Fénix, un niño de 12 años en el corazón del desierto, inicia un viaje de autodescubrimiento el día en que comienza a deshojar el significado de su nombre. Este primer interrogante que, como sucede siempre, aloja la semilla de todas las preguntas sucesivas, inaugura el primer relato saga juvenil Los cuentos de Fénix, de Nayra Lemes Rojas, formadora grancanaria y autora de materiales pedagógicos relacionados con la inteligencia emocional y la creatividad. Fénix, el niño del desierto es el primero de los siete cuentos ilustrados que firma y publica la autora de la mano del dibujante Jonay Ruiz, bajo el paraguas del sello Letrame, y que constituye la primera aventura editorial autopublicada de ambos.

Nayra Lemes, alma máter del proyecto, revela que el germen de este universo literario reside en las historias que narraba cada noche a su hijo Aimar, quien inspira el propio personaje de Fénix, antes de dormir. "Cada noche me iba inventando historias en torno a las aventuras de un mismo protagonista, Fénix, y poco a poco, empecé a darles una coherencia", explica la autora. "En esas historias iba incorporando situaciones que habían pasado durante el día, para transmitirle a mi hijo otras opciones o planteamientos de vida, no de una manera explicada, sino dentro de una ficción, de modo que él se pudiera identificar con diferentes personajes de la historia".

Adolescencia

La progresión de las aventuras de Fénix fue alimentando la idea de trasladarlas un día al papel y, aunque su publicación nunca constituyó el objetivo principal, Lemes ordenó las historias bajo distintos ejes temáticos que orbitan sobre la etapa introspectiva de la adolescencia. "Cada cuento aborda diferentes temáticas relacionadas con el hecho de hablar con los niños de una manera consciente", revela la autora. "El primer cuento, F énix, el niño del desierto, trata sobre el tema de la identidad, donde Fénix comienza a preguntarse quién es y para qué está aquí, que es donde comienzan esas preguntas existenciales que nos llegan en algún momento de la vida".

En esta línea, Lemes utilizó como pista de aterrizaje de estas historias inventadas el contexto social real para reivindicar la fuerza del relato en la era de la banalidad, las prisas y las fake news. "En este sentido, la naturaleza del desierto se convierte en un entorno ideal, donde la gente se muestra tal cual es, porque nos puede enseñar muchísimo a los que vivimos en esta cultura actual del asfalto, de la prisa, del caos y de la urgencia", apunta la autora. "Entonces, Fénix viene a recordarnos desde la profundidad de sus preguntas que es precisamente en lo sencillo donde se encuentran la verdadera felicidad y el verdadero significado, donde se esconden las grandes y profundas enseñanzas".

Una vez encarrilado el ejercicio de escribir las historias de Fénix, Lemes embarcó en el vuelo al dibujante Jonay Ruiz para que cristalizase este imaginario en imágenes. Pertenecientes a una misma comunidad aruquense desde la niñez, donde ambos crecieron entre las mismas preguntas, el ilustrador confiesa que "cuando Nayra me propuso el proyecto, acepté sin pensarlo". "Ella me transmitió una serie de pautas sobre el estilo, en el que buscaba algo tribal, puro, orgánico; y cuando plasmé las primeras imágenes que me evocaron sus lecturas resultó que, desde el principio, habíamos imaginado exactamente las mismas".

Ambos coinciden en que "el hecho de conocernos tanto ha facilitado muchísimo todo el proceso", toda vez que Lemes subraya que "Jonay captó enseguida la esencia de lo que yo quería transmitir a través de las palabras, así que no tuvimos que intercambiar demasiadas para que supiera reflejarlas perfectamente en los dibujos".

Además, la creación del proyecto comportó para ambos un aprendizaje compartido en materia de edición, diseño, maquetación y diálogo entre texto e imagen. "A través del método del ensayo-error nos fuimos abriendo camino en la construcción del libro, cada uno por su lado y con la ayuda de muchas personas que, de manera totalmente altruista, se volcaron en el proyecto", señala Lemes. "Y ha sido una experiencia preciosa, intensa y de mucho aprendizaje".

Dedicado a su hijo Aimar, ambos suscriben que Los cuentos de Fénix se dirigen a "los niños grandes", esto es, niños a partir de los 12 años, pero también al niño que fuimos alguna vez, como recoge la dedicatoria de Antoine de Saint-Exupéry a su amigo Léon Werth en el prólogo de El Principito.

Desde estas navidades, Fénix, el niño del desierto se encuentra a la venta a través de su página web: www.loscuentosdefenix.com, así como en una serie de puntos de venta concretos que, por el momento, suman las tiendas Trapitos y nudos, Coolkid, Olga Ortiz y Kuica, en Gran Canaria, junto a Ecotienda Planeta Orgánico, La casa de Baobab y Dzamlingar, en Tenerife. Cada ejemplar incluye, además, un Código QR que permite descargarse el audio con la narración en la voz de la propia autora, arropada por efectos de sonido, como el silbido del viento o el crepitar del fuego.

Con todo, el tándem Lemes-Ruiz presidirá la presentación oficial de este primer libro hoy, en el Club LA PROVINCIA, junto a la poeta Nira Rodríguez, también parte de su tribu. Pero esto es sólo el comienzo del vuelo, pues la idea es pergeñar la segunda aventura de cara al próximo 23 de abril, con motivo del Día del Libro, hasta culminar en el futuro las aventuras completas de Fénix en papel.