"La ciencia ha avanzado mucho, y a día de hoy, podemos decir que el cáncer de pulmón tiene salida", sostiene Rafael López, un paciente que fue intervenido de un tumor situado en el pulmón derecho en junio de 2017, en el Hospital de La Candelaria. Según comenta el afectado, su diagnóstico se produjo de manera fortuita, cuando acudió a una revisión médica tras presentar problemas vasculares. "Cuando conocí la noticia, me vine abajo. No esperaba para nada llevarme ese palo", relata con resignación este paciente oncológico.

Sin embargo, López tiene muy claro que la aparición de esta masa tumoral está estrechamente relacionada con el consumo de tabaco, que por entonces, realizaba a diario. "He fumado durante toda mi vida en cantidades desorbitadas, y de hecho, padecí cáncer de laringe hace muchos años. Continué fumando, y antes de que me detectaran el cáncer de pulmón disminuí el consumo y fumaba alrededor de una caja diaria", cuenta el afectado.

En base al testimonio de Rafael López, la intervención quirúrgica a la que tuvo que someterse en el citado hospital canario "duró más de siete horas, y tuvieron que quitarme una parte considerable del pulmón afectado". Tras este duro, pero exitoso proceso, recibió un tratamiento de quimioterapia por un período de tres meses. "Me suministraban la quimioterapia tanto inyectada, como por vía oral. La experiencia no fue nada agradable, pero intenté tomármelo de la mejor manera posible, y siempre pensando en positivo", dice con contundencia.

Ya sin la masa tumoral, López tiene que acudir a revisiones médicas cada seis meses, "para confirmar que todo sigue en orden". Además, según manifiesta, su paso por esta enfermedad ha cambiado tanto su modo de ver la vida que, en la actualidad, se posiciona totalmente en contra del consumo de tabaco. Por eso, insiste en la necesidad de que las personas tomen conciencia del importante daño que causa esta sustancia al organismo.

"La gente tiene que saber que cada vez que se lleva un cigarrillo a la boca se está matando. Al fin y al cabo es un vicio que solo aporta problemas para la salud", apostilla con convicción. Fiel a estas palabras, agrega que, "muchísimas personas están todavía a tiempo de abandonar este mal hábito. En eso es en lo que tenemos que insistir para poder frenar por fin esta enfermedad".

Por su parte, Juan Reyes, forma parte de ese reducido número de pacientes que se ha visto afectado por esta patología sin ser fumador. Fue diagnosticado de la afección en 2013, y según sostiene, "los médicos me dijeron que mi caso podría tener un origen genético asociado a una mutación. Lo cierto es que me sorprendí muchísimo cuando conocí el diagnóstico", dice con asombro.

Este paciente percibió los primeros síntomas de la enfermedad practicando deporte. "Suelo montar en bicicleta, y notaba cada vez más que me faltaba el aire. Entonces, acudí a una revisión y ahí me dijeron que presentaba un tumor en el pulmón derecho", dice con asombro.

Con el fin de hacer frente a la patología, Reyes decidió desplazarse hasta Pamplona, "porque tenía un seguro privado que me cubría esta asistencia". Allí, recibió el tratamiento que combina quimioterapia con radioterapia, y además participó durante dos años en programas de ensayo.

En la actualidad, ya sin la enfermedad, recibe terapia asistida en el Hospital Insular de la capital grancanaria. "Por el origen de mi patología debo tener especial cuidado, y ahora soy paciente de terapia asistida", relata . Y añade que, "lo importante es que tengo calidad de vida, y que los nuevos tratamientos no son tan agresivos".

Como recomendación, el paciente del hospital grancanario indica que, ante cualquier anomalía, "las personas no deben dudar en acudir a las consultas médicas. Es una enfermedad que se puede superar y cuanto antes se detecta, mucho mejor", dice convencido.