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Entrevista | José Farrujia de la Rosa

José Farrujia de la Rosa: "Canarias prioriza el patrimonio de las élites en detrimento del rural e indígena"

"Se ve desequilibrio en las conmemoraciones históricas en las Islas: están ligadas a la Iglesia y el poder militar" señaló el profesor de la Universidad de La Laguna

José Farrujia de la Rosa: "Canarias prioriza el patrimonio de las élites en detrimento del rural e indígena"

José Farrujia de la Rosa, profesor de la Universidad de La Laguna y doctor en Historia, presenta el próximo viernes, 9 de noviembre, a las 20.00 horas en el Club LA PROVINCIA su nuevo libro Identidad canaria. Escritos en torno al patrimonio cultural y la divulgación del pasado. Publicado por Ediciones Tamaimos, recoge diversos artículos y ensayos breves en los que se presenta, como tesis común, la necesidad de recuperar la memoria olvidada y poner en valor las señas de identidad del patrimonio cultural canario, que "se difuminan en un escenario que camina, de forma imparable, hacia la globalización y la merma de las identidades locales".

Premio Extraordinario de Doctorado, Premio periodístico de investigación histórica Antonio Rumeu de Armas; miembro de la Sociedad Española de Historia de la Arqueología, de la History of Archaeology Research Network (University College de Londres) y de la European Association of Archaeologists; Farrujia es autor de diversos libros, entre los que destacan: Imperialist Archaeology in the Canary Islands (2005), primer libro académico en inglés sobre arqueología canaria, publicado en Oxford por la British Archaeological Reports; o En busca del pasado guanche, presentado en 2011 en la Universidad de La Sorbona de París por el catedrático Alain Schnapp.

Aborda en su nueva obra un asunto espinoso: la necesidad de recuperar la memoria olvidada y poner en valor las señas de identidad. ¿Qué es lo que cree que se ha hecho mal en este aspecto?

El modelo desarrollista en Canarias está abocando a la desaparición de muchas tradiciones seculares. Por ejemplo, el retroceso creciente del sistema campesino de producción y trabajo, el proceso de rápida desruralización y de polarización masiva en áreas urbanas y la adaptación de esa herencia rural a las necesidades y expectativas del turismo, en el marco de la globalización, han convertido muchos elementos de la cultura popular canaria en una imagen idealizada de las gentes y la vida rural. Asistimos, en pleno siglo XXI, a la búsqueda de elementos antiguos de decoración y ambiente canario para tascas, apartamentos y rincones típicos. Pero esta desnaturalización se extiende a otros tipos de patrimonio, como el arqueológico, sin bien los motivos son otros.

¿Cuáles son esas representaciones del patrimonio que no se han tratado correctamente en la historia contemporánea?

Las representaciones más castigadas han sido la del campesinado y el mundo indígena canario. El pensamiento único y la mirada colonial han causado los mismos estragos en distintos rincones del Archipiélago, a pesar de que no existe una auténtica política regional. En Canarias se ha marginado una determinada forma de hacer y entender el patrimonio, básicamente porque se ha patrimonializado el discurso del poder. Y sobre esto se reflexiona ampliamente en el libro. En este sentido, lo no monumental o no ligado a las élites está en vías de desaparición e infrarepresentada en el catálogo canario de Bienes de Interés Cultural.

Habla de "las actitudes políticas e ideológicas frente a historia y presente". ¿Estas actitudes han distorsionado mucho el debate?

Sí lo han distorsionado. Si me permite, pongo un ejemplo reciente en el tiempo. Hoy todo el mundo, de distinto signo político, habla de César Manrique con orgullo, sacando a relucir su labor artística y su defensa del medioambiente canario. Pero Manrique tuvo que superar muchos obstáculos, precisamente por su labor crítica en una época en la que el modelo desarrollista se empezó a imponer en nuestro Archipiélago. Con esto lo que quiero reflejar es que en un territorio colonizado como Canarias, con el paso del tiempo se mitifican ciertos discursos pretéritos, como el de Manrique. A pesar de que siguen teniendo actualidad esos discursos, son utilizados, paradójicamente, desde las mismas esferas oficiales que apuestan por el desarrollo neoliberal de Canarias. Desde ciertas instancias se usa ese pasado pero enmascarado, con clara intencionalidad política. Lo mismo sucede al hablar de otras parcelas de la identidad canaria ligadas a la arqueología o a la etnografía.

