Un fotógrafo y un cazador que exploraban una cueva del sur de Tenerife en busca de una araña albina encontraron, ocultos tras unas piedras en una grieta, los restos de dos recién nacidos guanches, en un hallazgo que ayudará a estudiar el ritual funerario infantil en los aborígenes.

El descubrimiento lo efectuaron en febrero de este año el fotógrafo Sergio Marrero y el cazador Domingo García, quienes expresaron hoy en declaraciones a los medios de comunicación la sorpresa que les causó el ver un cráneo diminuto cuando apartaron unas piedras de una cueva volcánica situada en Guía de Isora.

Anteriormente habían visitado la cueva en busca de la araña de la que pretendían efectuar macrofotografías y al percatarse de que había un pequeño cráneo inicialmente pensaron que se trataba de una muñeca, indicó Sergio Marrero, hasta que al seguir quitando piedras vieron que se trataba de restos humanos envueltos en piel, una señal de que se trataba de un ritual funerario aborigen.