Pensionista. De 71 años. Francés. El aventurero Jean-Jacques Savin tiene un objetivo: conquistar el océano Atlántico. Estar a la deriva en el océano en un velero a merced de los vientos y las corrientes sería una pesadilla para muchos, pero no para el galo que no se limita a surcar los mares en un velero, sino en una embarcación que ni su compatriota Julio Verne hubiera imaginado para su multitud de libros: un barril.

Partió el pasado 26 de diciembre de El Hierro e intentará llegar al Caribe solo con la ayuda de las corrientes oceánicas y los vientos alisios que impulsarán su cápsula, de acuerdo con una página de Facebook creada para documentar su proyecto, en donde publica actualizaciones diarias que incluyen coordinadas GPS que siguen el rastro de su recorrido.

"El tiempo es excelente, tengo un oleaje de un metro y me muevo a dos o tres kilómetros por hora", dijo Jean-Jacques Savin por teléfono después de partir de Canarias.

"Por el momento mi cápsula se está comportando muy, muy bien y tengo pronóstico de vientos favorables", añadió.

Savin estuvo meses trabajando en su original barco en el pequeño astillero de Ares, en la costa suroeste de Francia. Con tres metros de largo y 2,10 metros de ancho, está hecho de madera contrachapada recubierta de plástico, fuertemente reforzada para resistir las olas y los posibles ataques de las orcas.

Dentro de la cápsula, que incluye bolsas de aire y pesa 450 kilogramos cuando está vacía, hay un espacio de seis metros cuadrados que incluye una cocina, una litera para dormir y un almacén. Una portilla en el suelo permitirá a Savin mirar a los peces que pasan.

Ex paracaidista militar que sirvió en África, Savin también ha trabajado como piloto y guardaparques nacionales. Tiene un bloque de foie gras y una buena botella de vino blanco Sauternes guardado para Nochevieja, así como una botella de tinto Saint-Emilion lista para su 72º cumpleaños el 14 de enero.

El aventurero espera que las corrientes lo lleven naturalmente al Caribe sin necesidad de una vela o remos - "tal vez Barbados, aunque realmente me gustaría que fuera una isla francesa como Martinica o Guadalupe", dijo. "Eso sería más fácil para el papeleo y para traer el barril de vuelta".

En el camino, Savin dejará caer marcadores para el observatorio marino internacional del JCOMMOPS a fin de ayudar a sus oceanógrafos a estudiar las corrientes.Y él mismo será objeto de un estudio sobre los efectos de la soledad en el encierro. Incluso se estudiará el vino a bordo: lleva un Bordeaux que luego se comparará con uno guardado en tierra para determinar los efectos de los meses pasados en las olas.

Tiene un presupuesto de 60.000 euros (68.000 dólares) para su expedición, ayudado por el patrocinio de los fabricantes de barriles junto con una campaáa de financiación colectiva.