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Entrevista | Hugo Pitti

"Mi pintura pretende castigar a la figura humana; supone mi desahogo"

"Cada vez que me siento mal me visto de camarero y me represento así en cuadros", afirma

El pintor Hugo Pitti en el Espacio Cultural S/T junto a uno de los cuadros de su exposición. JOSÉ CARLOS GUERRA

Su obra tiene a mi juicio un planteamiento intelectual: combina en la misma tela imágenes muy diversas de los mundos real, mental y espiritual. ¿Cómo define su estilo?

No sabría definirte mi estilo, pero la gente dice que realismo mágico, quizá pienso que mezclado con expresionismo.

Usted mismo aparece reflejado en diversas circunstancias de su vida. ¿Es una voluntad narrativa o simbólica?

Creo que las dos cosas. Quiero narrar distintos aspectos de mi vida y a la vez emplear distintos símbolos para significar varias cosas según las circunstancias.

El resultado plástico es fuerte, impactante. ¿Qué se propone primordialmente, trasmitir contenidos o expresarse más bien en las formas?

Me propongo transmitir sentimientos. Después, formas a través de la figura humana para que la gente capte lo que quiero narrar y, a la vez con escritos, redondeo. Si la gente no capta lo que quiero expresar con las formas o el sentimiento escribo frases de la historia que quiero contar para que las personas lo entiendan.

La importancia del color es total, incluso agresiva. ¿Se complace en sí misma o también traduce símbolos?

Se complace en sí misma. Es raro que yo con el color simbolice algo en particular.

La inspiración religiosa de una parte de su obra, ¿denota un contenido espiritualista o crítico?

Espiritualista. Aunque no soy creyente, llega el momento en que en apuros recurres a los ángeles para que te protejan.

La deformación de la figura humana y el empleo de diversos animales parecen expresar un pesimismo desmentido por la alegría cromática. ¿Cómo hay que percibirlo?

Utilizo los animales, incluyendo los insectos, para transformar o desfigurar la figura humana, sobre todo, la cabeza. Aunque parezca un juego, creo que en el fondo pretendo castigar a la figura humana. Supone mi desahogo ante haberme visto maltratado por la sociedad, los semejantes.

El encuentro consigo mismo fue complicado. Incluso llegó a probar el oficio de camarero después de sus estudios universitarios. ¿Qué hechos motivaban sus crisis?

Trabajé 10 años exponiendo mis cuadros para un galerista que no me daba un duro y mi padre me decía: ¿qué va a ser de ti? ¿Cómo te vas a sustentar si no tienes trabajo? Tenía mis estudios de Bellas Artes, pero, en principio no me sirvieron. Intenté dar clases en un instituto, pero me fue fatal, así que comencé a estudiar restauración, que comprendía aprender a ser camarero, marketing o cocina, pero tampoco me fue bien. No me gustó el profesorado. Cada vez que me siento mal me visto de camarero y me represento así en los cuadros, no de una forma realista, porque en ese empleo me veía como un ser absurdo rodeando las mesas para atender a los clientes y recordaba a los pésimos maestros.

Los contenidos abigarrados de sus cuadros exigen quizás una contemplación especulativa. ¿Es esto bueno para apreciar la obra de arte, o la hace muy minoritaria?

No sé, yo pinto y lo que quede reflejado que la gente lo interprete como lo perciba. No pienso que ello haga que mi pintura sea minoritaria.

En este momento de su vida y trabajo, con 50 años cumplidos, ¿qué cree haber logrado?

Creo que en el fondo no he logrado demasiado. Me hubiera gustado salir fuera, bueno, estuve en Arco, pero conseguí pocos resultados aparte de mucho público mirando mis cuadros por impacto visual. Expuse también en el Taller Mayor, que ya cerró hace muchos años, donde los artistas iban a hacer sus grabados. A estas alturas de mi vida me gustaría ser algo más conocido. Por ejemplo, aquí en Gran Canaria se me conoce muy poco, a no ser por la gente del mundo artístico. En Tenerife y La Palma, en cambio, sí he realizado ciertas ventas y varias exposiciones.

¿Y qué piensa que sigue pendiente en la conquista de su propio lenguaje?

Sigo pintando y expresando lo que siento. Mi afán es reflejar en los cuadros mis vivencias, generalmente. No espero conquistar nada nuevo. Lo que tenga que llegar lo hará con la propia evolución de la pintura.

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