Al grito alto y claro de que "si tocan a una, respondemos todas", la capital grancanaria se sumó ayer a la concentración de solidaridad, indignación y repulsa por el asesinato de la profesora zamorana Laura Luelmo, de 26 años, a manos de la violencia machista y cuyo agresor, Bernardo Montoya, de 50 años, confesó este miércoles ante la Guardia Civil el crimen de asesinato y agresión sexual que perpetró la pasada semana en El Campillo (Huelva).

Más de 200 grancanarios se sumaron este miércoles por la tarde a esta llamada de hermandad y lucha contra la violencia que siguen recibiendo las mujeres por el hecho de ser mujeres bajo la consigna de que "no hay razones, no hay excusas y no hay derecho", y al que se sumaron numerosas ciudades de toda España. La Red Feminista de Gran Canaria, que aglutina a múltiples colectivos y asociaciones feministas en la Isla, convocó la concentración silenciosa en el tramo final de la Calle Mayor de Triana, frente al Parque de San Telmo, el mismo punto donde el pasado abril se concentraron las protestas contra la sentencia a los miembros de La Manada que condenaba una agresión sexual múltiple a una joven madrileña en los Sanfermines como un simple abuso.

Apenas unos meses después, el feminismo vuelve a tomar las calles, ese espacio todavía inseguro para las mujeres y las niñas, para condenar este nuevo asesinato machista a Laura Luelmo, "quien conocía el miedo que vivimos las mujeres y que en su cuenta de Twitter compartió la reflexión de: Te enseñan a no ir sola por sitios oscuros en vez de enseñar a los monstruos a no hacerlo. Ese es el problema", recordaron las portavoces de la Red Feminista de Gran Canaria, Carmen Zurita y Karima Campodarve, ambas del colectivo Frida Kahlo, durante la lectura del manifiesto.

"Laura, seguiremos luchando contra el machismo del sistema también por ti. Y por todas", declamaron, a lo que añadieron que "desde la Red Feminista de Gran Canaria sabemos que la violencia física es sólo una de las formas de violencia que ejece el sistema contra nosotras".

En este sentido, las portavoces denunciaron también la violencia institucional que, al abrigo de un sistema social fundamentado en el patriarcado y la desigualdad en pleno siglo XXI, se ha puesto de manifiesto esta semana con la archivación de la denuncia de cuatro temporeras marroquíes contra un empresario agrícola de Almonte, también en Huelva, por un presunto delito de acoso sexual y laboral. "Sus denuncias han sido ninguneadas y despreciadas por esa justicia a la que no han tenido derecho", manifestaron, toda vez que señalaron que a esto se suman, además, "el racismo y la xenofobia", otros vértices de este sistema de opresión contra las mujeres.

Al respecto de la violencia sistemática contra las mujeres, Patricia González, también integrante de la red feminista, declaró que, aunque el feminismo por fin se ha abierto camino en el diálogo social, "el feminismo todavía se cuestiona porque el feminismo cuestiona". "Y lo que cuestiona es el sistema, que es patriarcal", manifestó.

Respuesta ciudadana

Con todo, González, en representación de la red convocante, se mostró "satisfecha" con la respuesta ciudadana a la concentración silenciosa, que comenzó a difundirse con escaso margen de tiempo al mediodía. Sin embargo, también manifestó su "indignación y tristeza" por regresar al mismo lugar donde, meses antes, denunciaba la polémica sentencia contra los miembros de La Manada.

"Esto parece un suma y sigue, porque no se están tomando las medidas necesarias a nivel institucional ni judicial", sostuvo, "pero tampoco a nivel social, porque aunque hoy estamos aquí, la sociedad sigue siendo cómplice de la violencia machista y ya no podemos seguir mirando para otro lado; tenemos que seguir coeducando en igualdad y comprometernos a decir no a las conductas, situaciones y actitudes machistas".

Al término de la lectura del manifiesto, los asistentes a la concentración se sumaron a un minuto de silencio en memoria de Laura Luelmo y las víctimas de la violencia machista. A continuación, los gritos de "ni una menos", "el machismo también es terrorismo", "no son muertes, son asesinatos", "Gobierno, escucha: estamos en la lucha", "por las que están, por las que no están y por las que peligran", recorrieron la espina dorsal de Triana en este triste tramo final del año, con la esperanza de que, tal como enarboló el manifiesto, la justicia sea justa, porque la calle y la noche también son nuestras.