Aceite de oliva mejor que de coco o trigo antes que quinoa, es decir, productos de aquí y de siempre contra los presuntos superalimentos, según la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC).

"Aunque no me gusta la palabra, prefiero alimentos más beneficiosos, en la dieta mediterránea se pueden identificar algunos superalimentos claros como el aceite de oliva virgen extra o los frutos secos, el problema con la quinoa, por ejemplo, es que el precio aumenta por la demanda y la gente del altiplano peruano y boliviano, donde se produce ese cereal, tiene que cambiar sus hábitos, es decir, pijerías de este tipo crean problemas en sus lugares de origen, igual que la soja o la palma y su impactos ambientales, presentan implicaciones muy importantes fuera de la salud y me preocupa mucho porque la población es muy permeable a estos mensajes, lamentablemente", advirtió ayer Lluis Serra Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) y coautor de la Guía de la alimentación saludable (editorial Planeta) de la SENC, durante la presentación del documento en la capital grancanaria. A su juicio, "hay superhábitos como la dieta mediterránea, los superalimentos de nuestro contexto geográfico, bienvenidos sean, pero no podemos centrarla en uno solo, es un error grave".

También coprotagonista del acto en el Gabinete Literario, Javier Aranceta, coordinador de la Guía como presidente del Comité Científico de la SENC, coincidió con el profesor e investigador isleño al considerar que "adorna más el cambio de papas, alubias o tomate por quinoa, algas o aceite de chía, queda más ilustre en una consulta, pero lo funcional es una dieta en su conjunto y mantenida en el tiempo, no hay ninguna duda del impacto positivo de la mediterránea en la salud, como también es espectacular la japonesa, son los dos modelos más interesantes". Tras calificar de superalimentos las hierbas aromáticas presentes en el menú español, "más económicas y con potencial antioxidante", el también presidente de la Academia de Medicina del País Vasco y vicepresidente de la Academia Española de Nutrición recomendó "10.000 pasos al día y la comida de nuestros abuelos con pequeñas incorporaciones de los descubrimientos científicos.

En plena moda por manás exóticos, el libro elaborado por la SENC se posiciona en el debate al incorporar, por primer vez, el concepto de sostenibilidad junto a la pirámide de la alimentación saludable, después de incluir en la edición del pasado año hábitos incomestibles como el ejercicio físico, el equilibrio emocional o las técnicas culinarias como cimientos del monumento nutricional. "Introducimos una alerta complementaria porque no solo buscamos la promoción de la salud de la población, sino también la del planeta, hay un paralelismo en las recomendaciones, abajo más saludable y sostenible, arriba menos", explicó Aranceta, profesor en la Universidad de Navarra, antes de subrayar el rigor de la Guía frente al "ruido" de internet.

Sin embargo, "existen criterios de acreditación de páginas web, elementos que pueden permitir al consumidor saber la fiabilidad de la información, la red es una herramienta interesantísima para informarse pero no es para enredar, entonces crea un disturbio", apuntó el coordinador del volumen nutricional, de próxima venta en librerías pero con el primer capítulo disponible en nutricioncomunitaria.org. Ante las recientes sugerencias de cambios alimentarios sin sustento científico "por parte de algunos profesionales un poco extremistas desde las redes sociales", según Serra, la Guía no solo cuenta con el aval de la SENC sino que estrena la participación y el respaldo conjunto de las principales instituciones del nivel básico del sistema sanitario en el país: las sociedades españolas de Médicos Generales y de Familia (SEMG), de Atención Primaria (Semergen) de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (Sepeap) y de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc).

Por ello, el documento "representa el importante consenso científico alcanzado durante los últimos años por casi un centenar de profesionales", destacó el catedrático de la ULPGC antes de atribuir la previa ausencia de acuerdo profesional a "cierta rivalidad" entre algunas sociedades de atención primaria. Además, "el hecho alimentario no tenía la importancia que adquirió progresivamente, pero cada vez la ciencia aporta más calidad y evidencia en los estudios, ahora encontramos el terreno más abonado, mayor sensibilidad y menos dificultad, todas las sociedades tienen desde 2000 un comité de nutrición y todas las especialidades observaron que existen dos medicamentos relativamente asumibles, el ejercicio y la alimentación, que pueden ayudar a no enfermar, hacerlo más tarde, curar antes o no recaer", añadió su colega vasco antes de subrayar que "el 40% de las patologías crónicas presenta un sustrato nutricional" y citar datos de Serra: "Se podrían prevenir 4.000 muertes por infarto, 8.500 casos de diabetes, 3.500 arteriopatías y otras tantas arritmias en mayores de 55 años en las Islas mejorando la alimentación con el campo canario".

Precisamente, la Guía incorpora un apartado dedicado a las recomendaciones nutricionales para las patologías más frecuentes en las consultas de atención primaria, además de un anexo sobre las interacciones entre fármacos y alimentos. También incluye un capítulo de Marta Garaulet sobre la cronobiología de la nutrición, cuyos estudios consideran "menos frecuente el sobrepeso en aquellas personas que almuerzan y cenan temprano (antes de las 15.00 y 21.00 horas) como nuestros antepasados o las personas mayores en zonas rurales", según Javier Aranceta.

En definitiva, "no se trata de poner a dieta a la población, sino de respetar el marco tradicional de nuestra alimentación mediterránea y enlazar con la evidencia científica para ayudar a la población a comer mejor dentro de una gastronomía saludable", concluyó el coordinador de la Guía de la alimentación saludable. "Entre todos conseguiremos un poquito antes ser el país con mayor esperanza y calidad de vida, deben ir unidas".