Cuatro minutos y treinta y cinco segundos. Este fue el tiempo que Jesús López-Terradas y los hermanos Santiago y Pedro Ortiz Rey, los tres relojeros de la Puerta Sol desde 1997, emplearon para retroceder una hora las manecillas del reloj de la torre de la Real Casa de Correos. El cambio del huso horario les sirvió para medir los tiempos de las Campanadas canarias, que requerirá en la próxima Nochevieja, la más isleña, cambiar de nuevo las agujas de las cuatro esferas incrustadas en el templete del emblemático edificio madrileño. El presidente del Ejecutivo regional, Fernando Clavijo, firmó este mes un acuerdo con Ángel Garrido, su homólogo en Madrid, para que el 31 de diciembre el reloj de la Puerta del Sol, en marcha desde 1866, marque por primera vez la hora canaria. Una tarea que el equipo relojero se ha tomado con mucha responsabilidad porque es, como apuntan, "algo serio". Como pudieron comprobar, hay tiempo suficiente para atrasar la hora tras las 12 campanadas peninsulares para que el huso de Canarias también dé la bienvenida a 2019 desde Sol.