A la vista de la valla publicitaria instalada esta semana junto al Complejo Hospitalario Insular-Materno Infantil, con el lema "No al negocio con medicina nuclear", aumentan las reticencias iniciales por su procedencia de la empresa pública...

Espero que los resultados acallen las críticas, y nuestra forma de proceder, porque José Manuel Baltar no deja de ser nada más que la cabeza de un equipo, es tremedamente importante, porque los logros de la consejería son fruto de un trabajo colectivo que ha logrado arrastrar a todos los profesionales de esta casa. Cuando asumes un cargo así, determinados entornos ideológicos tienen ciertos prejuicios en el ámbito sanitario y hay que respetarlos. Otros cargos proceden del ámbito privado en otras consejerías y a nadie le sorprendió o le pareció anómalo. Todas han tenido consejeros provenientes de empresas, a excepción de Sanidad, espero que siente un precedente. Se venga del ámbito que sea, todos podemos aportar en términos de crecimiento y desarrollo, si vienes dispuesto a trabajar, a producir, ¿por qué no del privado? El paso por el ámbito privado me aportó conocimientos que no tenía, de la misma forma que se enriqueció muchísimo de todo lo que aprendí del público, por eso espero ser capaz de transportar también a la administración lo bueno de mi paso por la empresa.

¿El Gobierno presionó para la retirada de la valla en 24 horas?

Supongo que no. No sé cómo fue ni el ponerla ni el quitarla. He sido tremendamente respetuoso con las críticas desde el primer día y voy a seguir siéndolo, aunque a veces tengo la sensación de que no siempre son justas. La forma de construir sanidad pública es pensar en más infraestructuras y planes, construyendo el futuro. Curiosamente, muchos de los que me critican no dejaron encima de la mesa ni un plan. Por eso, traslado a los diputados en el Parlamento que nosotros sí dejaremos sobre la mesa un plan de infraestructuras públicas, estamos trabajando actualmente en un montón de iniciativas de desarrollo, de inversiones efectivas, en tecnología, robótica, quirófanos, camas, automatización de procesos...

Y también en más presupuesto de la medicina nuclear en favor de San Roque.

Creo que no es así. Una cosa es lo que se verbalice y otra es la realidad. Hay informes técnicos, lo defendí en sede parlamentaria y no obtuve respuesta contraria. Quien había tomado una decisión determinada, no la acreditó técnicamente. Un diputado me hizo llegar en sede parlamentaria el supuesto preinforme, uno se publicó íntegramente en la prensa porque no va más allá de una hoja de Excel y el otro es un documento soportado por un volumen importante de técnicos que han analizado la actividad de los servicios públicos, de las distintas unidades dentro de la red, de niveles de inversión... Y me abstengo en todos los temas de concertación, sistemáticamente, al director del Servicio Canario de la Salud (SCS) le cae este puro terrible porque el tener un consejero que procede de la privada ha obligado a Conrado Domínguez a asumir las responsabilidades absolutas.

¿No hay más conciertos con la sanidad privada que antes?

No tengo cifras concretas ahora mismo, pero en términos proporcionales estamos por debajo de lo que existía históricamente. Ante la falta de infraestructuras físicas, de quirófanos y camas, hemos potenciado una línea, utilizando un esquema tradicional que venía de la etapa previa a las transferencias autonómicas y luego aprovechó Román Rodríguez, que es alquilar recursos ajenos con profesionales propios, lo que aporta un nivel importantísimo de actividad con un coste mucho más bajo porque cuesta del 25 al 30% menos cada proceso. Hay grupos y lobbys que defienden determinados planteamientos, en una dirección y la contraria, pero tenemos que seguir en la línea marcada en el Compromiso para la mejora de la sanidad pública: primero lo público, y cuando no llegamos, buscar solución allá donde la hubiera, si podemos pagar.

¿Uno de los consejeros menos políticos se siente objetivo de una cacería política?

No me siento nada de eso, porque en mi día a día me centro en construir. Tuvimos la suerte de que tanto Conrado como yo entendíamos que se tenía que hacer una casa nueva, en el sentido de incorporar la participación de profesionales y pacientes. Y elaboramos con todos, conjuntamente, una especie de base filosófica de futuro que es el Compromiso para la mejora de la sanidad pública, con más de 60 firmantes colectivos del conjunto de la sociedad. Por primera vez, incorporamos la participación como algo construido entre todos y que ha venido para quedarse, lo digo por aquellos que vengan, no les quedará más remedio que trabajar en estos términos.

En vísperas de elecciones, parece más lejana la aprobación parlamentaria del documento que la reprobación de su gestión como recibió Cristina Valido, consejera de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda.

