Gabriel García Márquez contaba, una y mil veces, que el periodista debe ser, sobre todas las cosas, un gran contador de historias. Los reporteros y corresponsales que habitualmente cubren la información desde países como Senegal, Congo o Mozambique lamentan que desde las redacciones de sus periódicos, radios o televisiones siempre tengan que enviar las mismas informaciones, la mayoría relacionadas con la emigración o la falta de seguridad, como si África, ese continente de 54 países, no tuviera nada más que ofrecer. Contaba el que fuera durante años reportero del diario El País, Alfonso Armada, que para lograr que lo mandaran a Ruanda en 1994, cuando se produjo el intento de exterminio de la población tutsi por parte del gobierno hegemónico hutu, una guerra en la que se eliminó al 75 % de los tutsis, fueron necesarios varias duras conversaciones con el entonces director de su periódico.

Armada, que jamás olvidará ese primer viaje al continente africano, recuerda que al final unas declaraciones en Radio Nacional de unas monjas españolas diciendo que sólo esperaban que entraran y las mataran acabó por convencer a Jesús Ceberio de que había que cubrir aquel conflicto. Para Alfonso Armada, lo importante en esta profesión "es tener tesón, luchar por las historias, y después sólo se necesita unas buenas botas, un bolígrafo y tiempo para escuchar".

A lo largo del II Encuentro de Periodistas África-España que se celebró ayer en la sede de Caixa Forum en Madrid y que ha organizado Casa África se ha podido escuchar las reflexiones y los distintos puntos de vista de los corresponsales españoles que trabajan en el continente junto con reporteros de diferentes países africanos y representantes de organizaciones humanitarias y defensoras de los derechos humanos, así como activistas y profesionales que han puesto un foco más amplio y diverso sobre ese territorio.

Partiendo de la realidad incontestable que desde hace años llena las páginas y las crónicas de la mayor parte de medios de comunicación y que tiene que ver con el fenómeno migratorio. Como señaló de manera gráfica el periodista y freelance, colaborador de LA PROVINCIA/DLP y El País, Pepe Naranjo, "la emigración está secuestrando la imagen de África", lo que impide en gran medida luchar por esas otras historias que existen y que al final como recordó Alfonso Armada "son la esencia del periodismo".

Para la mayor parte de corresponsales y reporteros españoles que trabajan sobre el terreno en Senegal, Congo a Marruecos, la batalla cotidiana consiste en abrir nuevas vías, otros caminos, escribir por ejemplo sobre el papel de la mujer en la frontera de Congo o en Mozambique. La realidad es que África es un continente diverso, con problemas distintos y con una población que crece a pasos agigantados y cada vez se mueve más por ciudades inmensas. Nada que ver con esa imagen habitual de una mujer negra con un niño pegado a la espalda en medio de una gran sabana.

Premio Saliou Traoré

Estas II Jornadas también han servido para recoger el anuncio que hizo el presidente de la Agencia Efe, Fernando Garea, sobre la creación del Premio Saliou Traoré, en memoria del corresponsal de la agencia española en Senegal desde 1981 y fallecido el pasado 13 de octubre tras una larga enfermedad.

Este galardón, convocado conjuntamente con Casa África, tiene por objeto reconocer la labor de los profesionales de periodismo que informan sobre África en español desde los países del continente vecino. El Premio Saliou Traoré se entregará el próximo año en un acto que tendrá lugar en Las Palmas de Gran Canaria, sede de Casa África, y símbolo de las relaciones entre España y el continente.

El II Encuentro de Periodistas concluyó con la bloguera Desirée Bela-Lobedde, autora del libro Ser mujer negra en España y que además realizó una reflexión sobre la construcción del prejuicio y los estereotipos en los medios españoles.