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Entrevista | Markus Gabriel

Markus Gabriel: "Las redes sociales son máquinas de autoengaño"

"La mercantilización de nuestra identidad es una manipulación que, en realidad, parte de nosotros mismos" señaló el filósofo

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Encuentro de Filosofía Intercultura en el Museo Canario

¿Cuál es el problema metafísico principal que plantean los sistemas de comunicación virtual en la configuración de la identidad y de las relaciones humanas en la actualidad?

La idea fundamental que plantea la estructura de los medios de comunicación digital desde el punto de vista metafísico es la función de autorrepresentación del individuo, lo cual explica el éxito de algunas redes sociales como Facebook. Este tipo de medios digitales se convierten en un escaparate de autorrepresentación en el que compartimos una serie de imágenes que proyectamos acerca de nosotros mismos, por lo que el mercado de Internet vende continuamente representaciones de lo que querríamos ser, con todo lo que ello conlleva en cuanto a confusión de nuestra identidad y realidad. Las grandes fuerzas empresariales han constatado este fenómeno y se han incorporado a la lógica de Internet para explotarlo económicamente, porque nosotros mismos les vendemos de forma gratuita las imágenes de esa vida que, en el fondo, sólo es la vida que querríamos tener. La mercantilización de nuestra identidad es una manipulación que, en realidad, parte de nosotros mismos.

¿En qué medida escogemos vivir a través del autoengaño de las redes para eludir la realidad y el pensamiento, como sucede con la pastilla azul de Matrix ?

Sin duda, las redes sociales son máquinas de autoengaño. Nadie ostenta tanto poder de manipulación y engaño como el que nos infligimos a nosotros mismos. No es que Donald Trump manipule al pueblo americano, sino que es el pueblo americano el que se autoengaña asimilando esta dinámica de las redes sociales. Esa es la trampa, que hoy funciona muy bien, porque el autoengaño es siempre más fuerte y más poderoso que la manipulación directa.

Por tanto, ¿el ser humano elige vivir encadenado a un mundo de sombras, como el que planteaba el mito de la caverna de Platón, antes que en la verdad?

Creo que esa metáfora, que sirve a tantas realidades, se ajusta perfectamente a esta. En realidad, Platón inventó la no-realidad de las herramientas de comunicación, porque el mito de la caverna que todos conocemos se basa en un sistema de imágenes en movimiento, en la oscuridad, que no se corresponde con la realidad. La invención del cine tiene mucho que ver con el mito de la caverna como medio de expresión. Y El Sofista, ese texto maravilloso de Platón, habla del poder de los demagogos en la democracia antigua, que puede extrapolarse hoy al contexto de los medios de comunicación de masas, porque Platón ya hablaba de las redes de transmisión de ideas demagogas que hoy representa Internet. Por tanto, Internet es la culminación perfecta del poder de la demagogia que planteaba Platón en la antigua Grecia.

Marshall McLuhan advirtió que "somos robots cuando nos involucramos acríticamente con nuestras tecnologías". ¿Cree que despertaremos de ese "narcisismo-narcótico" al que, en palabras de este teórico de la comunicación, nos inducen las formas de interacción virtuales?

Cuando hablamos de la alienación del pensamiento o de la identidad tenemos que tener en cuenta que esa opción depende de nosotros, porque, en el fondo, seguimos siendo libres. Es decir, la utilización de las redes sociales y sus efectos en la sociedad dependen de nuestras acciones. A menudo, utilizo el símil del coche para ilustrar este ejemplo: en un inicio, en el siglo pasado, no existían ni las normas de circulación, ni los límites, así que conducíamos nuestra vida en medio del caos. Bueno, pues en el contexto de la era digital nos encontramos en la misma tesitura, puesto que introducir normas y límites en medio del caos depende de nosotros. En este sentido, esta puede ser la gran oportunidad para la Unión Europea.

¿En qué sentido?

Si en un futuro próximo inventamos e introducimos la ética para la inteligencia artificial y para Internet, el futuro será europeo. A fin de cuentas, ni las potencias norteamericanas ni las chinas están interesadas en que se regule Internet, porque se da una situación análoga a la del Lejano Oeste, donde ninguna potencia quiere perder el control de las tecnologías.

¿En qué aspectos cree que el menoscabo de las humanidades a favor de las tecnologías en el sistema educativo nos ha adocenado como sociedad?

A mi modo de ver, en el fundamental, que es en la conciencia y la reflexión. En primer lugar, se ha producido la radicalización de lo que en filosofía se denomina "naturalismo", que es la idea de que la única forma de conocimiento e, incluso, de salvación para los seres humanos se encuentra en las ciencias naturales y en los avances tecnológicos. Esta visión se ha incorporado también a nuestras universidades, donde cada vez hay una menor presencia de las carreras de humanidades a favor de las carreras técnicas. El problema radica en que la tecnología no puede entender lo que hace, precisamente porque lo hace. Volviendo al símil anterior, no es lo mismo conducir un coche que saber que se está conduciendo un coche; son dos planteamientos totalmente diferentes. Las humanidades y, sobre todo, la filosofía, son la reflexión acerca de lo que hacemos y por qué lo hacemos. Por eso, los grandes dictadores de nuestro tiempo atacan la filosofía, porque quieren erradicar el pensamiento, que es lo mismo que el espíritu crítico.

En España acaba de aprobarse en el Congreso, por unanimidad, la recuperación de la Filosofía como asignatura obligatoria en la educación secundaria. ¿Por fin se ve algo de luz en la oscura era de la posverdad?

Afortunadamente, es una gran noticia. La filosofía es la conciencia de la conciencia; es fundamental para entender cómo pensamos y razonamos los seres humanos.

¿Cree que pueda significar que, siendo optimistas, florecerá en algún momento un movimiento a favor de la vuelta al pensamiento y las humanidades en la sociedad occidental?

En mi opinión, ya la hay. Lo observo, sobre todo, en Alemania, donde se está potenciando la tecnología del Internet de las Cosas y la Industria 4.0, en la que se emplean sistemas de inteligencia artificial para doblar el output de las empresas , que están funcionando muy bien. Pero esta revolución avanza en paralelo a la investigación del papel fundamental del ser humano en el contexto de la inteligencia artificial de la mano de universidades y empresas. Precisamente por eso estoy convencido de que, en los próximos 10 años, se producirá un retorno del ser humano como protagonista de estos procesos de conocimiento, porque el poshumanismo no es sino una ideología imbécil y la inteligencia humana se basa en que somos animales pensantes y libres.

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