Las cosas que vayan llegando ya vendrán. Va a ser difícil, probablemente, pero no quiere decir que no sigamos trabajando. O empezamos a retirar la sanidad como arma arrojadiza entre unos partidos y otros o el perjuicio será para toda la sociedad, no es para los políticos o los que sostienen el debate, sino para los ciudadanos. Nuestra responsabilidad como gestores de esta casa es la que adquirimos con los firmantes del Compromiso para que, realmente, sea un cimiento sólido con el objetivo de que, nosotros o quien nos suceda, llegue a alcanzar un pacto social y político por la sanidad. El documento tiene un largo recorrido, quizá no se puede presentar en 2019 pero a lo mejor a quien le toque, y esperemos que seamos nosotros, lo hace en 2020 o al año siguiente, no se puede abandonar el objetivo. Hay una moción aprobada en el Senado con la unanimidad de todos los partidos políticos, y fui a reforzar esa idea con nuestro Compromiso, en la que se plantea precisamente que se ha de alcanzar un pacto social y político por la sanidad a nivel de Estado. Continuaremos luchando y creo que todos los firmantes seguirán en esa línea. La ventaja es que no tiene fecha, se puede ir construyendo cada vez un cimiento más fuerte para que el edificio final sea el más irreversible.

¿Qué puede adelantar de las listas de espera del segundo semestre del año?

Trato de adelantar poco. Vamos a cumplir el compromiso adquirido por el presidente [Fernando Clavijo] en el debate de la nacionalidad de este año, un descenso del 5%, si no recuerdo mal. Estamos en la línea, no creo que vaya a haber ninguna sorpresa. Esperamos que los resultados sean magníficos una vez más, por una cuestión fundamental, porque significa y consolida un cambio de tendencia. Llevábamos unos años de un crecimiento sostenido muy complejo, por lo que se trataba de invertir y revertir. Hemos encontrado una vía que parece que nos aproxima más a nuestro sueño de situarnos por debajo de los 100 días o alcanzar los 90. Aunque seguimos teniendo en la sanidad pública un gran problema de accesibilidad, los pacientes siguen esperando, hemos mejorado mucho en dos años, cuatro veces más que la media nacional en lista de espera.

¿Sin maquillajes estadísticos?

Ya sé menos de matemáticas y estadística que de técnicas de gestión o recursos humanos, es mi vida desde que tengo 23 años. Han dado un reconocimiento este año al SCS como el organismo que más ha mejorado en transparencia y se acaba de constituir recientemente esa famosa comisión parlamentaria que supervisa la auditoría de las listas de espera con equipos de las universidades, somos el primer equipo que la acepta. Tiene que acabar este cuento, no es un problema de que me acusen de maquillaje, también a Roldós [Mercedes], Morera [Jesús, antecesores en el cargo] cada vez que el número era positivo. Probablemente, las desviaciones y problemas para resolver la cuestión de las esperas tendrían mejor solución si estuviésemos todos juntos que peleándonos unos y otros, porque los elementos oportunistas se aprovechan de esos enfrentamientos para subirse al carro que discrepa. Y aprovecho para trasladar mi agradecimiento a los profesionales, y no es un tópico, lo digo porque claramente se está logrando un descenso con un sobresfuerzo tremendo de nuestro personal. De ahí que estemos efectuando otro gran esfuerzo, conjuntamente con el Ministerio [de Sanidad, Consumo y Bienestar Social], porque necesitamos captar profesionales, no podemos seguir pensando en exprimir de esta manera a la gente, que dobla jornadas o trabaja los fines de semana. Hay que empezar a pensar en crear equipos propios que den, con las nuevas infraestructuras, nuevas capacidades de resolución.

¿Y, más allá de la oferta pública de empleo, avanza alguna medida para el déficit de especialistas?

Cuando llegamos, el mayor problema era la inestabilidad laboral, otra de las cosas que no creían que íbamos a cumplir. Entre los retos iniciales de la consejería, hablábamos de casi el 80% de la plantilla en situaciones de inestabilidad y casi un 30% en contratos desregulados... Se critica a mucha gente que ha firmado el Compromiso pero quiero agradecer esa apuesta porque al estar todos juntos hemos logrado dar pasos tan complejos como estabilizar a más de 3.000 personas y sacar 7.198 plazas en una OPE, unidas las de 2016 a 2018 más una extraordinaria. Es la gran vía, un gran paso dado, si se resuelve este plan vamos rondar ese objetivo del 6% en inestabilidad. También planteamos al Ministerio una serie de propuestas que contempla el Compromiso, reivindicaciones como la declaración de centros de referencia, por ser un territorio archipielágico como reconoce la Ley de Cohesión y Calidad. Y el otro elemento fundamental sobre la mesa es que Canarias necesita un tratamiento específico en las cuestiones de especialistas. Queremos poder motivar a nuestros MIR [médico interno residente] al vincular contratos de continuidad a los ciclos de formación, por ejemplo, pero lo máximo que hemos conseguido es que se hayan publicado todas las plazas posibles este año, por primera se convoca y se cubre la totalidad, no ha quedado ni una libre. Seguiremos luchando, es un elemento que llevamos siempre como punta base de nuestra agenda de negociación en nuestras relaciones con el Estado. La ministra [María Luisa Carcedo] se comprometió a analizarlo seriamente en noviembre, espero que vaya un poquito mejor que el Orkambi...

