Un camino muy duro, que se debe recorrer en buena compañía. Una lucha incansable contra una patología que estremece con tan solo escuchar su nombre. Así define Teresa Walther, una paciente diagnosticada de cáncer de mama agresivo en 1994, su paso la enfermedad. Recuerda que, cuando conoció la noticia, "me sentí perdida, y sufrí un impacto emocional muy grande". La paciente recibió el tratamiento que combina quimioterapia con radioterapia desde su diagnóstico, hasta 1996. Sin embargo, "nunca me han dado el alta, y tengo que someterme a revisiones todos los años porque me consideran una paciente de alto riesgo", comenta la afectada.

Para Teresa Walther, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha sido un apoyo fundamental en su vida. Por eso, decidió hacerse voluntaria y prestar auxilio a otras personas que atraviesan una situación similar a la suya. "En su momento, la asociación me ayudó muchísimo. Quiero devolver de algún modo lo que han hecho por mí", enfatiza con emoción.

Cariño, comprensión y empatía son los ingredientes que, a juicio de Walther, son necesarios a la hora de acercarse a una persona que sufre cáncer. "Sé perfectamente lo que es pasar por una enfermedad de estas características", dice.

Asimsimo, la voluntaria de la AECC en la capital grancanaria quiso poner en relieve la importancia de celebrar congresos como el que acoge desde ayer, hasta hoy, el Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria, y que lleva por título, I Congreso Canario de personas con cáncer y familiares, Canarias contra el cáncer. "Este tipo de encuentros nos dan la oportunidad de conocer la realidad de lo que está pasando, y de que los pacientes sepamos que no estamos solos en este camino lleno de obstáculos", apunta, sin evitar emocionarse.

Cuando echa la vista atrás, Walther no duda en aplaudir los grandes avances que se han producido en los tratamientos destinados a esta patología. "La sanidad ha evolucionado muchísimo, no solo a nivel de terapias, también en los seguimientos que se realizan a los pacientes. "En la época en la que yo fui tratada, a la hora de pincharme la quimioterapia, no se utilizaban catéteres, y las venas quedaban muy afectadas. A día de hoy, todo eso ha cambiado, y además los seguimientos son más constantes", comenta la paciente.

Además, la voluntaria se muestra muy agradecida con los médicos que se han encargado de abordar su patología. "Quiero dar las gracias a los doctores Uriel Bohn, José Aguiar, y Pedro Lara, porque sin ellos esta lucha no hubiera sido posible", manifiesta con una gran sonrisa en su rostro.

Pero las innovaciones producidas en los tratamientos no solo son celebradas por los pacientes. De hecho, el doctor Pedro Lara, jefe de Oncología del Hospital Universitario San Roque, aprovechó su paso por el Congreso para anunciar "el gran avance de las técnicas de radioterapia, al haber mejorado en su precisión".

Este hecho permite a los profesionales realizar cirugías conservadoras, que en muchos casos, y más en concreto en lo que concierne a las pacientes afectadas por cáncer de mama, "evita recurrir a la mastectomía, y por tanto, tener que eliminar la mama". Unos grandes logros que, además, permiten hacer un abordaje del cáncer "cada vez más personalizado e individualizado", dice Lara.