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Científicos de Canarias y Galicia logran reproducir pulpos en cautividad

El proyecto ha conseguido que los cefalópodos pasen con éxito de la fase de larvas a la de juveniles

Científicos del Instituto Español de Oceanografía analizan uno de sus pulpos. ANDRÉS GUTIÉRREZ

Un paseo por cualquier supermercado o pescadería revela una situación que ha ido consolidándose en los últimos años: el precio del pulpo se ha disparado, pasando en pocos años de oscilar en torno a los 7 u 8 euros el kilogramo a superar los 14 en la actualidad. "El pulpo es una especie muy demandada y cada día más; no sólo en España, sino también en Estados Unidos y en otros lugares a nivel internacional", señala Eduardo Almansa, investigador de la sede de Santa Cruz de Tenerife del Instituto Español de Oceanografía (IEO). "Las pesquerías de pulpo han ido cayendo en los últimos años y cada vez se consiguen menos, lo que repercute negativamente en su precio".

Ante ello, un proyecto desarrollado por el IEO tanto en Vigo como en Santa Cruz de Tenerife puede haber encontrado una solución para aumentar la oferta y el abastecimiento: la cría de pulpos en cautividad, un objetivo largamente perseguido desde hace más de dos décadas y que no había tenido éxito hasta hoy, habiéndose logrado importantísimos y esperanzadores avances en esa investigación.

Problemas iniciales

"Cuando se comenzó a producir pulpo en cautividad se veía que el animal reproductor se adaptaba fácilmente", explica Almansa, "pero el problema estaba en que las larvas morían a los 30 o 40 días. Es fácil conseguir adultos, mantenerlos y que pongan huevos, pero no llegaban a juveniles". Problemas tanto en la dieta elegida (la única que posibilita una cierta perviviencia se basaba en larvas de centollo, no sostenible económicamente) como en los requerimientos que precisaban las crías provocaron el fracaso de los diferentes intentos puestos en marcha...hasta ahora.

"Nosotros hemos tomado el estigo de los compañeros de Vigo y un equipo formado por investigadores de ambos centros hemos desarrollado una nueva dieta y puesto en marcha un protocolo diferente en el que las larvas tienen una mayor superviviencia, entendemos que porque se estresan menos", detalla Eduardo Almansa.

El resultado: un buen crecimiento, obteniendo juveniles de 100 días de 2 gramos y continuando con el experimento con la vista puesta en el siguiente paso, el que implicaría validar la técnica desarrollada en laboratorio con éxito a escala industrial, a través de un acuerdo ya establecido con una empresa.

Aumento de la oferta

El éxito del nuevo proyecto se ha basado en una modificación de las condiciones ambientales para las larvas y en encontrar una dieta que los animales acepten, ya que "el problema no estaba tan sólo en que fueran buenas nutricionalmente, sino también en que el animal se alimentara. Era habitual darle una dieta y que el pulpo jugara con ella pero finalmente la rechazaba y no se la comía", apunta Almansa.

El principal objetivo de la investigación pasa por lograr un aumento de la oferta de pulpo que implique una bajada en su precio de venta al público, "similar a lo que ha ocurrido con la dorada y con la lubina", no sólo por el hecho de contar con más animales, sino también por la "rentabilidad" de su cultivo, dado que "son unos animales que nacen midiendo tres milímetros y, a los ocho meses, ya están en un kilo y medio, por lo que es mucho menor el tiempo que se utiliza para poder consumirlo, a diferencia de los peces". Otra de las ventajas que supondría la consolidación de la reproducción en cautividad estaría relacionada con la menor explotación de las poblaciones naturales de pulpos, "evitando que se esquilmen y contribuyendo a mantener el equilibrio en el ecosistema".

El sistema de trabajo que se ha desarrollado en la sede santacrucera del IEO parte de la captura de ejemplares reproductores de entre 1 y 2 kilogramos, unos 30 al año, por medio de pescadores profesionales y autorizados por la Viceconsejería de Pesca del Gobierno de Canarias; cifra "suficiente para conseguir las puestas y larvas que necesitamos para nuestros experimentos". De hecho, en cada puesta una hembra puede poner entre 300.000 y 500.000 larvas, en función de su peso, de las cuales Almansa explica que "utilizamos una parte para nuestros experimentos y hacemos ensayos en tanques de diferentes volúmenes y con una densidad determinada", algo que ha ido derivando en una tasa de superviviencia situada en torno al 60%, lo que podría finalmente abrir las puertas a la cría del pulpo en cautividad con fines comerciales.

El éxito inicial del proyecto ha despertado el interés de otros países, ya que "la especie de pulpo con la que estamos trabajando ahora mismo es de la zona mediterránea y atlántica, pero hay otras variantes similares en Japón y Brasil, también muy apreciadas, por lo que habrá que ver si estas técnicas funcionan para esas otras especies", indica Almansa, recalcando que "por la patente que hemos pedido ya ha habido interés a nivel internacional".

Con pasos aún por dar para la consolidación definitiva del avance, los resultados permiten ser optimistas y confiar en que, en no demasiado tiempo, una visita a la pescadería en busca de pulpo no suponga un importante susto para nuestra cartera.

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