¿Para cuándo la financiación y dispensación pública de ese medicamento contra la fibrosis quística en Canarias?

Se empezará a dispensar ya. Ha sido una decisión estrictamente autonómica, aunque no son las comunidades quienes deciden los medicamentos que se financian e intentamos tener un principio de lealtad institucional total, no nos ha acompañado el Ministerio, pero entendimos, asesorados por nuestros profesionales, que no podían esperar más con determinados pacientes, así que la dispensación va a ser muy rápida. Esperemos que la decisión también se tome pronto en el ámbito estatal, como ocurrió con el Spinraza [contra la atrofia muscular espinal], lo financiamos en Canarias y al cabo de un mes, también Madrid, ojalá sea igual.

Y ya casi en invierno, a un mes del pico gripal, ojalá no sea igual la saturación de urgencias...

Ya me gustaría que no se diera este año, pero dudo que se pueda evitar, por eso solo quiero pedir comprensión. La saturación de urgencias tiene muchos componentes, pero estamos trabajando para que haya un antes y un después del Pluscan [ Plan de Urgencias Sanitarias de Canarias], para que haya menos problemas. Al cierre de este año se habrán culminado 36 de 60 líneas de trabajo del Pluscan, evidentemente faltan 24 hasta 2020, pero nos quedan dos años. Ya hay más de 200 profesionales contratados, al margen de los próximos crecimientos en el nuevo concurso de transporte sanitario. También se ha dotado de ambulancias medicalizadas un montón de puntos del Archipiélago y se ha consolidado el transporte aéreo. Ya crecieron las urgencias del Insular y el Hospital Universitario de Canarias, se recuperó La Candelaria en tres meses después del incendio en verano tras una inversión de un millón de euros sin que la población casi sintiera las obras y viene su gran reforma junto a la ampliación del Doctor Negrín, Fuerteventura... También tenemos mayor nivel de resolución en atención primaria, con servicios de radiología y analítica las 24 horas, con lo que accede menos gente al hospital. Con nuestros niveles de presión asistencial, porque la población envejece, hemos tenido más ciudadanos pero menos picos que el pasado año en las urgencias, cada día lo hacemos un poquito mejor.

¿Qué será de usted en 2019?

Quiero pensar que esto no se va a acabar, al menos, trabajo como si no fuera a terminar nunca. Siempre lo he hecho. En mi última empresa, me tuvieron que recoger el despacho. Estamos en un ámbito político, si por lo que fuera se cierra este ciclo, lógicamente, me iré a trabajar a donde consideren que puedo resultar útil, para la sanidad, me gustaría que fuera en el mismo ámbito.

Es decir, quiere continuar...

Si el capitán de equipo sigue en la línea como hasta ahora, desde luego, no tendría ningún problema en continuar en Sanidad. Quiero trasladar mi agradecimiento total al presidente del Gobierno [Fernando Clavijo] porque esto es una labor colectiva y tengo la suerte de contar con un magnífico capitán, es tremendamente importante, hemos trabajado con muchísima comodidad. Ya se han recogido muchos frutos, pero hay otras apuestas e inversiones que me encantaría ver materializadas, por ejemplo, las torres nuevas del Materno Infantil, la reforma integral del Hospital Universitario de Canarias, las ampliaciones de Fuerteventura, Lanzarote o La Palma... Claro que me gustaría ver todo plasmado, pero supongo que lo importante es que queden muchos proyectos en el despacho que acabarán siendo realidades.

Y prepárese para más críticas si regresa a la sanidad privada.

Bueno, es que tengo mi excedencia donde la tengo, y derecho a comer. Cuando me vaya, al menos, me gustaría que las muchas asociaciones de profesionales y pacientes con las que estamos trabajando fueran, realmente, quienes escribieran estas últimas líneas de mi currículum, es mi gran sueño. Ellos son los que tienen que decir que trabajé con honradez. La Escuela de Pacientes, la consolidación del modelo de presupuestos participativos, la web de Escucha Activa como el corazón de esta casa serán nuestros grandes logros. Cuando se da la voz a los pacientes uno se queda sorprendido, cree que la gente llegará por la puerta pidiendo dinero y, sin embargo, cuando se corresponsabilizan, son mucho más razonables y menos histriónicos en la demanda. ¿Y que el retorno será polémico? Probablemente, pero durante siete días antes de tomar posesión, ininterrumpidamente, se dijeron atrocidades de mí, asusta, pero me ha llevado a dejar de leer a bastantes periodistas (ríe). Ojos que no ven, corazón que no siente.