Utilizando uno de sus planteamientos, ¿por qué cree que determinado patrimonio tiene mayor o menor protagonismo en los medios de comunicación?

Esta respuesta daría para una sola entrevista. Digamos que la herencia colonial ha condicionado la forma en que se ha venido gestionando el patrimonio canario desde el siglo XIX. Esto ha permitido recuperar determinado patrimonio, como el de las élites sociales de la etapa colonial, en detrimento de otro tipo de patrimonio, como el ligado al campesinado o al indígena canario. El abandono de la arquitectura tradicional campesina y muchos yacimientos arqueológicos es fiel reflejo de cuáles son las prioridades en Canarias. Sin embargo, las ermitas, castillos, iglesias o catedrales gozan de una mejor protección. Un fiel reflejo de esto es el catálogo de Bienes de Interés Cultural de la Comunidad Autónoma. La balanza está totalmente descompensada. Los medios de comunicación proyectan, implícita y explícitamente, esta realidad, pues dan cabida a la promoción, con fines propagandísticos, de determinados proyectos desarrollados desde las administraciones públicas y, por consiguiente, contribuyen a moldear una conciencia colectiva que asume y asimila esta realidad como algo normal.

¿Ejemplos?

Hay muchos pero quizás uno de los más ilustrativos sea el de las conmemoraciones históricas, que están prácticamente ligadas en su totalidad a la Iglesia y al poder militar.

¿Qué conflictos sobre este asunto incluye en el libro?

Son varios: la problemática en torno a la Montaña de Tindaya, el caso Ibarrola en La Palma [el polémico proyecto del artista vasco Agustín Ibarrola de pintar 300 metros cuadrados de piedras en un barranco], la gestión del patrimonio del casco histórico en La Laguna o la recuperación instrumentalista de personajes históricos como Fernando de Guanarteme.

Habla usted de "superar un imaginario aún impregnado por el colonialismo".

El colonialismo ha impuesto un pensamiento único, una forma de mirar y entender el patrimonio y la identidad canaria. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que la arqueología canaria tuvo en el siglo XIX su dependencia colonial, francesa y alemana, que configuró en gran medida su agenda investigadora. Por otro lado, el retraso en el establecimiento de la arqueología como disciplina universitaria, pues fue en 1969 cuando se fundó el Departamento de Prehistoria y Arqueología en La Laguna, y la escasa renovación teórica hasta hace dos décadas son algunas claves que ayudan a comprender el estado de la investigación actual. El futuro de la arqueología y los estudios de la identidad canaria pasan por construir pensamiento crítico.

Sobre la defensa del patrimonio, está de actualidad con el debate sobre la protección de inmuebles en Miraflores. Entendemos que todo no se puede mantener pero también que esa línea es cada vez más difusa. ¿Por qué?

Esa línea cada vez está más difusa precisamente por la politización del patrimonio y la especulación urbanística, que eleva el valor del suelo y genera la necesidad de remodelar los espacios urbanos y los consiguientes planes generales. En el caso de Miraflores también subyace el problema de elitismo pues los edificios que se pretenden demoler o se han demolido son de carácter popular y vinculados a barrios.

¿Ha habido sesgo en los investigadores universitarios?

Por supuesto. La objetividad en Ciencias Sociales no existe y a eso debemos añadir que la identidad es una construcción social y por tanto una realidad cambiante. Pero, además, dentro del campo de la identidad hay temas transversales para los que hoy en día no tenemos respuestas cerradas. Por ejemplo, en el caso del mundo indígena canario, las posturas de la Academia están divididas entre quienes apuestan por una identidad con raigambre mediterránea, con influencia romana; frente a los investigadores que abogan por la vía amazigh y por la colonización temprana de las Islas, antes de que los romanos llegaran al norte de África. En la Academia no hay consenso sobre algunos aspectos de la identidad canaria, algo que obedece no sólo al fraccionamiento geográfico de nuestro territorio, sino a la balcanización del propio pensamiento.

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