Adelgazar se complica para las mujeres con menopausia, incluso con una dieta mediterránea hipocalórica (ingesta de alimentos inferior al gasto de energía), si no se acompaña de ejercicio físico superior a las dos horas y media por semana, y aún así resulta difícil para algunos colectivos femeninos como las pacientes de menor estatura (por debajo de 1,62 metros) o sedentarias durante mayor tiempo (más de 12 años). Así se desprende, al menos, del trabajo realizado por los profesionales grancanarios David Rodríguez e Irina Medina, premiados en la décimo novena edición del Congreso de la Asociación de Enfermeras de Nutrición y Dietética (Adenyd).

Desarrollado del 18 al 20 de octubre en Santiago de Compostela, el foro estatal de enfermería y nutrición distinguió como mejor comunicación corta, entre una veintena de estudios presentados, el documento isleño Evaluación del proceso de pérdida de peso en mujeres con menopausia a través de la dieta mediterránea junto a un estudio de colegas madrileños. Con consulta en la capital grancanaria, Irina Medina Ortega y David Rodríguez Ibáñez, titulados en enfermería por las universidades Fernando Pessoa Canarias (UFP-C) y de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), realizaron un estudio descriptivo y retrospectivo sobre 323 mujeres de 45 a 54 años, todas pacientes con residencia en la Isla, con un plan un plan nutricional individualizado pero basado en una reducción calórica general del 20% sobre el metabolismo basal diario y varias horas de ejercicio físico semanal.

"Usamos una muestra heterogénea de nuestra amplia base de datos para analizar si la metodología de trabajo propia, apoyada en la dieta mediterránea para generar balances calóricos negativos y ajustar al ejercicio físico con el objetivo de perder peso, resultaba efectiva en la menopausia", explica el titular de la Consulta de Alimentación David Rodríguez, con sede en el barrio de La Isleta. Con una media de 2,95 kilogramos menos, de acuerdo a los resultados de la comunicación premiada por Adenyd, Medina y Rodríguez concluyen que "las mujeres en edad de menopausia precisan de una restricción calórica y de carbohidratos para lograr controlar o perder el peso".

Sin embargo, la investigación de los miembros del Colegio de Enfermería de Las Palmas destaca varios matices al apreciar una "significancia estadística (p

Aunque la altura acrecienta las dificultades, no obstante, los problemas para controlar o perder grasa corporal se extiende a toda la población femenina con extenso sedentarismo. "Mujeres sin ejercicio físico más de doce años o con menos de dos horas y media a la semana, sobre todo si es aeróbico puro como caminar, no conseguían sus objetivos de perdida de peso, aunque cumplieran la dieta mediterránea con un balance calórico negativo", continúa Rodríguez para recomendar casi tres horas de actividad de lunes a domingo, una como mínimo de entrenamiento intenso (HIIT, por sus siglas en inglés).

Tras recordar el debate generado en Santiago de Compostela acerca de la correcta prescripción del ejercicio físico, igual que la medicación o la nutrición, David Rodríguez subraya la importancia de "la educación para la salud, promoción y prevención en mujeres menores de 35 años y 1,62 metros de cara a su menopausia", para reducir los riesgos de padecer diversas enfermedades cardiovasculares asociadas tanto al sobrepeso y la obesidad como al cese permanente de la menstruación.

Dos menús mediterráneos

  • La Consulta de Alimentación David Rodríguez facilita varios menús como ejemplo de dieta mediterránea hipocalórica, que reduce las cantidades y proporciones sin eliminar ningún grupo de alimentos. Para arrancar la jornada, el consultorio premiado por Adenyd propone un vaso de leche desnatada con dos cucharadas soperas de gofio o avena; y como desayuno, un yogur desnatado más 40 gramos de pan y 20 de jamón cocido, serrano o de pavo o 30 de queso tierno, un cuarto de aguacate o una cucharada de aceite de oliva virgen extra, o dos raciones de fruta. Para el almuerzo, potaje o puchero de verduras más legumbres en cantidad libre o tres filetes de pechuga de pollo con ensalada vegetal y una ración de fruta como postre. Tras merendar fruta, yogur o frutos secos (seis medias nueces, diez almendras o dos dátiles), plantea para la cena una lata de atún mediana al natural con espárragos blancos y pan o una tortilla de dos huevos más lata de caballas o berberechos al natural.