El frío y los cambios bruscos de temperatura afectan al sistema inmunológico de los individuos haciéndolos más propensos a sufrir alteraciones en las vías respiratorias, y por ende, a padecer gripes o resfriados. Se trata de dos enfermedades bien diferenciadas. Sin embargo, la sintomatología de ambas afecciones genera confusión entre la población, que a menudo es incapaz de diferenciar qué patología ha desarrollado.

"Hay que tener en cuenta que la gripe es un proceso extremadamente desagradable y molesto para las personas que lo sufren, y que cursa siempre o casi siempre con fiebre elevada por encima de 38º. En el resfriado esto no ocurre y las personas tienen que aprender a distinguir un virus de otro", sostiene Amós García, jefe de sección de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública.

Pero eso no es todo. Según indica el doctor, a todo lo anterior cabe añadirle "la presencia de dolores articulares y de cabeza intensos, rinorrea -congestión nasal- irritación de garganta, tos persistente, y unas ganas desesperadas de buscar una cama para descansar como consecuencia del elevado nivel de malestar que provoca el virus". Un proceso que, a propósito, se agrava en aquellos individuos que forman parte de los denominados grupos de riesgo y que no han recurrido a la vacuna.

Son palabras que secunda el doctor Fernando Gómez, médico de Atención Primaria que ejerce sus funciones en el Centro de Salud de Las Remudas, y que además añade que "la gripe provoca un quebrantamiento general que impide a muchas personas llevar a cabo sus tareas cotidianas".

Por su parte, el resfriado común o catarro, según el criterio del jefe de sección de Epidemiología y Prevención, se caracteriza por ligeras molestias en la garganta, congestión nasal, febrícula -fiebre moderada- malestar y cansancio leve o moderado. Un proceso que el especialista del centro de salud grancanario califica de "banal" al tener en cuenta que el virus de la gripe "puede ocasionar la muerte en individuos inmunodeprimidos, y el resfriado no tiene esa capacidad".

Asimismo, ambas patologías afectan a las vías respiratorias altas, "pero el peligro que tiene la gripe es que en muchos individuos puede llegar a extenderse a las vías respiratorias bajas, y por tanto, a los pulmones", dice el doctor Gómez.

No obstante, Amós García pone en relieve que ambas patologías son contagiosas, y "pueden propagarse a través de un simple estornudo". Así, la gripe es causada por el virus influenza, y en el caso del catarro, "los cuadros respiratorios pueden ser producidos por rhinovirus o virus respiratorio sincitial, entre otros".

Incubación

Por lo que concierne al período de incubación de las dos afecciones, el doctor Amós García resalta que la gripe "tiene un tiempo medio de propagación de cuatro días. Si bien es cierto que puede oscilar entre uno y cinco". Mientras que en el caso del resfriado, "todo depende del virus que lo ocasione".

La duración es otra de las características que marca la diferencia entre estas dolencias víricas. Siguiendo esta línea, ambos doctores coinciden al asegurar que el resfriado suele remitir en un tiempo menor que la gripe. Mientras que esta última, puede estar presente en los individuos durante más de una semana.

En cuanto a los tratamientos, Amós García se muestra contundente al asegurar que "teniendo en cuenta que estamos hablando de virus, no hay ningún tratamiento farmacológico indicado". En este sentido subraya que los antibióticos están totalmente contraindicados en ambos procesos. "Es cierto que pueden ser recetados cuando la gripe se complica con una infección bacteriana. Pero bajo ningún concepto deben emplearse con el propósito de curar estas enfermedades".

Ante esta realidad, el doctor recomienda a los afectados descansar, mantener una buena hidratación ,"y para bajar la fiebre recurrir a algún tratamiento sintomático como pueden ser los antitérmicos".

Sin embargo, el médico de Atención Primaria apuesta por los descongestivos nasales y el paracetamol para abordar los síntomas del resfriado. Y para tratar la gripe, también considera que la mejor apuesta son los tratamientos sintomáticos.

Con respecto a la prevención de estas enfermedades, el jefe de Sección de Epidemiología y Prevención sostiene que para evitar contraer el virus de la gripe "el remedio más eficaz es la vacuna". Además, conviene llevar a cabo unos métodos de salud muy simples como pueden ser "el lavado de manos continuo, hacer uso pañuelos desechables y estornudar en el codo, en lugar de en las manos como es más frecuente".

Precisamente, en relación a la vacuna, el doctor Gómez indica que, con el fin de que sea efectiva, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de las cepas de virus más frecuentes cada año. "Normalmente son tres o cuatro las que forman parte del virus de la gripe, y es recomendable que accedan a la vacunación los pacientes más vulnerables para evitar las posibles complicaciones que pueda ocasionar este virus en la salud de las personas".

Lo cierto es que los grupos de riesgo preocupan a los profesionales, por lo que conviene recordar que se considera que integran este colectivo las embarazadas, los pacientes oncológicos, los enfermos crónicos, los inmunodeprimidos, los cardiópatas, y los obesos mórbidos. Y como detalle novedoso, en la Campaña Antigripal de 2018 pasaron a ser incluidos en esta agrupación los mayores de 60 años, en lugar de los mayores de 65 como había sido habitual hasta entonces.