benito Pérez Galdós. Una gran parte de los integrantes de esta asociación vive desde hace años en La Latina, uno de los barrios emblemáticos de la capital y que tan bien supo pintar Galdós en sus novelas.

Como señala el promotor de esta iniciativa, Antonio Román, se trata de agradecer a "don Benito el amor que sintió por Madrid". Por eso, a partir del jueves, aprovechando la presentación del libro sobre El Rastro de Andrés Trapiello, un reconocido galdosiano, comenzaron con la recogida de firmas para que una plaza de la ciudad lleve el nombre de Benito Pérez Galdós.

Para estos vecinos, amantes declarados de la literatura de Pérez Galdós, "sin él, Madrid sería otro Madrid". Y habrá que reconocer, señalan, que pocos autores "han sabido pintar las costumbres y la apasionante vida de la historia de España del siglo XIX y XX" como el escritor grancanario.

"Una foto del alma"

Benito Pérez Galdós dejó Canarias en su juventud para estudiar Derecho. Pero como él mismo reconoció en sus escritos, muy pronto decidió olvidarse de las clases y recorrer aquellas calles, contemplar a los vecinos y, de paso, incorporar aquellas pequeñas historias cotidianas como parte esencial de sus novelas.

Para Román, "don Benito llegó a conocer la ciudad en sus más pequeños detalles, y sus relatos son como una fotografía color sepia en la que no sólo aparecen calles, plazas, habitantes, comercios y tabernas, sino también el alma, la manera de pensar, la manera de vivir de los madrileños".

Y como muestra del fervor que sienten por el autor de Fortunata y Jacinta no sólo pretenden que el Ayuntamiento acceda a poner el nombre de Galdós a una plaza sino que también van a tratar de lograr que "el barrio delimitado por la plaza de la Cebada, Carrera de San Francisco, Gran Vía de San Francisco, Puerta de Toledo y calle Toledo, sea nombrado como Barrio Galdosiano, con la consiguiente colocación de placas y señales , que destaquen los lugares donde vivieron los personajes literarios de las obras de don Benito".

La pequeña pero carismática plaza a la que estos vecinos aspiran a renombrar como Pérez Galdós está situada en las confluencias de varias calles que aparecen en distintas obras del autor canario. Así el cruce de caminos que empieza en Tabernillas 21, esquina con la calle Lucientes, sitúa Galdós una de las casas de la apasionada Fortunata. En Mediodía Grande, las casas de dormir donde van los pobres de Misericordia. En la calle del Águila, las carbonerías, donde trabajaba Bernabé Díaz, "presunto" esposo de Felipa. Y así como desembocadura de este mapa literario, al que estos vecinos quieren dar notoriedad, aparecería como figura central el nombre del autor que tan bien supo pintar la singularidad de aquel viejo Madrid.

Los vecinos entienden que don Benito, que tanto hizo por ellos, merece que el Ayuntamiento promueva un mayor conocimiento de su obra. Por eso llevan algún tiempo organizando actos en los que se leen fragmentos de sus obras y se recuerda el legado de un autor canario, al que consideran en realidad como "uno de los nuestros".

A principios de semana, precisamente, la alcaldesa, Manuela Carmena, anunció la instalación de estatuas efímeras de personajes galdosianos durante 2019 en el marco del programa conmemorativo del centenario de su fallecimiento.